*JUAN MARTORANO.
En estas próximas entregas,
esperando enfilar en el final de esta investigación que he querido hacer
pública, espero dedicarlos al tema de consideraciones estrictamente migratorias
con respecto al tema de la emigración venezolana. Para ello, y al igual que la
entrega anterior, espero apoyarme y divulgar algunas tablas y estadísticas de
la organización hermana en Derechos Humanos como lo es SURES, algunas cifras
del sistema de Naciones Unidas, y en cálculos propios.
En ese sentido, reservamos para el
final las estadísticas del Plan Vuelta a la Patria, para contrastarlas con
estas cifras que se suministrarán a continuación.
Es por ello que, desde aquí, vaya
mi agradecimiento a los publicadores de portales como aporrea.org, ensartaos,
alainet y otros, puesto que para lo que quiero demostrar no solo basta la
expresión escrita, sino que la publicación de las tablas es muy importante para
que se pueda entender la explicación en todo su contexto y dimensión. Sin duda
que para los efectos de la publicación y el debate implica mayor trabajo, pero
es necesario en el contexto de la ética en el discurso.
Y son cifras para el debate. Puede
usted estar o no de acuerdo, pero sin dejar de realizar las correspondientes
valoraciones cualitativas, pero los debates son mejores cuando se basan también
en datos estadísticos y se explica y aplican las metodologías más adecuadas de
acuerdo a lo que se quiera demostrar.
Siendo así, entremos en materia,
sin más preámbulos.
Indudablemente el tema de la migración
(sea entendida esta como inmigración o emigración) desde la perspectiva crítica
de Derechos Humanos, hay que verla con la implicación del derecho al libre
tránsito contenido en diversos tratados y convenios internacionales. En el caso
concreto de la República Bolivariana de Venezuela, el ejercicio de los Derechos
Humanos y la libertad de tránsito, bien podemos verlos en las disposiciones
contenidas en los artículos 19 y 50 de nuestro texto constitucional.
De ahí que la migración, como lo
expresamos en artículos anteriores, las disposiciones constitucionales y
legales de algunos países le dan el carácter de movilidad humana, como el caso
de Chile y Ecuador, cuyas cancillerías llevan dicha denominación.
Como una pequeña disgreción al
tema que planteamos en este dossier, aquí cabría denunciar la violación del
actual gobierno ecuatoriano encabezado por Lenin Moreno a su propia constitución,
la cual en su artículo 40 reconoce el derecho a migrar de los ciudadanos
ecuatorianos y de las ciudadanas ecuatorianas. Pero, además de ello, ordena
proteger a las familias transnacionales y los derechos de sus miembros, lo que prohíbe
expresamente todo tipo de discriminación a los inmigrantes que llegan a ese
país por cualquier causa. Aprovecho estas líneas, no solo para denunciar la
campaña xenófoba contra mis connacionales que, en uso de su derecho a migrar,
han sido objeto de toda clase de discriminaciones y agresiones en ese país,
violentando la propia Carta Magna de Ecuador.
No obstante, estoy claro que esa
no es la conducta ni actitud de la mayoría del pueblo ecuatoriano, que es un
pueblo hermano y heroico como el nuestro, y es en ese sentido por lo que hago
la correspondiente salvedad, pero el propio caudillo oriental, José Gervasio
Artigas lo dijo: “Con la verdad, ni ofendo, ni temo”.
Importante es que destaquemos lo
siguiente. Desde mi opinión, ha habido mucho sesgo y manipulación en el
tratamiento de las cifras de la emigración venezolana hacia el exterior. Y esto,
empezando porque Venezuela no es un país de emigrantes, sino receptor de flujos
migratorios (algo de eso explicamos en artículos anteriores) de ciudadanos y
ciudadanas del mundo que huían de conflictos bélicos y de dictaduras y tuvieron
acogida en nuestro territorio de nuestra parte, y de manera solidaria. Esta realidad
no ha cambiado en lo absoluto, ya que seguimos siendo destino de muchos
inmigrantes, solo que los medios de comunicación de las grandes transnacionales
de la comunicación invisibilizan este hecho.
En el informe especial referido a
las tendencias migratorias en Venezuela: Una Aproximación desde los Derechos
Humanos realizando en agosto de este año por la organización SURES, bajo la
responsabilidad de Andrea Elisa González, nos señalan que a pesar que desde
1952 Venezuela pertenece a la Organización Internacional para las migraciones
(OIM, una de las que valida el número de migrantes a nivel mundial), es solo
hasta 1976 donde la República ratifica su participación en dicho organismo
integrante del sistema de Naciones Unidas, a través de la suscripción de un
convenio orientado a contribuir con el desarrollo socio económico del país, a
través del reclutamiento, selección, traslado, colaboración e integración de
recursos humanos no disponibles, y la ejecución de un programa de “Migración
Selectiva”. Posteriormente, durante la década de los años ochenta del siglo pasado,
el Poder Ejecutivo venezolano, emite la matrícula general de extranjeros,
prevista en la Ley General de Extranjeros sancionada en 1987, permitiendo la
legalización de aquellas personas inmigrantes que en aquel entonces permanecían
indocumentados.
