Por Jessica Lillia
Por Jessica Lillia*
“La masonería, el sionismo, las sociedades internacionales de todo tipo, no son sino consecuencia de esa internacionalización del mundo actual. Son las fuerzas ocultas de la revolución como son las fuerzas ocultas del dominio imperialista”.
— Juan Domingo Perón en “La hora de los Pueblos”.
En la anterior columna, “Perón y la advertencia sobre las consecuencias ‘si alguna vez llegase a haber otro golpe’ en la Argentina”, mencioné una entrevista que le hizo el escritor Enrique Pavón Pereyra a Perón en la que este auguraba una alternancia de poder en el Estado que aseguraría “los intereses del imperialismo” y yo me animo aquí a agregarle a ese último concepto el término sionista.
La Sinarquía Internacional, concepto también utilizado por el General Perón para referirse a aquellos poderes globales que sobrevuelan como vampiros las naciones del mundo con la intención de subordinarlas a su total dominio, ha desplegado ya hace muchos años sus brazos en la Argentina por medio de infiltraciones sistemáticas dentro del campo de la política, entendiendo a este como un espacio de lucha por la concentración de poder para hacerse del control del Estado.
Con la complacencia de los vendepatria locales dentro de las diferentes fuerzas políticas que disputan obtener el control del Estado (no para ellos mismos, claro, sino para quienes les han ordenado representar su intereses), para el poder extranjero —al que llamaremos de ahora en más el Imperialismo Sionista, cuya tarea es la de dominación absoluta de este pueblo libre del “Sur”— se le facilita asentar sus bases operacionales de las que saldrán sus “agentes de cambio” para copar terreno en cada institución social. Quienes hayan leído por arriba las ideas marxistas se darán cuenta cuál es el mecanismo de construcción de poder.
Ahora bien, pensando en algunas de las tantas infiltraciones ideológicas creadas desde los laboratorios extranjeros de poder (tales como el Instituto Tavistock de Relaciones Humanas -Tavistock Institute of Human Relations, TIHR) y que nos llegan aquí en forma de organizaciones, partidos políticos, fundaciones, ONG, modas, corrientes de pensamiento, etc., que penetraron precisamente sobre “las organizaciones del pueblo” —atentando siempre contra la identidad del pueblo argentino—, quizás juntos (quien lee esto y quien escribe) hagamos algo de memoria.
Desde La Leyenda Negra hasta la llegada de consignas agitadas por pañuelos de colores que finalmente las convierten en leyes antiderechos (aunque se disfrazan de lo opuesto) y sin antes pasar por el proceso de desmalvinización, para apagar cualquier chispa que haya quedado de una voluntad nacional por la defensa en combate de nuestra patria, como así todo tipo instalación de ideas foráneas que desanimen y denigren la capacidad del hombre y de la mujer argentinos de construir en esta tierra una pujante nación.
Y si logramos hacer memoria, entonces quiere decir que somos conscientes o por lo menos intuimos que la infiltración de ideas extranjerizantes que atentan permanentemente con nuestra identidad nacional nos llegan, como vimos anteriormente, desde diferentes vertientes, y en este caso en particular me refiero a la obscena infiltración de un poder que crece con el financiamiento, por ejemplo, de dinastías banqueras, que, como los Rothschild. le dieron inicio al Imperialismo Sionista (no iba a faltar Lionel Walter Rothschild ahí metido, un “barón” representante y líder del sionismo en Gran Bretaña -país que celebró “el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío” y que además prometió “el uso sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de este objetivo”).
Claro que como resultado de aquello, llegó finalmente la creación de Facto del Estado de Israel el 14 de mayo 1948 en tierras palestinas, pero esto se merece un libro aparte, de tantos que los hay, y de varios tomos.
Volviendo al tema de las infiltraciones, como se puede ver —porque se muestran cada vez más ejerciendo su poder impunemente— en el libro “El Estado Judío” de Theodor Herzl (fundador del sionismo político – Congreso de Basilea), escrito en 1896, no se ocultan demasiado los intereses de ese Imperialismo Sionista sobre nuestros territorios:
Es necesario ahora, luego de este breve recorrido a modo de introducción, regresar a la pregunta que le dio inicio a este texto, y es: ¿Quiénes ganaron verdaderamente la elección presidencial?
Sergio Massa y Javier Milei, los candidatos que fueron “elegidos” por sus respectivas fuerzas políticas para representar la “voluntad del pueblo”, son confesos admiradores de ese Estado de Facto de Israel, aún cuando recientemente asesinó a más de 5 mil niños palestinos con la excusa de “luchar contra el terrorismo” en Gaza y el resto del territorio. Asimismo, siendo presidente de la Nación Argentina, Mauricio Macri recibió al entonces primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, para firmar “acuerdos en materia de seguridad social, cooperación aduanera, seguridad pública e interior”. El fortalecimiento de esos “lazos bilaterales” también se continuaron de la mano de Sergio Massa a partir de 2017 cuando fue a Israel, invitado por el gobierno, donde mantuvo una serie de encuentros con “expertos locales en materia de innovación y seguridad”.
Así también son de público conocimiento los vínculos de Juan Manzur, jefe de Gabinete de Ministros de la Argentina, con el Sionismo, y el acuerdo que firmó a inicio de este año el ministro de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro (quien había sido el elegido de Cristina Fernández como su candidato para presidente) para la gestión de nuestra agua con Israel. De Pedro aseguró en declaraciones a la prensa que es fundamental “administrar un recurso escaso” y para justificar de alguna manera dicho “acuerdo”, el ministro señaló que “en Argentina, el 60% del territorio tiene déficit hídrico y hay zonas donde el problema es la logística y la gestión del agua”. Por lo tanto, de Pedro consideró que por su “enorme experiencia hídrica” sería necesario que la Agencia Nacional del Agua de Israel (Mekorot) venga a decirnos cómo debemos gestionar uno de nuestros más preciados recursos naturales. Es decir, que el ministro invita a otro no país a intervenir en nuestros asuntos estratégicos, en definitiva en nuestra soberanía.
