ÁNGEL DANIEL GONZÁLEZ
Sin duda alguna, el Gobierno tomó una buena y contundente medida al ordenar sacar de circulación el billete de 100 bolívares. Era una medida necesaria y esperada para avanzar en la solución de los problemas, que es lo que pide y quiere la gente. Pasa que puede haber medidas buenas y efectivas, así como hay momentos buenos para tomarlas y también las personas buenas para ocuparse de las cosas que hay que hacer. Pero, y ahí está el detalle, a veces estos elementos como que no coinciden o hay algo que se escapa de la planificación y se deben realizar enmiendas sobre el camino. Pasó que hubo un sabotaje en la logística para la llegada de los nuevos billetes, cuya puesta en circulación es una medida que se complementa con la invalidación del billete de 100. El Presidente dio la cara, suspendió la primera medida y ordenó que todo saliera en el momento en que tengamos seguros los nuevos billetes en el país. Eso está bien hecho. Ahora, es preciso analizar un poco estos hechos antes de caer en la repetidera de quienes todo lo que hacen es criticar y hablar mal del Gobierno como pasatiempo.En Venezuela hay una guerra y el que no quiera tener esto como premisa seguirá errando en sus análisis y todo le parecerá que no cuadra, que nada se hace como “se debería” hacer y verá la situación del país siempre como un inmenso caos. Como en toda guerra, uno de los elementos beligerantes hace algo teniendo en cuenta siempre las capacidades del enemigo, sus intenciones, sus expectativas, su razonamiento y sus objetivos, para así prever las posibles respuestas y sortearlas para seguir avanzando. Igualmente, el contrario tratará de prever la jugada de su contendor y hará todo lo posible para que le salga mal, es decir saboteará. Esta es una descripción corta y vulgar de lo que se llama pensamiento estratégico, que es algo que viene del mundo militar y que se aplica en política, en economía, en el mundo empresarial y, además, lo usamos todos de forma cotidiana en la calle cuando planeamos lo que hacemos. Las acciones sociales son acciones estratégicas, orientadas a lograr objetivos haciendo uso de los elementos del ambiente. Es algo común que a veces olvidamos creyendo que las cosas se hacen solas y fáciles como en las películas.
Ahora bien, es por estas consideraciones que uno se pregunta: ¿nadie previó que nos podían sabotear la entrega de los billetes aun sabiendo que la empresa a quien se le encomendó el negocio es la contratista número uno del Departamento del Tesoro y de la Reserva Federal gringa? ¿Nadie más podía hacer esos billetes? ¿Faltó pensamiento estratégico en los detalles? ¿Alguien creyó que “esas cosas solamente pasan en las películas”? Dicho esto, me parece que antes de venir a echarle la culpa a Nicolás que, repito, al igual que Chávez es el único que sale a darle la cara al país, hay que empezar a tratar las cosas con justicia y que cada quien asuma sus responsabilidades en los asuntos públicos. Las decisiones son producto de que muchas personas hagan bien su trabajo y todos remen hacia la misma orilla. Ojo pela’o con las quintas columnas burocráticas que muchas veces juegan un papel fundamental, pero no para la causa sino para sí mismos y para el enemigo.
letraordinaria.blogspot.com
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