sábado, 26 de mayo de 2007

Propuestas para el 2do motor constituyente: la reforma constitucional (XXII)

Estamos comentando, analizando y proponiendo algunos elementos importantes con respecto al derecho y también deber que tenemos todos los ciudadanos que habitamos en esta República a la participación ciudadana.este derecho incluso, va en beneficio de los sectores que adversan este proceso.Solo que si ellos se organizaran y no anduvieran por el camino de la violencia, del odio, de las aventuras golpistas y apátridas, tal vez ganarían algunos espacios de poder, la cual en mi criterio tienen derecho, siempre y cuando respeten la constitución y leyes de esta Nación.Este Gobierno y esta Revolución Pacífica no pretende criminalizar la disidencia, no pretende aplastar ni acabar con las minorías, pero éstas deben respetar a las mayorías que han decidido tomar un camino y que estos sectores pretenden desconocer.

En esta penúltima entrega de los comentarios y propuestas de este maravilloso artículo 62 de nuestra Constitución, y del que he tomado referencias importantes de Haiman El Troudi y Marta Harnecker, culmino los mismos con lo siguiente que a continuación presento y que es de los autores anteriormente señalados:

EL ESPONTANEÍSMO DE LAS COMUNIDADES

1. La improvisación de los funcionarios tiene su complemento en el espontaneísmo comunitario. Éste pretende fundamentarse en el desprecio por los teóricos y la teoría, cuando en realidad revela un precario desarrollo de la sistematización, la revisión crítica de las experiencias y una limitada cultura de socializar la información entre todos los integrantes de las organizaciones o comunidades. No basta con hacer. La parábola popular que dice: "el camino del infierno está lapidado de buenas intenciones," sintetiza los riesgos del espontaneísmo.

2. Éste no es otra cosa que una práctica comunitaria sin definición de objetivos, sin centrar esfuerzos, sin identificar los ámbitos reales de desarrollo. Los esfuerzos se dispersan en un afán de la acción por la acción.

3. Las comunidades y sus liderazgos deben estar alerta ante las expresiones de espontaneísmo que se presentan en su seno. Se debe convocar a la gente a que discuta y participe bajo una agenda construida de manera compartida entre todos los líderes de la localidad. La elaboración consensuada de los puntos y temáticas a tratar, así como el enfoque de las mismas, posibilita el emerger de la cultura de la sistematización, la evaluación compartida y el pensamiento reflexivo. Pero la agenda consensuada debe ser vista como un acuerdo mínimo que puede ser modificado y enriquecido por las propias comunidades en el diálogo de saberes que se genera en las asambleas, plenarias y mesas de trabajo.
ASAMBLEÍSMO
1. Aún cuando las grandes asambleas aparecen como el espacio ideal de participación para mucha gente, no necesariamente lo son. Por el contrario, reuniones con una gran asistencia y falta de preparación pueden ser el lugar propicio para que líderes inescrupulosos manipulen a los asistentes a través de discursos muy floridos pero con escaso contenido. Los politiqueros con discurso radical, sin inserción social concreta, suelen defender el asambleísmo porque esto les permite capitalizar las reuniones sin que ello implique un real compromiso con el seguimiento de los acuerdos que de ella emanen.

2. Por eso la práctica aconseja que para agilizar la discusión de los problemas y la elaboración de los planes de trabajo sectoriales es conveniente recurrir a reuniones menores (entre 20 y 50 personas), que algunos han denominado mesas técnicas o comisiones de trabajo.

3. Les corresponde a estas mesas y comisiones profundizar el diagnóstico y establecer las modalidades de intervención social para la superación de necesidades o para cumplir expectativas.

4. Teniendo en cuenta lo anterior, no se puede negar, sin embargo, que las asambleas son el espacio privilegiado para hacer transparente los procesos de toma de decisiones y evaluar colectivamente si una decisión fue correcta o no. Las asambleas son el espacio para ratificar el norte de actuación de los equipos comunitarios.

5. Por eso, una vez concluido el trabajo delegado se hace necesario volver a las asambleas. En éste caso, todas y todos los miembros de la comunidad debaten y acuerdan las orientaciones centrales de interés e intervención.

6. Los líderes y organizaciones de base consustanciadas con la gente conocen las costumbres de los habitantes de un lugar, saben cuando se dan condiciones más favorables para que la gente asista a las reuniones y suelen contar con un calendario de actividades de acuerdo a estas consideraciones.

7. Pero no hay que confundir asamblea con asambleísmo. Éste es una desviación ultra democrática que pretende someter todo asunto a la discusión asamblearia hasta paralizar la dinámica de los procesos participativos de base.

8. Por otra parte, es errado considerar que quienes más participan en las asambleas son los que mejor trabajan por la comunidad. No hay que descartar que lo que esas personas buscan es sólo hacerse visibles, hacer presencia. En estos casos, el exceso de protagonismo impide una adecuada contribución al desarrollo de las tareas colectivas centrales.

FORMALISMO DECLARATIVO

1. Por lo general, suelen ser más activas en las discusiones las personas que poseen títulos universitarios, preparación especial, dominio del tema tratado o actitudes como líder. Este hecho configura una distorsión de las reuniones, por cuanto los oradores más aventajados del foro hacen prevalecer sus opiniones por encima de quienes poco intervienen, poseen limitaciones para armar su discurso o simplemente se inhiben para hacerlo.

2. Muchos de ellos se limitan a hacer intervenciones declarativas, de lucimiento personal, que no aportan al análisis ni a la solución de los problemas. En tales situaciones, se debe llamar la atención del exponente, en aras de que concrete su intervención.

