sábado, 19 de mayo de 2007

Propuestas para el 2do Motor Constituyente: La Reforma Constitucional (XXPropuestas para el 2do Motor Constituyente: La Reforma Constitucional (XX)

Un elemento que quiero señalar en esta entrega referido al artículo 61 de nuestra Constitución, la cual consagra el derecho que tenemos todos los venezolanos y venezolanas a la objección de conciencia es el siguiente. Dicho artículo posee y contiene una serie de restricciones con el objeto de evitar que la misma se convierta en un pretexto para el delito o los vicios. Es importante tomarlo en cuenta para no caer en malas interpretaciones y por ende en una posible violación de los preceptos constitucionales.

Ahora con respecto al artículo 62, el mismo consagra el derecho que tienen todos los ciudadanos y ciudadanas de este país de participar en los asuntos públicos que sean de su interés. Esto es lo que se conoce como la participación comunitaria, o como se entiende en Venezuela, el Poder Popular. Por participación ciudadana entendemos todo proceso que permite la opinión y la acción de los ciudadanos en la búsqueda soluciones y mejoras a los problemas y a los proyectos colectivos. La participación arranca con la propuesta de aportar, de ser parte de la solución, con asumir los protagonismos que nos corresponden. Todo proceso participativo pasa al menos por convertirse en constructor de la solución. Dicho artículo constituye una novedad al incluir la participación como una forma de ejercicio de los derechos políticos, siguiendo así lo establecido en los principios fundamentales del artíclo 6.Existen bastantes artículos en nuestra Constitución que tratan de la participación del pueblo, sea a su nivel comunitario, municipal, estadal o nacional y que iremos comentando, analizando, haciendo algunas propuestas de modificaciones en la medida que avancemos en esos artículos. El sufragio es una de las formas de participar. Pero sabemos que si bien este derecho es muy interesante y bonito, el mismo se enfrenta con una serie de barreras que es importante enfrentarlas.A este respecto, tomo prestadas algunas del amigo Haiman El Troudi y Marta Harnecker:

. ESCEPTICISMO Y APATÍA

1. Las prácticas utilitarias de los ministerios, gobernaciones, alcaldías y juntas parroquiales respecto a la participación, durante los cuarenta años del sistema político de democracia representativa, generaron una profunda desconfianza ciudadana respecto a las bondades de la misma.



2. Es muy común encontrar en las comunidades más excluidas un gran nivel de incredulidad y apatía. La gente está cansada de promesas incumplidas. Desconfía de la política y de los políticos.



3. Por otra parte, los logros ciudadanos en el ejercicio de la participación como resistencia al margen o enfrentada a las instituciones, generó en algunos movimientos populares una cultura de oposición permanente. Todo lo que huele a institución o institucional es, de por sí, algo dudoso, se le considera como un potencial enemigo. No se entiende que las instituciones en manos de personas que comparten un proyecto de sociedad humanista y solidario pueden ser muy útiles para despertar o consolidar la organización popular.



4. Es necesario vencer ese gran escepticismo y apatía reinante siendo muy consecuentes a la hora de prometer soluciones. Jamás se debe prometer lo que no se pueda cumplir.



Otro de los obstáculos que hay que vencer es otro que Haiman señala y que a continuación transcribimos para ustedes:

VENCER LA CULTURA CLIENTELAR Y DE OTORGAMIENTO DE FAVORES

1. En Venezuela existe una profunda cultura clientelar y de mediaciones políticas. Todo se consigue a través de intermediarios que cobran de diversas maneras sus favores (políticos, económicos y de ascenso social). Hay que vencer la cultura paternalista del Estado repartidor de dádivas pero castrador de dignidades.




2. Hay que luchar por construir una nueva cultura que genere la convicción de que es a través de la organización y participación del pueblo cómo se logra derrotar la pobreza y edificar una sociedad libre, justa y de iguales.



3. Para ello es fundamental que los recursos con que cuentan las instituciones estatales para otorgar servicios y realizar obras en la comunidad no sean distribuidos de acuerdo a criterios individuales de tal o cual funcionario del aparato administrativo, sino luego de una consulta popular donde colectivamente se determinen los criterios de distribución de esos recursos.



4. Resulta de especial importancia enfatizar en el desarrollo de prácticas reflexivas, evaluar permanentemente los logros alcanzados a través de la participación respecto a las necesidades de coyuntura y estratégicas de la propia comunidad. Atreverse a pensar y entender lo que ocurre en la realidad en la cual se vive y participa, es el camino cierto para alcanzar la independencia de pensamiento y constituye el mejor antídoto contra la manipulación de la participación comunitaria. En este sentido, la educación popular y sus formas de entender la realidad, los conflictos y la necesidad de cambios la convierten en una herramienta de primer orden en la promoción y sostenibilidad de la participación.