Pero esta ley tuvo su antecedente
en una ley de extranjeros y colonialidad, aprobada por el entonces Congreso
Nacional en el año de 1966.
Para ese entonces, y como está
contemplado en el informe de SURES anteriormente mencionado, la población
venezolana nacida en el exterior y residente en Venezuela alcanzaba el 7,40% de
la población total, con una presencia importante de personas de nacionalidad de
países latinoamericanos. En la tabla que a continuación coloco, tomada del
informe de SURES, podemos constatarlo plenamente.
Este detalle, aparentemente sin
importancia, la tiene, en virtud de que, en 1999, con la aprobación de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se abre la posibilidad
de que las personas nacidas en el exterior puedan acceder a la nacionalidad
venezolana, sin renunciar a la nacionalidad de origen, es decir, se consagra la
doble nacionalidad.
Asimismo, y gracias a las
políticas de inclusión impulsadas por el Comandante Hugo Chávez, en el año
2004, se procedió a la regularización de personas de nacionalidad extranjera a
través de la creación de la “Misión Identidad”, donde 216.000 personas
residentes en Venezuela de origen extranjero y que habitaban en nuestro país
desde hace bastante tiempo, se naturalizaron como venezolanos y venezolanas.
Hasta ahora de las
investigaciones realizadas del fenómeno de la emigración venezolana, el cual es
relativamente reciente, ya que data del año 2014, no he visto que en las cifras
que divulgan organizaciones de Naciones Unidas o de las instituciones que
manejan cifras estadísticas en países vecinos al nuestro destaquen este
detalle. Tomando en cuenta que, si rememoramos los conceptos revisados al
inicio de este dossier entre refugiados y migrantes, ya que, no todas las
personas que salen del territorio venezolano pueden ser considerados refugiados
o migrantes, aun cuando se reconozca el alto número de personas que solicitan
esta condición (ACNUR señala que entre 2014 y 2018 62.042 han solicitado asilo
en Estados Unidos, 24.818 en Brasil, 17.851 en España y 36.997 en Perú, así
como un menos número de solicitudes en países como México, Canadá y Costa Rica.
Asimismo, sobre el volumen de emigración, la investigadora Freitez la ubica en
1.421.000 personas, mientras que las solicitudes de asilo en el período
2014-2018 registradas por ACNUR asciende a 170.169 personas) estas representan
una proporción muy reducida del número total de migrantes.
Igualmente, y es importante tener
en cuenta que, no todas las personas que solicitan asilo obtienen finalmente
esa condición, pues se registran casos en los cuales se trata simplemente de
una estratagema jurídica para obtener residencia legal en otro país.
Realmente resulta muy curioso que
las organizaciones integrantes del sistema de Naciones Unidas y organismos
rectores de las estadísticas en países vecinos no realicen la salvedad que
estamos efectuando con esta investigación y estos análisis que estamos haciendo
públicos.
En este orden de ideas, pasemos también
a mostrar el siguiente gráfico, también tomado del informe de SURES, y donde
destacamos las fuentes, a objeto de determinar el fenómeno de la inmigración y
datos de interés para el estudio de los flujos migratorios en Venezuela.
Este cuadro tiene que ver con el
número de personas nacidas en el exterior y que fueron censadas en Venezuela en
el período comprendido de 1950 al año 2011, donde tuvieron hijos y nietos que
perfectamente además de venezolanos pueden ser ciudadanos de los países que
allí se mencionan, y que perfectamente, si así lo manifiestan, pueden entrar en
esos países sin las prerrogativas de la nacionalidad venezolana. Detalle muy
importante a la hora del manejo de las estadísticas.
Tomás Páez, autor del libro “la
voz de la diáspora venezolana”, el cual fue publicado en el año 2015, señala
que el volumen de la emigración venezolana asciende a 3.300.000 personas.
Iván de la vega y Claudia Vargas
ubican el total de emigrantes al exterior en torno a las 3.500.000 personas.
ENCOVI ubica el número de
venezolanos residentes en el exterior en 1.421.000, de los cuales 815.000
habrían emigrado entre los años 2012 y 2017, observándose una mayor intensidad
migratoria a partir del año 2014.
Consultores 21 estima la cifra de
emigrantes venezolanos en 4.000.000 de personas.