3. No se trata de castrar el derecho que tienen los participantes de hacer uso de la palabra, sino de auspiciar el aprovechamiento del tiempo de todo el colectivo. Generar disciplina en las reuniones, concluir y tomar decisiones consensuadas, debe ser el norte de las sesiones de trabajo.

4. Por eso, nos parece muy valioso el siguiente principio que adoptó un grupo comunitario: el que interviene en una reunión asume la responsabilidad de ejecutar la tarea que propone. Eso elimina de inmediato el formalismo declarativo.


PERFECCIONISMO
1. La realidad es siempre contingente, es decir, en constante cambio. La intención de comprensión acabada del mundo expresa mitos sociales pues la realidad cambia a cada rato y su abordaje demanda una buena dosis de improvisación. A menudo, muchas cosas dejan de hacerse por la escasa disposición a asumir riesgos que tienen determinados actores sociales e institucionales. Se aprecia una marcada tendencia a buscar mejorar indefinidamente un trabajo sin decidirse a considerarlo nunca totalmente acabado, lo que retrasa y, muchas veces, coarta muchas iniciativas. Esta actitud es conocida como perfeccionismo.

2. Los rasgos en la personalidad perfeccionista se expresan por medio de la combinación de los siguientes aspectos: se posee un deseo exagerado de constante mejora, un deseo por alcanzar metas excesivamente elevadas y preocupación por el concepto tienen los demás sobre el líder.

3. El perfeccionista suele repetir una misma tarea varias veces en un obsesivo intento por mejorar su desempeño, lo que supone mayor inversión de tiempo y recursos disponibles, por ende, el resultado, aunque logre ser óptimo, nunca será eficiente.

4. El perfeccionista emprende una tarea si está seguro que el resultado será perfecto, incuestionable, irrefutable. Esta circunstancia inhibe la creatividad y reprime el espíritu emprendedor que debe caracterizar a los líderes y gobernantes.

5. Por otra parte, la preocupación y la indecisión están presentes en todas las actuaciones de su vida, suele ser muy crítico consigo mismo y con los demás y nunca está satisfecho del todo. Asimismo, el perfeccionista suele fijarse más en los aspectos en que falla, concentrándose en cada error y en cada defecto, si comete un pequeño fallo es capaz de considerar mal hecho todo el trabajo.

6. En aras de superar las tendencias perfeccionistas, es aconsejable recordar que todos cometemos errores. Lo importante es saber asumirlos públicamente y reflexionar sobre ellos, con el ánimo abierto a la idea de procurar solucionarlos y a aprender de nuestros errores.

7. Se deben fijar metas realistas, alcanzables. Si los proyectos han sido debidamente socializados y validados por las mayorías, los errores serán objeto de un aprendizaje también colectivo.

SECTARISMO
1. Sectario es quien defiende en forma ciega, no razonada, la "secta" a la cual él pertenece. Una "secta" puede ser un determinado grupo de amigos, un partido, una seccional o regional de ese partido, una federación sindical, un movimiento social, etcétera. Sólo la "secta" tiene la razón. Los demás, cuando no coinciden con ella, están equivocados y sus opiniones no merecen ni siquiera ser escuchadas y discutidas, sino ser aplastados, ridiculizadas, reprimidas.

2. Ser sectario es anteponer los intereses parciales de la secta a los intereses generales del proyecto por el que se lucha.

3. Existe sectarismo cuado en un ministerio, por ejemplo, los entes que trabajan en relación con el agro, en lugar de complementarse y trabajar en forma armónicas se dedican a competir entre sí, a ganar zonas de influencias, etcétera. Existe sectarismo cuando un partido dentro de un frente político desprecia a sus aliados, tratando de copar todos los puestos directivos importantes con su gente e impidiendo que los representantes de los otros partidos participen también de la dirección; lo mismo ocurre con una corriente sindical con respecto a otras, o un movimiento social con respecto a otros.

4. Es común percibir actitudes sectarias en ciertos grupos sociales, políticos o institucionales.

5. Las actitudes sectarias ensordecen, impiden escuchar a los argumentos de otros. El sectarismo se convierte en una traba para alcanzar el consenso duradero. El sectarismo es un obstáculo para la participación.

6. El sectario solo ve a través de los lentes de su organización. Para él, los demás no tienen razón. Quien no piense igual que él es su adversario.

7. El sectario busca imponer su verdad por cualquier medio, por ello limita las adhesiones y conduce a fracturas en la unidad.

8. Si un miembro de una organización distinta a la suya tiene un comportamiento que considera equivocado, sentencia como malos a todos los miembros de dicha organización. Quien no pertenece a su grupo es adversario y no le concede la posibilidad de cambiar.

9. No sólo se reproducen prácticas sectarias entre componentes de grupos ideológicamente antagónicos, también se evidencia entre tendencias identificadas con un mismo proyecto. El sectario tiene un comportamiento extremista que lo lleva a conformar fracciones incluso dentro de su propia organización.

10. El sectarismo es muy negativo porque conspira contra la unidad de los factores que deberían articularse y potenciarse mutuamente y enrarece el ambiente, creando rechazos y suspicacias que crean un ambiente desfavorable a la participación.

11. Para combatir al sectarismo, es preciso interpretar el espíritu de la participación como herramienta de transformación del ser humano mediante la discusión y los aportes de todos para arribar al mayor grado de consenso posible. Aceptar la diversidad, promover la tolerancia, asumir comportamientos de humildad, reconocernos como iguales, es la clave para erradicar el sectarismo. (Continuará...)

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