La elección presidencial en Venezuela del 28 de julio de 2024, que culminó con el Consejo Nacional Electoral (CNE) dando por ganador a Nicolás Maduro, mientras que la oposición liderada por María Corina Machado denuncia fraude, ha actualizado los planes de esta última para recurrir a una intervención militar en el país caribeño, en caso de no lograr que las FFAA venezolanas se subleven contra el Gobierno.
El 4 de diciembre de 2018 María Corina Machado redactó una carta dirigida al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y al entonces presidente de Argentina, Mauricio Macri. En la misma, Machado le solicitaba a Netanyahu una intervención ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (organismo que evalúa las medidas militares de esa organización) para asegurarse el derrocamiento del gobierno venezolano.
El plan consistía en pedir “protección internacional” para Venezuela a través de distintas instituciones en una serie de pasos: primero la condena de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que su secretario general, Luis Almagro, ha hecho siempre público su enfrentamiento con el gobierno venezolano; luego, elevar ese informe a la Corte Penal Internacional, para lograr también allí condenas y pedidos de captura para los dirigentes del gobierno; finalmente, motorizar el Consejo de Seguridad de la ONU para que tome las medidas necesarias para lograr “un cambio de régimen”.
Textualmente, Machado pidió apoyo para “promover en el Consejo de Seguridad de la ONU la adopción de medidas eficaces de protección de Venezuela mediante la promoción de un cambio de régimen, medida que necesariamente implica un reforzamiento de la seguridad internacional”.
Además, pidió a Israel y Argentina que aporten “su experticia y su influencia para avanzar hacia una toma de decisiones acertada y urgente en el Consejo de Seguridad”.
Posteriormente, en 2020, la opositora firmó un acuerdo de cooperación con el partido Likud, encabezado por Netanyahu, que abarca “asuntos políticos, ideológicos y sociales, así como avanzar en temas relacionados con estrategia, geopolítica y seguridad”. Ese documento fue firmado por Machado y el miembro de la División de Relaciones Exteriores del Likud, Eli Vered Hazan.
Es sabido que, por el poder de veto de Rusia y China, dicha propuesta no prosperaría en el Consejo de Seguridad, pero sí serviría de aliciente para que los gobiernos de la región más alineados a Israel y EEUU avancen con el plan.
La actualización de estos proyectos se vuelve notoria ante los sugerentes pedidos de intervención militar que realizaron en simultáneo, y antes de que el CNE diera los resultados electorales, por parte de dirigentes argentinos como Javier Milei, Mauricio Macri y José Luis Espert, así como de dirigentes de otros países de la región, como el caso de Iván Duque.
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