martes, 14 de julio de 2015

DOS MEDIDAS DESESPERADAS PARA SALVAR A LA REVOLUCIÓN

Por Toby Valderrama y Antonio Aponte

El gobierno, sordo en su soberbia, no pudo establecer territorios de discusión, de la dura, de la que busca el criterio, la verdad. Optó por el camino fácil, cómodo construyó una torre de cristal, hizo de sus deseos y de las voces aduladoras su propia realidad. Hoy el gobierno vive en un espejismo y el país se retuerce en su existencia real.

El país anda mal, muy mal, esto no lo duda nadie; los más moderados lo dicen con elegancia, otros gritan, pero nadie lo duda. Los que antes atacaban a la crítica que intentaba evitar el descalabro, los que acusaban de salto de talanquera a la menor alerta, los que veían un agente enemigo en cada crítica hoy callan asustados, o reconocen la tragedia que no supieron advertir para su corrección.

No es necesario enumerar lo que marcha mal, todos lo vivimos. La situación es grave y el gobierno actúa en su burbuja, viviendo en otro país, esquizofrénico, se mueve triste en un monólogo de teatro que nadie ve, que nadie acredita. Viviendo el día a día, regodeándose con sus 3 millones, atacando a los “bachaqueros” que antes eran pueblo alzado y ahora son "agentes enemigos", vive de espaldas a la realidad. Acusa a la exxon de querer tomar el país, y simultáneamente le abre las puertas del petróleo aquí a los socios de la exxon. No entiende que las transnacionales son un tejido, que no hay compañía aislada, que todos son defensoras del capitalismo.

La esquizofrenia llega a todos los rincones, movimientos que antes llenaban el Poliedro de juventud, que antes podían influir en la política nacional, ahora se reúnen en una carpa sin entender que ese no era su papel histórico. Hacen bloques, queso, cuando la historia los llamaba a hacer Patria, liberar a la humanidad, construir el Socialismo, no jugar.

Y aquí nos encontramos con la primera medida: hay que criticarse, que cada uno, que cada Frente, que el gobierno, haga su balance. ¿Cumplió su papel?, ¿para esto los dejó Chávez?, ¿por qué el país está como está?, ¿qué ha fallado, en que hemos fallado? Luego, esa crítica debe ir a la práctica, tomar medidas, identificar al capitalismo como el enemigo, al sistema, no a unos cuantos pendejos agrupados en fedecámaras. Critíquense ahora, para que mañana no lo tengan que hacer cuando todo esté consumado, para que no lloren lo que no supieron defender.

Segunda medida, declare al gobierno en emergencia, declare a la nación en emergencia, diga que la baja de los precios del petróleo es un inmenso golpe, que ahora debemos ir a un periodo especial soportado por los más conscientes. Convoque a la vanguardia de la sociedad, deje atrás el clientelismo, la lucha por los curules, la mentalidad electoral, a la socialdemocracia que tanto daño ha hecho.

Convoque un Estado Mayor Ideológico de la Revolución, con los que están de acuerdo en todo, pero también y principalmente con los que disienten, óiganse las críticas. Estúdiese dónde se erró el camino, dónde falló la teoría.  Diseñen una nueva estrategia, renueve los equipos de dirección.
Convóquese, entre otros, a Giordani, a Luis Britto, a los hermanos Lazo, a Vladimir Acosta, a Vanessa Davies, a Julio Escalona, a José Vicente Rangel, a Maryclén Stelling, al General en Jefe Jacinto Pérez Arcay, a Javier Biardeau, a Atilio Borón, a Cristina González, a Néstor Kohan, a Roberto López Sánchez, a Manuel Cabieses, a Rubén Zardoya…

Estas medidas preliminares deben ser el inicio de un gran Golpe de Timón, de una gran rectificación que emocione, que devuelva la esperanza al mundo real, no al que habita en la torre de cristal. Háganle caso a José Vicente cuando les dice, valiente, que se abran al país, les está diciendo que tomen el pulso a la situación, que se bajen de la torre de cristal, que agarren el toro por los cuernos, que se enfrenten a la realidad real.

Aún hay tiempo para rectificar, pero se necesita el alto coraje de los grandes, los que son capaces de reconocer errores, de criticarse, como aquel que reconoció que "por ahora" no habían alcanzado los objetivos propuestos. Son tiempos de medir la grandeza de los dirigentes.


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