Y la empresa Datanàlisis estima
que la cifra proyectada de emigración de venezolanos y venezolanas en este año
2018 sería de 2.227.968 de personas.
Importante es de destacar que no
todos los movimientos de entrada y salida del territorio venezolano puede ser
considerados como migración, ya que muchas salidas, y fundamentalmente las que
se realizan vía terrestre, no tienen por objetivo establecer residencia
permanente en otro país (característica importantísima para definir el fenómeno
migratorio), sino que responden a movimientos pendulares, obedecen a diferentes
razones (religiosas, económicas, turísticas, de salud, sociales), y una de las
más comunes tiene que ver con el comercio fronterizo.
Como hemos podido detallar, hay
cifras para todos los gustos e intereses de un fenómeno relativamente reciente,
con metodologías diversas, y tal vez no siendo las más apropiadas para medir y
poder estudiar objetivamente el fenómeno de la emigración venezolana.
Acá nos permitimos divulgar el
cuadro de la última estimación del stock de personas migrantes a nivel
internacional suministrada por la propia División de Población de Naciones Unidas,
la cual realiza un conteo de personas según la nacionalidad en cada país. Este organismo
dispone de información detallada que permite identificar el número de
ciudadanas venezolanas y ciudadanos venezolanos que se estima se encuentran en
cada uno de los países del mundo; así como también identificar el número de
personas de diferentes países del mundo que se estima residen en Venezuela,
todo ello tomado del informe de SURES.
El cuadro siguiente muestra unas
cifras aún más demoledoras, por lo que también nos permitiremos su divulgación.
De acuerdo a estas cifras que nos
suministra SURES, a su vez tomadas de Naciones Unidas, la cifra de emigrantes
de nacionalidad venezolana en el año 2017 se ubicaría en 578.247 personas. La de
inmigrantes se ubicaría en 1.325.070 personas. El saldo migratorio en Venezuela
sería positivo al ubicarse en 746.823, debido a que Venezuela sigue siendo un país
receptor de migrantes, antes que de ciudadanos que salen del país (Solo siendo
negativas en seis de los dieciséis países evaluados por Naciones Unidas).
Ya este es un primer elemento y
con estas tablas, se va tumbando la manipulación del tema migratorio
venezolano. Evidentemente hay ciudadanos venezolanos y ciudadanas venezolanas
que están saliendo del país, pero las cifras han sido infladas y manipuladas a
conveniencia de ciertos y determinados actores.
Asimismo, en el informe “Tendencias
Migratorias nacionales en América del Sur. República Bolivariana de Venezuela”
publicado en el mes de febrero de 2018 por parte de la Organización Mundial
para las Migraciones (OIM), suministran los números que se reproducen en la
siguiente tabla.
Evidentemente, debe llamar la
atención de las grandes diferencias entre las estimaciones de la División de
Población de la ONU y la OIM, considerando que ambas pertenecen al sistema de
Naciones Unidas, y ambas tienen representación en nuestro país. De ahí la
importancia de la entrada de personas provenientes de la República Bolivariana
de Venezuela con otras nacionalidades. De ahí la importancia del rigor a la
hora del manejo de las estadísticas, y es por ello que estamos haciendo este
trabajo.
Por ahora culminaremos esta
entrega, reconociendo que es extensa, pero necesaria por la naturaleza de la explicación
que acá se suministra, y no quería cerrar la misma sin antes agradecer a María
Lucrecia Hernández, directora de SURES, quien tuvo la deferencia de escribirme
a mi correo electrónico y enviarme el informe de movilidad humana que me sirvió
para mi investigación, y de apoyo con las láminas de dicho informe y el valor
agregado de algunas consideraciones mías para el análisis de un tema de
actualidad y características. Sirva este reconocimiento como una manera de difusión
también a tan extraordinario trabajo, impecable y técnicamente bien elaborado,
para el debate sobre el ejercicio de los Derechos Humanos, rompiendo con las
visiones hegemónicas del mismo.
En la próxima entrega esperamos
difundir las verdaderas estadísticas de la cantidad de emigrantes fuera de
nuestro territorio y otras consideraciones, para así entrar en la parte final
de esta investigación. Reiterando mi agradecimiento a portales como aporrea y
otros, que también están poniendo su esfuerzo en la difusión de este tipo de
trabajos.
¡Bolívar y Chávez viven!
¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron
siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria
Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado y Analista Político, defensor de Derechos Humanos. Miembro de
la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC). www.juanmartorano.blogspot.com,
www.juanmartorano.wordpress.com
. @juanmartorano. Facebook: Juan Martorano Castillo, IG: @juanmartorano. jmartoranooster@gmail.com,
j_martorano@hotmail.com
y juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar
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