Por: Érika Ortega Sanoja
MCM nunca ha querido inscribir su partido ante el Consejo Nacional Electoral, porque el financiamiento que siempre ha obtenido desde EEUU, a través de la National Endowment for Democracy, ha sido, primero, por su carácter golpista, pues ella fue una de las primeras en firmar el decreto que disolvió los poderes públicos, durante el golpe de estado del 11 de abril de 2002 y que por 48 horas derrocó al presidente Hugo Chávez. Y, luego, sobre la base del descrédito del ente electoral venezolano porque Chávez ganaba elecciones como un campeón y había que buscar la manera de destruir eso a través de factores internos.
Así fue como, con apoyo de la NED, MCM formó la ONG “Súmate”: diciéndole a la gente que su voto era fácilmente “conocido” por las autoridades, a través del uso de las captahuellas que al momento de votar, se usan para garantizar el principio de “un elector, un voto”.
Tras su reunión en la Casa Blanca con el genocida George Bush, MCM profundizó su sistemático atentado contra el sistema electoral con fines crematísticos y políticos. Promovió la abstención en numerosos procesos electorales, causándole grave daño a la propia oposición.
Pero en 2010, se demostró que sus premisas eran falsas porque ella misma resultó electa como diputada por el municipio más pudiente de Venezuela, con el mismo sistema electoral que tanto criticó.
Después, en 2019, empezó a hacer llamados muy graves para la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, promoviendo una invasión militar gringa contra su propio país, que allanara el camino para una salida violenta y extranjera de Maduro.
Ya en 2023 y en época preelectoral, su propia Súmate “organizó” unas primarias opositoras donde toda la ventaja era para ella y en las que no hubo garantías para el resto de postulantes. Los gringos dieron la orden al resto de precandidatos de cerrar la boca. Llegado el tiempo de inscribirse ante el CNE, por su soberbia burguesa y su incapacidad de llegar a acuerdos con sus pares políticos, los partidos de oposición la traicionaron, no respetaron sus acuerdos internos y no inscribieron a su candidata sustituta -escogida sólo porque se llama igual a ella, vale decir- vista su propia inhabilitación. Los dueños de los partidos prefirieron, en cambio, postularse ellos mismos y por eso la propia MCM habla de “traición”. Así ocurrió lo que ocurrió.
¿Desconocen estos datos los asesores de los gobiernos de izquierda del continente? No creo que haya que recordarles que en geopolítica, los pasos en falso se dan cuando se estudian estos asuntos a través de los medios manejados y financiados por Washington.
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