Juan Martorano.
Desde hace varios días, me ha llamado la atención un proceso que he
venido observando en mi país. Mucha de nuestra gente ha estado viendo en
la cola como algo natural, hasta necesario, y mucha gente en cualquiera
de estas colas, o filas como lo expresan en otros países del mundo,
hablan mal y critican al Gobierno, algunas veces con razón, otras
desconociendo el contexto de lo que está pasando en nuestro país, por
una parte, y como lo señala el economista y diputado de la Asamblea
Nacional por el Distrito Capital, la cola es una estrategia perversa
dentro del marco de la guerra económica, para desmoralizar a nuestro
pueblo. Y no sólo para desmoralizarlo, sino para irritarlo, molestarlo.
Pero también debemos reconocer fallas y errores que hemos tenido dentro de nuestra gestión de gobierno. La no racionalización de los procesos como lo he expresado a través de mi cuenta tuiter, de manera que no se pierda tiempo y dinero. Debemos revisarnos y corregirnos mucho.
Particularmente quien esto escribe, comparte el planteamiento de los hermanos y hermanas de Cuba, quienes observando lo que ocurre en nuestro país respecto a esta Guerra Económica, y viniendo ellos de un país asediado, con bloqueo económico y financiero, señalan que nunca han pasado ni visto en su país esto de las colas, ya que lo consideran una humillación, y estoy de acuerdo con ellos. Particularmente, yo no hago muchas colas porque no me calo esta afrenta de los enemigos de la Patria de Bolívar y Chávez, y las pocas que hago, afortunadamente han sido rápidas y por elementos muy puntuales y de estricta necesidad.
Pero las colas de las que quiero referirme en este artículo, tienen que ver con las kilométricas que se observan en las instituciones bancarias y financieras de mi país, tanto públicas como privadas, aún cuando la mayoría se da en las instituciones bancarias públicas. Resulta que ahora cuando usted va a hacer un depósito, va a retirar dinero, o peor aún, va a un cajero automático para retirar efectivo, también se hagan unas colas tan largas y de tanto tiempo.
Y lo peor es que la conciencia ciudadana no existe, porque también lo que demora los procesos en dichas colas son que personas con cierto desespero, llevan muchas tarjetas de débito o crédito para retirar efectivo. El pasado domingo, estando yo en un centro comercial capitalino del centro de Caracas que no mencionaré acá, cuando fui a retirar algo de efectivo, vi a una persona con no menos de 20 tarjetas para usarlas en un cajero automático. ¡Qué desconsideración y falta de respeto hacia las demás personas que teníamos la misma necesidad!
Y antes de iniciar mis reflexiones, quiero poner algunos puntos en claro. No soy economista, soy abogado, y ojalá que con algunas reflexiones desde el punto de vista político que me quiero permitir hacer, los economistas revolucionarios que tenemos, de la talla de un Jesús Faría, de un Víctor Alvarez y otros que se me escapan sus nombres, puedan hacer un estudio más serio, y hasta nos ilustren de lo que está pasando nuestro país con respecto a la interrogante que me hago en este artículo.
Esto lo expresó, y creo que lo haré a través de un ejemplo: Yo tengo cuentas en el Banco de Venezuela, y desde hace algún tiempo para acá, dicha institución bancaria ha implementado que a través de sus cajeros automáticos se pueda retirar hasta 3.000 Bs. En efectivo Diario; en taquilla bancaria, se pueden retirar hasta 15.000 Bs en efectivo, y si desea retirar una cantidad mayor, debes comprar un cheque de gerencia para ello.
Creo que de este tema que me planteo, solamente el camarada Javier Hernández, quien se hizo una pregunta y escribió un artículo más o menos en la dirección que pretendo darle al mío.
Lo cierto del caso es el siguiente. Hice una indagación respecto de lo que es un "corralito" financiero, y quiero compartirla con todas y todos ustedes para ponernos en contexto:
Según algunos analistas, un corralito bancario es una medida que lleva a cabo los gobiernos destinada a evitar la quiebra del sistema bancario en tiempos de recesión económica, cuando la confianza ha menguado notablemente. El origen de ella es que las personas comienzan a desconfiar notablemente del sistema bancario, y por ende, empiezan a retirar sus fondos en efectivo.
Cuando este movimiento se produce en masa, los bancos no disponen de suficiente liquidez para poder afrontarlo y seguir adelante con el sistema bancario, por lo que debe intervenir el gobierno y poner una serie de limitaciones, como poner un máximo a disponer en un plazo de tiempo y por entidad financiera, prohibición de envíos económicos al exterior etc.
La duración de un corralito financiero está determinada por el tiempo que tarde la sociedad en volver a tener confianza en las entidades bancarias y el riesgo de un mayor daño en la economía se vea mitigado. Durante el tiempo que dura el corralito, la normal actividad de familias y empresa se ve muy alterado al no poder disponer de efectivo.
Pues bien, dentro de estas indagaciones que he realizado, he visto que medidas o situaciones como éstas, se han implementado en países como Chipre, Grecia y Argentina.
Sabiendo ya qué es un corralito financiero es más fácil entender el corralito de Chipre. En el país europeo se llevó a cabo lo que se conoce como corralito parcial, por el cual se acordó una quita entre Eurogrupo y el Gobierno chipriota a cambio de los 10.000 millones del rescate. Esto trae consigo un aumento de los impuestos por depósitos en los bancos y cajas de ahorros.
En el caso de Grecia, cuando se tomó esta medida, lo que se busca es limitar la fuga de capitales que para ese entonces había llegado a 34.000 millones de euros. También lo hizo buscando evitar la quiebra de los bancos griegos, ya que el Banco Central Europeo (BCE) dio apoyo pero no el suficiente.
En el caso de nuestra hermana Argentina, fue una medida económica que tomó el entonces Presidente Fernando De La Rúa, que consistía en que cada ciudadano y cada ciudadana no podía sacar de los bancos más de 250 pesos a la semana.
Hay que recordar que se trataba de una época en la que los pagos no se domicializaban en los bancos y las facturas de la luz, gas, electricidad, etc. se pagaban al contado. Con lo que los argentinos tenían 250 euros semanales para sobrevivir.
Además, gente que tenía ahorros perdió su dinero y no tenía la posibilidad de acceder a ese dinero. 10 años después de que ocurriera el corralito, mucha gente continúa sin recibir el dinero perdido.
Algunos de los bancos cerraban las puertas ante las protestas de los ahorradores que reclamaban su dinero. Ante esta situación se iniciaron las famosas caceroladas, que se hacían en las puertas de los bancos que cerraban las puertas.
En ese contexto, la ciudadanía perdió toda la confianza hacia los bancos y creció la costumbre de guardar el dinero en cajas de seguridad privadas o en otros sitios aparte de los bancos.
El corralito terminó un año más tarde, después de que el Gobierno argentino fue capaz de pagar la deuda de 11.073 millones de dólares.
Destaco que en los ejemplos anteriores, los "corralitos" bancarios y financieros han sido medidas acordadas por los gobiernos de dichos países.
Pues bien, teniendo estos conceptos claros, quiero expresar algunas consideraciones respecto a nuestro país.
En primer lugar, ni ha sido el Gobierno del Comandante Hugo Chávez ni creo que el Gobierno de Nicolás Maduro vaya a tomar una medida de esas características, por el corte socialista de ambos. Sin embargo, es importante hacer algunas consideraciones.
Se me viene a la mente los hechos sucedidos en el año 2002, en pleno paro-sabotaje económico petrolero de diciembre de ese año y hasta los primeros días del mes de febrero de 2003. Las instituciones bancarias en aquél entonces intentaron establecer esta especie de "corralito" al limitar los retiros de efectivos e imponer un horario de tres (3 1/2) horas y medias, es decir, desde las 8:30 am hasta las 12:00 m. Ese experimento y engendro diabólico fue combatido con mucha firmeza y contundencia, y por ende abortado, por nuestro Comandante Supremo y Eterno, Hugo Chávez.
Ahora en este año 2015, casi doce (12) años después, vemos como todas las instituciones del sistema financiero, público y privado, han desmejorado considerablemente sus servicios, y lo reitero, aún cuando no está declarado, si pareciera que nos están imponiendo por la vía de facto, por la vía de los hechos esta situación. Además del problema con los puntos de venta de varios establecimientos comerciales (y en la mayoría de los casos con las tarjetas de crédito o débito del sistema de la banca pública. ¿Casualidad?) También haya enormes dificultades y sea tan engorroso y hasta traumático obtener el efectivo para poder sufragar ciertos y determinados gastos.
¿Qué sucede con la optimización y racionalización de los procesos? ¿Será que no solamente es el sector bancario, sino el financiero todo? ¿Será que en Venezuela, se ha implementando una variante de "corralito", donde no es una medida adoptada por los Gobiernos, sino por el sector privado, y algunas individualidades dentro del sector público? ¿Será que la ralentización y desmejora de los servicios es parte del saboteo para generar desgaste y vayamos en las peores condiciones en la contienda electoral que tendremos dentro de dieciocho (18) días? ¿Qué pasará que no se adoptan medidas audaces, de emergencia, para enfrentar el desabastecimiento y la inflación? ¿Será que las empresas privadas son las más interesadas en generar malestar y le están dejando todo el peso a lo público, que por supuesto no se daría abasto para dar respuesta a todas las demandas, todo esto para generar colapso y el caos? ¿Por qué se juega con la paciencia de los usuarios y usuarias de bienes y servicios? ¿Por qué a la hora de comprar o recibir servicios, las colas son tan lentas, haciéndonos perder tiempo y dinero? ¿Con quién uno se queja? ¿Estará el Gabinete Económico informado de estas situaciones? ¿Y si lo está, que espera para actuar? ¿Quién nos protege ante tanto desmadre?
Bueno creo que resumo tantas inquietudes, que no tendremos respuesta a lo mejor de manera tan inmediata.
Si los efectos de las medidas adoptadas hasta ahora no han surtido efecto, es porque algo no está funcionando. Reuniones, promesas, propuestas, pero no se perciben avances en el tratamiento de los problemas, mientras crece la angustia en la colectividad.
Insisto en que esta batalla del 6-D, de dentro de dieciocho (18) días, si bien la Revolución Bolivariana tiene ventajas para vencer, pero la misma se decidirá no en lo macro, sino en lo micro, en la cotidianidad, en los pequeños detalles que pueden hacer la gran diferencia.
Pero culmino mi artículo de hoy, con la misma interrogante con la que titulé mi artículo hoy: ¿Se estará implementando un corralito financiero en Venezuela, y no nos lo han informado? ¿O no nos hemos dado cuenta?
Que se abra el debate.
¡Bolívar y Chávez Viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la victoria siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Pero también debemos reconocer fallas y errores que hemos tenido dentro de nuestra gestión de gobierno. La no racionalización de los procesos como lo he expresado a través de mi cuenta tuiter, de manera que no se pierda tiempo y dinero. Debemos revisarnos y corregirnos mucho.
Particularmente quien esto escribe, comparte el planteamiento de los hermanos y hermanas de Cuba, quienes observando lo que ocurre en nuestro país respecto a esta Guerra Económica, y viniendo ellos de un país asediado, con bloqueo económico y financiero, señalan que nunca han pasado ni visto en su país esto de las colas, ya que lo consideran una humillación, y estoy de acuerdo con ellos. Particularmente, yo no hago muchas colas porque no me calo esta afrenta de los enemigos de la Patria de Bolívar y Chávez, y las pocas que hago, afortunadamente han sido rápidas y por elementos muy puntuales y de estricta necesidad.
Pero las colas de las que quiero referirme en este artículo, tienen que ver con las kilométricas que se observan en las instituciones bancarias y financieras de mi país, tanto públicas como privadas, aún cuando la mayoría se da en las instituciones bancarias públicas. Resulta que ahora cuando usted va a hacer un depósito, va a retirar dinero, o peor aún, va a un cajero automático para retirar efectivo, también se hagan unas colas tan largas y de tanto tiempo.
Y lo peor es que la conciencia ciudadana no existe, porque también lo que demora los procesos en dichas colas son que personas con cierto desespero, llevan muchas tarjetas de débito o crédito para retirar efectivo. El pasado domingo, estando yo en un centro comercial capitalino del centro de Caracas que no mencionaré acá, cuando fui a retirar algo de efectivo, vi a una persona con no menos de 20 tarjetas para usarlas en un cajero automático. ¡Qué desconsideración y falta de respeto hacia las demás personas que teníamos la misma necesidad!
