Reinaldo Quijada.
Recordando a Chávez… Palabras textuales, selección nuestra: “Cuidemos la
conciencia. Comprometámonos mucho más, en la batalla, para darle al
pueblo, lo que es del pueblo. La batalla contra los viejos vicios… Pero
eso hay que hacerlo hoy… Comencemos por nosotros mismos… Una revolución
espiritual, moral, ética... ¿Por qué tú te vas a agarrar un bolívar que
no es tuyo? ¿Por qué tú vas a hacer negocios con la burguesía y a
repartirte una tajada? ¿No ves que estas traicionando a un pueblo?
¿Traicionando una esperanza?... ¿Por qué si tú tienes una autoridad que
te ha delegado el pueblo, directa o indirectamente, no te consagras por
entero? ¿Por qué yo llego aquí, y con el amor del pueblo, de inmediato,
llegan los papeles: “¡Chávez, que soy una mujer, que tengo 6 hijos y no
tengo casa!”? ¿No hay quién atienda esa mujer?… ¿Dónde están las
estructuras intermedias? ... ¿Por qué no llegamos hasta allá? ¿Por qué
tiene que venir la mujer aquí, la hermana, a llorar y a aferrarse a mi
mano: “¡Chávez, ayúdame, que no tengo cómo vivir!”? ¿Por qué eso tiene
que seguir siendo así?”.
Y luego, sigue Chávez: “Por allá yo fui a inaugurar el Centro
Penitenciario de Falcón… Tremenda estructura… Y me dicen: “Bueno, aquí
se invirtieron 500 millones de dólares”… Y veo una gente allí, y un
ranchito y un arenal… Y me bajo: “¿Hay café?”… Y tengo que pelear con la
seguridad porque me quieren cambiar el café que me quiere dar la
señora… Y les digo: “No, no… yo quiero café de aquí, vale, déjame que la
señora no me va a envenenar”… ¿Qué me dice la muchacha?: “¡Ay Chávez,
aquí no tenemos agua!”… Tienen unos pipotes… Ahora yo digo: “¡Dios mío!
Ingeniero ven acá, ministro ven acá. ¿Cuánto fue que se gastó allí?...
¿Cuántas veces tú pasaste por aquí… durante 3 años, casi 4… y tú nunca
preguntaste si tienen agua?”… ¿No pudiste hacer algo… para traerle agua a
esta gente?… ¿No pudiste hacer nada?... ¿Por qué?”
Son palabras textuales de Chávez, como tantas otras… Y, por supuesto,
falta lo más importante, que el papel no puede reflejar, falta la voz de
Chávez, su pasión, su amor, su entrega, su dedicación… Su compromiso
con el pueblo, su sacrificio… Y el clamor, desgarrador, de ese “¿Por
qué?”, vigente y palpable, que debe estremecer nuestra conciencia
colectiva adormecida.
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