viernes, 16 de agosto de 2024

Memorias de un escuálido en decadencia | Estafa

 ¡¿Cuándo se jodió la oposición?! Hemos venido estafando a nuestros seguidores prometiéndoles vainas que nunca vamos a cumplir. Lo peor es que también hemos engañado a gente importante que nos apoya. Los compañeros de Estados Unidos nos deben tener una arrechera de padre y señor mío. Con nosotros han perdido todos los dólares del mundo. Nos han dado de todo, dinero, armas y mucho más, para salir de los dictadores, el de antes y el de ahora, pero nosotros, que desde que nos vimos, hemos pelado bola y no hemos podido. Ahora nos portamos como unos verdaderos bolsas. Montamos una página web de un día para otro y ahí comenzamos a decir lo que nos dio la gana, y pusimos de moda la palabra "actas" para que todo el mundo preguntara por ellas mientras nosotros cometíamos una nueva estafa: todo era mentira en el CNE que mostramos. Todavía uno no se explica cómo hay gente inteligente que siga creyendo en nosotros. Por ahí está el exrector de la UCV, Luis Fuenmayor Toro, preguntando muchas vainas, porque parece ser que ya se enteró de quiénes somos nosotros, unos verdaderos estafadores de la opinión pública. Así dijo una vez el compañero Espoleta Allup cuando anunció el fraude en el referéndum revocatorio, que fue confirmatorio, y, de paso, no aparecieron las pruebas por ninguna parte. Por eso, cuando Espoleta Allup escucha la palabra fraude, sale corriendo a esconderse, porque no quiere saber un carajo de eso.

Lo bueno es que internacionalmente todo el mundo tiene que ver con lo que pasa en el país. Hay presidentes que dejan de atender sus países por pensar en el nuestro, y hay otros que prácticamente eligen el presidente por nosotros. Es que todo el mundo quiere meterse aquí para quedarse con alguna vaina, porque, por lo visto, aquí hay de todo. Además, también quieren salir del dictador para evitar que el ejemplo se expanda por todas partes, y los pueblos comiencen a pedir una dictadura como esta. Ahí sí es verdad que se joden los compañeros de Estados Unidos, porque el patio trasero se les va de las manos, como se le fue el paro petrolero al compañero Carlos Ortega y Gasset. Menos mal que la gente olvida rápidamente las vainas que hacemos. Nadie se acuerda ya del compañero Pedro Carmona Estanga, y muchos han olvidado a Ismael —Talanquera— García cuando anunciaba que la ayuda humanitaria entraba sí o sí a Venezuela, porque él venía como Moisés, sobre las aguas marinas y submarinas. Si alguien se sienta a escribir un libro acerca de las vainas que hemos hecho nosotros contra lo que queda de país, se va a hacer millonario. Todo el mundo se va a dar cuenta de que somos los únicos que hemos hecho vainas increíbles para tumbar a la dictadura, eso sin contar las bombas puputovs.

Ahora la compañera María —Súmate— CM declara que el 10 de enero vamos a juramentar al compañero Edmundo González, eso sin saber si el hombre matricula para el 2025, porque se le nota por afuera que está muy jodido por dentro. Eso sería la única parte legal que estamos respetando, porque aquello de firmar un acuerdo y de ir al TSJ nos lo pasamos por el forro. En verdad que después de las primarias, cuando hicimos aquello del conteo con palo, palo, palo, palo, palito, palo es, uno pensó que había llegado al final de la estafa, pero no, la vaina continúa y la vergüenza y la pena nos importan un carajo, porque de eso no tenemos por ninguna parte.

El papá de Margot entró con una cara de arrecho: "¿Miles de estafas no bastan para que nos dejemos de esa vaina? Solo ellos sabían que la vaina no era electoral. La vaina era caernos a puños, tiros, acción y coñazos, pero ellos no salen, y mucho menos sus hijos, como dijo el compañero Ramos Allup. Ahora, ¿con qué cara mira uno al compañero Trump cuando vuelva al poder en Estados Unidos? Seguro que nos va a decir: 'A mí no me van a volver a joder, porque ya los conozco'. Hay una vaina que se llama dignidad, que uno la perdió hace tiempo, pero yo creo que se puede volver a intentar recoger, para ver si encontramos el camino de la decencia, carajo". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "¡Yaaa! ¡Vendo apartamento con un loco de vecino!".

—Cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte, tan callando… —me recita Margot.

 

Roberto Malaver



No hay comentarios: