María Alejandra Diaz.- En 2001 los Estados miembros de la ONU se comprometieron a reducir a la mitad el número de personas en el mundo que padecen hambre, la meta fue fijada para 2015. La FAO aprobó directrices referidas al derecho a una alimentación adecuada en el contexto de la seguridad alimentaria. Pocos países cumplieron, Venezuela fue uno de ellos, siendo reconocido por la FAO el Plan Hugo Chávez para la erradicación del hambre y la pobreza, enfrentando la tesis del alimento como mercancía.
Amartya Sen, al tratar los derechos sociales, la alimentación es uno de ellos, explica que deben estar incluidos en el sistema jurídico, de tal forma que puedan ser exigidos por los ciudadanos dentro de concepto del metaderecho, refiriéndose al derecho que tienen los ciudadanos a tener una política pública clara sobre el derecho que el Estado se ha comprometido a realizar. Ejercerlo entraña inequidades socioeconómicas, culturales, geográficas y políticas: no disponer y no acceder a los alimentos conduce a una alta vulnerabilidad alimentaria y nutricional en los grupos de menores recursos.
Gigantescos esfuerzos hace la Revolución Bolivariana para garantizarlo, inmensos los realizados para sabotearlo. Desde programas en centros educativos (PAE), hasta la atención a los venezolanos en el tema alimentario (CLAPS) y aun así siguen buscando truncar ese derecho.
El ataque lo realizan vía campaña mediática de desprestigio, desencadenada contra la política social que asegura productos alimenticios de primera necesidad para las comunidades y protege al pueblo mediante un sistema de distribución justa y equitativa.
Las acciones coercitivas unilaterales contra Venezuela desacreditan el éxito de la política pública, escondiendo la verdadera causa de la crisis económica: el bloqueo asfixiante impuesto por EEUU y la UE. Junto al cartel mediático internacional pretenden mostrar y declarar a nuestro país Estado Fallido y justificar su intervención militar por los países confabulados en la alianza criminal del Grupo de Lima.
Intentan rendirnos por hambre. Con la complicidad de Multilaterales y ONG´s emiten informes falsificados para forjar intervenciones económicas y jurídicas e imponer el nuevo orden mundial violatorio de los Derechos Humanos, afectando la autodeterminación y soberanía de los pueblos.
María Alejandra Diaz
Constituyente
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