Y antes de iniciar mis reflexiones, quiero poner algunos puntos en claro. No soy economista, soy abogado, y ojalá que con algunas reflexiones desde el punto de vista político que me quiero permitir hacer, los economistas revolucionarios que tenemos, de la talla de un Jesús Faría, de un Víctor Alvarez y otros que se me escapan sus nombres, puedan hacer un estudio más serio, y hasta nos ilustren de lo que está pasando nuestro país con respecto a la interrogante que me hago en este artículo.
Esto lo expresó, y creo que lo haré a través de un ejemplo: Yo tengo cuentas en el Banco de Venezuela, y desde hace algún tiempo para acá, dicha institución bancaria ha implementado que a través de sus cajeros automáticos se pueda retirar hasta 3.000 Bs. En efectivo Diario; en taquilla bancaria, se pueden retirar hasta 15.000 Bs en efectivo, y si desea retirar una cantidad mayor, debes comprar un cheque de gerencia para ello.
Creo que de este tema que me planteo, solamente el camarada Javier Hernández, quien se hizo una pregunta y escribió un artículo más o menos en la dirección que pretendo darle al mío.
Lo cierto del caso es el siguiente. Hice una indagación respecto de lo que es un "corralito" financiero, y quiero compartirla con todas y todos ustedes para ponernos en contexto:
Según algunos analistas, un corralito bancario es una medida que lleva a cabo los gobiernos destinada a evitar la quiebra del sistema bancario en tiempos de recesión económica, cuando la confianza ha menguado notablemente. El origen de ella es que las personas comienzan a desconfiar notablemente del sistema bancario, y por ende, empiezan a retirar sus fondos en efectivo.
Cuando este movimiento se produce en masa, los bancos no disponen de suficiente liquidez para poder afrontarlo y seguir adelante con el sistema bancario, por lo que debe intervenir el gobierno y poner una serie de limitaciones, como poner un máximo a disponer en un plazo de tiempo y por entidad financiera, prohibición de envíos económicos al exterior etc.
La duración de un corralito financiero está determinada por el tiempo que tarde la sociedad en volver a tener confianza en las entidades bancarias y el riesgo de un mayor daño en la economía se vea mitigado. Durante el tiempo que dura el corralito, la normal actividad de familias y empresa se ve muy alterado al no poder disponer de efectivo.
Pues bien, dentro de estas indagaciones que he realizado, he visto que medidas o situaciones como éstas, se han implementado en países como Chipre, Grecia y Argentina.
Sabiendo ya qué es un corralito financiero es más fácil entender el corralito de Chipre. En el país europeo se llevó a cabo lo que se conoce como corralito parcial, por el cual se acordó una quita entre Eurogrupo y el Gobierno chipriota a cambio de los 10.000 millones del rescate. Esto trae consigo un aumento de los impuestos por depósitos en los bancos y cajas de ahorros.
En el caso de Grecia, cuando se tomó esta medida, lo que se busca es limitar la fuga de capitales que para ese entonces había llegado a 34.000 millones de euros. También lo hizo buscando evitar la quiebra de los bancos griegos, ya que el Banco Central Europeo (BCE) dio apoyo pero no el suficiente.
En el caso de nuestra hermana Argentina, fue una medida económica que tomó el entonces Presidente Fernando De La Rúa, que consistía en que cada ciudadano y cada ciudadana no podía sacar de los bancos más de 250 pesos a la semana.
Hay que recordar que se trataba de una época en la que los pagos no se domicializaban en los bancos y las facturas de la luz, gas, electricidad, etc. se pagaban al contado. Con lo que los argentinos tenían 250 euros semanales para sobrevivir.
Además, gente que tenía ahorros perdió su dinero y no tenía la posibilidad de acceder a ese dinero. 10 años después de que ocurriera el corralito, mucha gente continúa sin recibir el dinero perdido.
Algunos de los bancos cerraban las puertas ante las protestas de los ahorradores que reclamaban su dinero. Ante esta situación se iniciaron las famosas caceroladas, que se hacían en las puertas de los bancos que cerraban las puertas.
