domingo, 4 de febrero de 2024

María, la burda loca en el Senado italiano…

 Por Geraldina Colotti

La enviada por el Senado italiano a la revolución bolivariana en su vigésimo quinto cumpleaños definitivamente no es una buena señal. De hecho, la Comisión de Asuntos Exteriores y de Defensa decidió invitar a hablar a la ex diputada de extrema derecha María Corina Machado, inhabilitada para ejercer cargos públicos por diversos delitos, que insiste en presentarse como candidata en las elecciones de este año, a pesar de la opinión reiterada. , del Tribunal Supremo de Justicia.

Reforzado por el apoyo expresado por Estados Unidos, que ha manifestado su intención de retomar la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela, atenuado tras el diálogo entre el Gobierno bolivariano y la oposición. Reforzado por los pronunciamientos de otros exponentes de extrema derecha con cuyos programas es similar. Fortalecido por las declaraciones del Reino Unido, feliz de seguir perpetrando el robo del oro venezolano, Machado pide ahora el apoyo del gobierno italiano, con el que no faltan afinidades ideológicas y programáticas.

El mensaje es claro: las instituciones venezolanas, resultado del voto popular, no son representativas. Los candidatos los deciden Estados Unidos y la Unión Europea. Porque, como dijo Kissinger tras la victoria del socialista Allende en Chile: “no podemos permitir que el país se vaya a los comunistas sólo porque el pueblo se equivocó”.

La injerencia solicitada por el candidato trumpista al Senado italiano será la primera de una nueva serie que pretende implicar al Parlamento Europeo, sobre cuya orientación pesa la fuerza del bloque conservador.

Sin temor al ridículo, Machado fue presentado como un “activista de derechos humanos”. Ante toda evidencia, los derechos de la oligarquía, debemos decir: porque la evidencia radica en la violación sistemática de los derechos del pueblo venezolano perpetrada con asesinatos y devastación durante los diversos llamados a derrocar violentamente al gobierno legítimo de Venezuela; y está en el lanzamiento de esas terribles bombas silenciosas que constituyen las “sanciones”, que Machado tanto pidió a sus amos, la UA y la UE, y que precisamente han causado a los venezolanos los sufrimientos tan “democráticamente” enumerados por la Comisión.

Pero, como sabemos, el proatlantismo radical siempre ha tenido un gran éxito en Italia, un país bajo el paraguas de la OTAN, cada vez más caracterizado por ser un portaaviones de Estados Unidos contra los pueblos del Sur. Y, de hecho, Machado fue acogido confidencialmente como a un viejo amigo, ya que – dijo el presidente de la Comisión – “Corinna tiene muchos amigos en esta comisión, entre ellos el senador Casini”.

Y, de hecho, desde el golpe contra Chávez hasta la violencia callejera, desde los intentos de matar al presidente Maduro hasta el de derrocarlo “reconociendo” como presidente “interino” a un autoproclamado ladrón que nadie había elegido, el lejano La derecha venezolana goza desde hace tiempo del apoyo “bipartidista” en Italia. Se sabe que, entre esos 2 millones de venezolanos de origen italiano, citados por la Comisión como prueba del gran interés mostrado por el Senado en Machado, hay muchos que han hecho fortuna en Venezuela, y que utilizan parte de esa fortuna para financiar la desestabilización del país. Por ejemplo, al frente de la banda que, durante las violentas protestas desatadas por Machado y sus compinches en 2017, quemaron vivo al vendedor ambulante de veinte años Orlando Figuera, sólo porque vestía una camiseta roja, estaba un italiano que había huyó a España. En Italia y España, varios venezolanos destacados y buscados transitan o residen en empleos multimillonarios, amparados por la benevolencia de los medios de comunicación, que les permite emitir proclamas que serían consideradas delitos graves en las democracias occidentales.

Sólo que para los países del sur que han optado por liberarse de la protección neocolonial, como Venezuela, se aplican las leyes contrarias: los golpistas son “defensores de los derechos humanos” y el gobierno elegido repetidamente en 25 años por la mayoría de los ciudadanos se define “dictadura”. Y no se puede pensar que las instituciones europeas no sepan a quién apoyan y financian. Machado nunca ha ocultado su modelo de país, como lo confirma recientemente el entusiasmo con el que acogió los planes del “loco de la motosierra” que hoy gobierna Argentina y que asfixia a las clases populares.

Incluso en Estados Unidos se investigan los déficits causados ​​por sus clientes en los miles de millones de préstamos concedidos. Y las investigaciones que demuestran su implicación en el uso de mercenarios para matar al presidente legítimo e incendiar el país son sólidas y reconocidas internacionalmente. E incluso esas verdaderas operaciones de piratería internacional para robar los recursos del pueblo venezolano no son ningún misterio.

Sin embargo, con gran diligencia, la Comisión del Senado pregunta a “querida Corinna”: ¿qué podemos hacer? ¿Qué más pueden hacer para impedir el desarrollo de un país que, antes de las “sanciones” mortales, había alcanzado los Objetivos del Milenio de la FAO en la mitad de tiempo y que tenía los salarios más altos de América Latina? Porque no tiene sentido andarse con rodeos, el objetivo es siempre el mismo: demostrar que no hay alternativas al capitalismo y que toda forma de socialismo ha fracasado.

Machado lo dice claramente: “Junto con Cuba y Nicaragua, esta peligrosa regresión refleja una teoría del socialismo aplicado. Primero con Chávez y ahora con este régimen de Maduro”.

Un punto en el que la derecha no puede sino estar de acuerdo y, de hecho, también en esta ocasión lo demuestran claramente.

Una de las mistificaciones más descaradas de la “querida Corinna” es la de haber retomado, palabra por palabra, los argumentos expresados, y con mucho mayor peso, por los representantes del gobierno bolivariano quienes, en una reciente conferencia de prensa, señalaron que, En la actual crisis energética, Venezuela puede ser un sólido punto de equilibrio: siempre y cuando se le permita crecer y desarrollarse libremente. Machado, sin embargo, utiliza esas palabras con un significado completamente diferente: porque el “punto de equilibrio”, para la extrema derecha, consistiría en devolver los recursos a sus amos norteamericanos y europeos. El equilibrio del “loco de la motosierra”, en definitiva.

Por ello, la “querida Corinna” (a quien en Venezuela se llama “María la loca”) pidió repetir la actuación también en otros parlamentos europeos y esperó que todos los gobiernos se pronuncien a su favor. Solicitud aprobada entre aplausos.

Pero la voz del pueblo ya ha comenzado a escucharse, incluso a nivel internacional.

Fuente: L´antidiplomático





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