Juan Martorano.
En mi más reciente artículo, expresé las razones y mi más enérgica condena a la agresión sufrida por el hermano pueblo sirio. Ahora en este pretendo expresarme sobre lo que está ocurriendo en la Patria Grande, en nuestra querida Suramérica y en nuestros hermanos pueblos caribeños.
En el día de ayer, la Asamblea Nacional en desacato en Venezuela, montó el aquelarre de tratar de reeditar el impeachment que logró la salida del poder de la compañera presidenta legítima de Brasil, Dilma Roussef. Ayer la Asamblea Nacional deslegitimada y autoimplosionada aprobó un pretendido antejuicio de mérito en contra del Jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro.
Hasta un estudiante de primer año de la carrera de Derecho sabe muy bien que las actuaciones de la Asamblea Nacional en desacato, como la del grupo de abogados "en el exilio" que pretenden usurpar funciones de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia son írritas (se tienen como nunca ejecutadas) y no nulas, puesto que los que "decidieron" declarar con lugar la solicitud de otros juristas y hasta de la ex Fiscal General Luisa Ortega Díaz, no tienen la cualidad para dar eficacia a tales actos jurídicos.
No obstante, siguen en esa estrategia porque es el guión que les dio su amo del norte, para tratar de justificar la imposición de medidas coercitivas unilaterales que pretenden doblegar la voluntad del pueblo venezolano a continuar siendo libres. Además de ello, pretenden dirigirse hacia un posible sector reaccionario que pueda haber a lo interno de la FANB, a fin de concretar un eventual Golpe Militar como corolario de un desenlace violento a la actual coyuntura política venezolana y en contra del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros. Hasta ahora no lo han logrado, y espero que nunca lo logren.
Pero es que los antecedentes de este tipo de modalidades de Golpe no son nada nuevas, y se oficializaron como parte de las nuevas modalidades desestabilizadoras a mediados del año 2012, cuando el entonces Presidente de la República de Paraguay, Fernando Lugo (quien es nuevamente candidato y tiene amplias posibilidades de retornar a la Presidencia de la República en ese país), fue desalojado del poder mediante un "impeachment" que busco responsabilizarlo de una masacre ocurrida en la localidad de Curuguaty de dicho país. Este fue el primer golpe judicial y parlamentario en el siglo 21 que se recuerde.
Posterior a ello, vino el impeachment a Dilma en el año 2016, bajo el argumento manido de irregularidades en el manejo de dineros públicos en la operación Lava Jato, así logró ascender a la presidencia de Brasil el traidor Michel Temer y lo demás es historia patria.
Asimismo vino el caso del compañero Luis Inacio "Lula" Da Silva, uno de los presidentes más populares que ha tenido Brasil, que ante el avance arrollador de su candidatura y amplísimas posibilidades de retornar a la Primera Magistratura de Brasil, sin ningún tipo de pruebas y sin cumplir con las formalidades del debido proceso, fue condenado a 12 años de prisión, para frenar la posibilidad de que movimientos progresistas y de izquierda retornen al poder en el gigante amazónico.
Con un proceso similar también pretenden criminalizar al compañero Rafael Correa Delgado, líder histórico y consecuente de la Revolución Ciudadana en la hermana República de Ecuador, y que pretenden llevarlo a la cárcel a él y al nuevo movimiento político que trata de conformar a fin de regresar al poder, luego de la vil traición de Lenín Moreno al frente de los destinos de esa hermana República, y quien ya logró detener y desalojar de la Vicepresidencia de ese país a uno de los aliados más leales del correísmo como lo es Jorge Glas.
Y también está el caso de la hermana compañera Cristina Fernández de Kirchner, ex presidenta de la nación argentina y actual senadora de la provincia de Buenos Aires, elección que casi le roban, pero que aún con todo y ello, se constituye en la principal lideresa y referencia de la oposición de Argentina. Si la presión social no lo hace primero, será una de las más fuertes contendientes y altamente probable sucesora del nefasto gobierno de Mauricio Macri en Argentina. Que nadie pierda de vista esto.
Eso sin contar con las posibilidades de que habría por primera vez y en mucho tiempo, de que movimientos progresistas en Colombia y México se alcen con el control del poder político (Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente). Lo que hace presagiar el cambio de la correlación de fuerzas que puede haber en el continente en un plazo de tiempo relativamente corto.
A eso le tiene miedo los Estados Unidos, y de ahí el desespero por truncar el proceso revolucionario en Venezuela y Cuba, países vanguardia de los movimientos de izquierda y revolucionarios de este continente.
No menos importante también, y es importante destacarlo, que en el año 2014 la CELAC (otra de las muestras de los legados del Comandante Chávez dentro de los diferentes bloques de integración que le tocó impulsar, apoyado siempre de Nicolás Maduro durante los seis años y medio que lo tuvo como canciller, la declaratoria de zona de paz a este lado del mundo. Ese elemento también desea ser quebrado por los gringos, y de ahí el fomento de divisiones y fracturas que el imperio promueve en lo que ellos consideran su "patio trasero".
Y sencillamente si no lo hacen a través de un Golpe de Estado o del asesinato de los mandatarios, lo intentarán a través de las nuevas formas de guerra, de ataques multidimensionales y multiformes. Además que el capitalismo para poder financiar su déficit, requiere de las guerras para dar marcha a su complejo tecnológico militar industrial, principal motor de sus actividades económicas, que eso nos quede bien claro.
Por eso, para poder venir a echar mano del agua, del coltán, del torium, de los minerales raros y estratégicos que abundan en este lado del mundo, es que intentan balcanizar esta zona. Y de allí el llamado a la unidad no solo de los gobiernos, sino de los pueblos y movimientos progresistas a hacer un solo frente en contra de las amenazas imperiales.
Se viene la nueva oleada revolucionaria, y los pueblos se levantan y se ponen nuevamente de pie. Y este proceso incipiente y que contribuirá a la prosperidad económica y estabilidad política no solo de Venezuela, sino del resto de la América y el Caribe, sin duda constituye una peligrosa amenaza a los intereses hegemónicos que desean echar mano de los recursos limitados que posee nuestro planeta. Pretenden legarle a la humanidad nuevas y sofisticadas formas de esclavitud.
Por eso el ataque, y solo unidos estaremos en capacidad de resistirlo.
Y razón tenía el Quijote cuando le expresó a su escudero Sancho Panza: "Si ladrán los perros, es señal que cabalgamos".
Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen.
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