En ese contexto, la ciudadanía perdió toda la confianza hacia los bancos y creció la costumbre de guardar el dinero en cajas de seguridad privadas o en otros sitios aparte de los bancos.
El corralito terminó un año más tarde, después de que el Gobierno argentino fue capaz de pagar la deuda de 11.073 millones de dólares.
Destaco que en los ejemplos anteriores, los "corralitos" bancarios y financieros han sido medidas acordadas por los gobiernos de dichos países.
Pues bien, teniendo estos conceptos claros, quiero expresar algunas consideraciones respecto a nuestro país.
En primer lugar, ni ha sido el Gobierno del Comandante Hugo Chávez ni creo que el Gobierno de Nicolás Maduro vaya a tomar una medida de esas características, por el corte socialista de ambos. Sin embargo, es importante hacer algunas consideraciones.
Se me viene a la mente los hechos sucedidos en el año 2002, en pleno paro-sabotaje económico petrolero de diciembre de ese año y hasta los primeros días del mes de febrero de 2003. Las instituciones bancarias en aquél entonces intentaron establecer esta especie de "corralito" al limitar los retiros de efectivos e imponer un horario de tres (3 1/2) horas y medias, es decir, desde las 8:30 am hasta las 12:00 m. Ese experimento y engendro diabólico fue combatido con mucha firmeza y contundencia, y por ende abortado, por nuestro Comandante Supremo y Eterno, Hugo Chávez.
Ahora en este año 2015, casi doce (12) años después, vemos como todas las instituciones del sistema financiero, público y privado, han desmejorado considerablemente sus servicios, y lo reitero, aún cuando no está declarado, si pareciera que nos están imponiendo por la vía de facto, por la vía de los hechos esta situación. Además del problema con los puntos de venta de varios establecimientos comerciales (y en la mayoría de los casos con las tarjetas de crédito o débito del sistema de la banca pública. ¿Casualidad?) También haya enormes dificultades y sea tan engorroso y hasta traumático obtener el efectivo para poder sufragar ciertos y determinados gastos.
¿Qué sucede con la optimización y racionalización de los procesos? ¿Será que no solamente es el sector bancario, sino el financiero todo? ¿Será que en Venezuela, se ha implementando una variante de "corralito", donde no es una medida adoptada por los Gobiernos, sino por el sector privado, y algunas individualidades dentro del sector público? ¿Será que la ralentización y desmejora de los servicios es parte del saboteo para generar desgaste y vayamos en las peores condiciones en la contienda electoral que tendremos dentro de dieciocho (18) días? ¿Qué pasará que no se adoptan medidas audaces, de emergencia, para enfrentar el desabastecimiento y la inflación? ¿Será que las empresas privadas son las más interesadas en generar malestar y le están dejando todo el peso a lo público, que por supuesto no se daría abasto para dar respuesta a todas las demandas, todo esto para generar colapso y el caos? ¿Por qué se juega con la paciencia de los usuarios y usuarias de bienes y servicios? ¿Por qué a la hora de comprar o recibir servicios, las colas son tan lentas, haciéndonos perder tiempo y dinero? ¿Con quién uno se queja? ¿Estará el Gabinete Económico informado de estas situaciones? ¿Y si lo está, que espera para actuar? ¿Quién nos protege ante tanto desmadre?
Bueno creo que resumo tantas inquietudes, que no tendremos respuesta a lo mejor de manera tan inmediata.
Si los efectos de las medidas adoptadas hasta ahora no han surtido efecto, es porque algo no está funcionando. Reuniones, promesas, propuestas, pero no se perciben avances en el tratamiento de los problemas, mientras crece la angustia en la colectividad.
Insisto en que esta batalla del 6-D, de dentro de dieciocho (18) días, si bien la Revolución Bolivariana tiene ventajas para vencer, pero la misma se decidirá no en lo macro, sino en lo micro, en la cotidianidad, en los pequeños detalles que pueden hacer la gran diferencia.
Pero culmino mi artículo de hoy, con la misma interrogante con la que titulé mi artículo hoy: ¿Se estará implementando un corralito financiero en Venezuela, y no nos lo han informado? ¿O no nos hemos dado cuenta?
Que se abra el debate.
¡Bolívar y Chávez Viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la victoria siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
jmartoranoster@gmail.com @juanmartorano
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