Pasqualina Cursio.- Un siglo ha pasado desde aquella hiperinflación en Alemania en la que los precios variaron 1.000.000.000.000% anual.
Los propulsores de la teoría cuantitativa del dinero atribuyen la causa de la hiperinflación a la impresión de billetes por parte del gobierno alemán, que serviría para cubrir la deuda que las potencias aliadas (EEUU, Inglaterra y Francia) le impusieron como sanciones para resarcir los daños causados durante la I Guerra Mundial.
Contrario a lo que insistentemente repiten los monetaristas, la hiperinflación en la República de Weimar no fue consecuencia de la emisión de dinero.
1. El aumento de la cantidad de dinero siempre ocurrió después del incremento de los precios. La expansión monetaria fue la consecuencia y no la causa de la inflación. El mes en el que se registró la mayor inflación, 29586%, octubre de 1923, la liquidez monetaria aumentó 8756%. Sin embargo, en noviembre de 1923, la cantidad de dinero aumentó 15.912%, pero ese mes la inflación fue menor, 10.133%.
2. La causa de la hiperinflación en Weimar fue la depreciación del marco. Entre 1919 y 1923 varió 50.761.421.319.697%.
3. No hay teoría económica que permita explicar tal depreciación. No se corresponde esa pérdida del valor de la moneda con las reservas en oro. Entre 1918 y 1919 las reservas de oro cayeron 52% y el marco se depreció 465%. Entre 1920 y 1922, las reservas se mantuvieron estables, pero la moneda se depreció 16.128%. En 1923, caen 54% las reservas, y la moneda registró una inexplicable y desproporcionada depreciación de 55 mil millones por ciento.
4. El marco sufrió un ataque mediático desde 1920 en operaciones de mercado abierto de divisas. El Washington Post y el New York Times se encargaban de publicar diariamente noticias en contra de la moneda.
5. Mientras los precios aumentaron 85.559.321.934% en 1923, el producto interno bruto cayó 17% el mismo año. Ocurrió una estanflación. Es una contradicción teórica en la que incurren los monetaristas cuando afirman que las hiperinflaciones son causadas por la impresión de billetes que se supone expande la demanda de bienes y genera aumento de los precios, cuando a la vez se registra una caída de la producción.
Reconocer que las hiperinflaciones han sido inducidas mediante ataques mediáticos a las monedas y que no son consecuencia de la expansión de la liquidez monetaria, es reconocer que se trata de un arma no convencional, masiva y muy potente usada históricamente por el imperialismo, para generar miseria y de esa manera doblegar a los pueblos y a sus gobiernos.
Resoluciones mundiales que prohíban este tipo de armas imperiales, de la misma manera como son prohibidas las nucleares, son necesarias si queremos un mundo en paz.
Pasqualina Cursio
@Pasquicurcio
No hay comentarios:
Publicar un comentario