Por su parte, el líder del partido La Libertad Avanza y electo presidente de la nación, Javier Milei, jamás ocultó su fascinación por el Sionismo. “Estoy pensando en convertirme al judaísmo y aspiro a llegar a ser el primer presidente judío de la historia argentina”, había dicho hace un par de años. Además, de brindar charlas auspiciadas por la Organización Sionista Argentina y confirmar al rabino, Shimon Axel Wahnish, como su “guía espiritual”. Y ahora, mientras escribo, se difunde en las redes sociales el encuentro del “león” con el Mekuval (cabalista) rabino David Pinto Shlita quien lo bendijo durante la Havdalah, ceremonia de separación del Shabat con el resto de los días de la semana.
"Durante la Havdalah, ceremonia de separación del Shabat con el resto de los días de la semana, Javier Milei, presidente electo, fue bendecido por el Mekuval (cabalista) rabino David Pinto Shlita". pic.twitter.com/mnIJXKvAQ7
— KontraInfo (@KontraInfo) November 26, 2023
Cabe recordar que en 2021, el entonces legislador por LLA reconoció: “No soy judío, pero soy un fanático de Israel, tengo una admiración profunda. Soy católico y todos los días me arrodillo frente a un judío”. “Soy católico, pero ello no quita que no sea un gran admirador del pueblo judío y sus enseñanzas”, subrayó Milei en su cuenta Twitter (X).
Con toda esta información, cómo no animarse a dudar por lo menos de quiénes realmente ganaron esta (y quizás otras anteriores) elecciones presidenciales. Si como dijo Perón: “La verdadera política, es la política internacional”, entonces debemos mirar lo que sucede en el tablero de la geopolítica y veremos que hoy el Imperialismo Sionista (sionismo internacional) expresa una lucha de poder interna y esta se refleja en nuestro país con los dos candidatos que responden a ese poder en sus dos vertientes ideológicas, ambas extremistas. En términos de Alexander Dugin “una forma de satanismo” que atenta no solo con el dominio total de los recursos estratégicos sino cultural y espiritual de nosotros, el pueblo argentino.
Para ir finalizando, quería sumar aquí la mención del libro titulado “El nuevo orden sionista en la Argentina: proyecto de investigación de actividades antiargentinas” del entonces diputado peronista Juan Carlos Cornejo Linares y que tanto, y siempre que puedo, recomiendo leer.
Básicamente, el autor da detalles de los comienzos de la infiltración sionista en nuestro país. Linares presentó un proyecto en el Congreso en 1961 para la creación de una Comisión investigadora de “actividades antiargentinas”, donde destacó otro proyecto de la misma línea (investigación de ideologías foráneas que se infiltran en nuestro país) presentado en el ’41 por el entonces diputado radical Damonte Taborda para investigar el grado de infiltración de la ideología nazi en las minorías alemanas de la Argentina.
Dice Linares en su libro: “No hay sólo una grave amenaza a las estructuras formales de la organización nacional (nuestra forma de gobierno) sino a los valores permanentes que constituyen el cimiento mismo de la argentinidad, tales como nuestra fe, nuestra cultura, nuestras tradiciones y nuestra conformación social en su base primaria: la organización de la familia cristiana”.
Lamentablemente, cualquier intento de investigación no ha sido más que bastardeada por los propios investigados, por supuesto, y sus organismos de encubrimiento (entre ellos la DAIA), como también por parte de los cipayos de siempre. Hoy, esta infiltración sigue creciendo a un nivel alarmante como se puede observar en los medios de difusión en sus diferentes formatos, dentro del Poder Judicial, en el sistema Educativo, en el sistema de Salud y demás espacios donde puedan desparramar su ideología.
Respecto al proyecto de Ley de Cornejo Linares, quisiera agregar que fue editado como libro por la editorial Tacuarí en 1964 y se dice que él mismo le envió un ejemplar a Juan Domingo Perón, quien lo leyó y le respondió por carta el 9 de octubre de ese mismo año:
“Mi querido compañero: He recibido su libro, ‘El Nuevo Orden Sionista en la Argentina’ que he de leer con sumo interés y le agradezco su recuerdo y su saludo que retribuyo con mi mayor afecto. El tema abordado es apasionante porque ‘mete la uña’ en una de las más grandes internacionales de las que dominan este momento del mundo y contra las cuales parecen reaccionar decididamente todos los hombres realmente libres que no quieren hipotecar los pueblos a la férula de los grandes poderes ocultos de la ignominia”.
Aquello que se nos es permitido ver, desde los cielos, no es para desanimarnos sino para tener fe y fortalecernos, en este día de celebración de la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, sabiendo que no estamos solos en esta lucha que es espiritual. El peronismo siempre se resignifica, se trasciende a algo superior. “Perón vuelve” es un deseo permanente del corazón del pueblo trabajador de que se exprese el regreso de quien supo interpretar y concretar los sueños más nobles. En este sistema “democrático” pareciera que es imposible, pero aún así la fortaleza de una comunidad que se sabe organizar y reorganizar dará a luz finalmente a quienes tengan que asumir el desafío enorme de volver a liderar representando únicamente los intereses de este pueblo y de esta nación.
*Comunicadora de medios digitales
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