Otro obstáculo que encontramos es el siguiente:

BUROCRATISMO

1. No hay que confundir burocracia con burocratismo. La burocracia es el ejército de funcionarios que garantiza el cumplimiento de las metas del Estado y del gobierno y, como tal, es necesaria.

2. Otra cosa es el burocratismo, visto como el surgimiento de alcabalas, trámites y exigencias innecesarias que bloquean o impiden el logro de las metas de una administración.

3. El burocratismo tiende a multiplicar las instancias y exigencias para solucionar los problemas de la gente. Para lograr este propósito las instituciones suelen incrementar de manera permanente el número de funcionarios, abriendo paso a prácticas clientelares. Cada nuevo grupo de funcionarios eleva la cantidad de procedimientos y conlleva una cadena de lealtades que propician el surgimiento de la corrupción.

4. Además, el burocratismo posibilita el surgimiento de la corrupción, al multiplicar el papeleo, la discrecionalidad en la toma de decisiones y los grupos de intereses generados por la cultura clientelar.

5. El burocratismo es la antítesis del protagonismo ciudadano en la gestión de los asuntos públicos.

6. Para evitar el burocratismo habría que:



a. Achatar la pirámide burocrática

Achatar la pirámide burocrática evitando tanto en la institucionalidad como en las organizaciones de base el surgimiento de instancias intermedias y procesos artificiales. Las organizaciones deben construir formas de dirección que abran paso a formas de gestión donde los dirigentes sean simples facilitadores de las decisiones tomadas por la mayoría.1

b. Simplificar los procesos

Simplificar procesos, fusionar trámites, haciendo más expeditos los caminos para la solución de problemas, sin que ello implique un abandono de la calidad técnica ni la pertinencia de las soluciones.

c. Desconcentrar y descentralizar las tareas administrativas

La desconcentración2 y la descentralización3 de las tareas administrativas son iniciativas que contribuyen a derrotar el burocratismo. Ello demanda una distribución geográfica diferente de gran parte de los funcionarios, lo que evita que éstos se concentren en el centro de las ciudades capitales de estado en lugar de distribuirse equitativamente en todo el territorio, de modo que no sólo las clases adineradas tengan facilidad de acceso a los servicios públicos sino toda la población. No se trata de elevar desproporcionadamente el VERTICALISMO Y AUTORITARISMO

1. Otra traba a la participación es el estilo verticalista, autoritario, de algunos dirigentes y cuadros administrativos que dirigen autoritariamente, pretendiendo “bajar” líneas de acción a las comunidades sin consultarlas en ningún sentido. Lo que interesa es que se ejecute lo indicado desde arriba, no existiendo preocupación alguna por convencer a la gente acerca de las propuestas que se levantaban.

2. La participación popular exige un estilo democrático de conducción, que incorpore a las bases al proceso de toma de decisiones. Tenemos que luchar por eliminar todo verticalismo ya que éste anula la iniciativa de las masas. Nuestro papel es el de orientadores y no el de suplantadores de las masas.



1 Eso es lo que se llama modelo de gestión de pirámide invertida.

1. En lugar de que los servicios que proporciona el estado estén concentrados en el centro de la ciudad se busca colocarlos en los municipios o en las parroquias o en subdivisiones de éstas para que los vecinos puedan realizar diversos trámites administrativos

más cerca de sus hogares, agilizando los mismos.



2. El nivel central de una organización, a través de la descentralización delega en otros órganos locales la administración de un servicio, reservándose la generación de políticas. La desconcentrar además de delegar, faculta a órgano local para que tome decisiones de orden político.



3. Para lograr sus objetivos, los líderes autoritarios comúnmente utilizan el miedo, basado en la arbitrariedad, en aras de evitar la reflexión crítica, el pensamiento, la acción y las capacidades creativas de las personas.



4. No se debe confundir autoritarismo con ejercicio del gobierno con autoridad. La autoridad se apoya en el poder y la legitimidad, o lo que es igual, poder legitimado por la mayoría. Los líderes y gobernantes revolucionarios precisan prescribir el autoritarismo como herramienta empleada para imponer su visión de las cosas y, en esa medida, deben apostar por la generación de prácticas democráticas que privilegien el diálogo, busquen consenso y respeten las posiciones disidentes.

tamaño del Estado, sino de distribuir mejor a los trabajadores públicos.



Por último, pero para esta entrega, en la próxima continuaremos con las otras barreras que dificultan la participación ciudadana y que hay que derribarlas, es la siguiente:



ESCASEZ DE TIEMPO

1. Muchas veces solemos ponernos metas cuyos plazos son muy cortos e impiden la maduración de los procesos participativos.



2. Hay que tener claro que la participación necesita tiempo: tiempo para hilar una idea, tiempo para expresarse, tiempo para que unos reafirmen las ideas de los otros, tiempo para convencer, tiempo para concretar una idea en actividades prácticas, tiempo para señalar y resaltar las ideas correctas y esclarecerlas con argumentos. (Continuará...).

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