José Vicente Rangel
1 Estamos a menos de dos meses de la fecha fijada por el Consejo Nacional Electoral para la realización de la elección presidencial: 20 de mayo de este año. Un lapso relativamente corto, pero cargado de acechanzas, de impredecibles acontecimientos, y una prueba más para la democracia venezolana. Para su capacidad para hacer frente a la conjura nacional e internacional que amenaza su estabilidad. Que pone a prueba los logros sociales y revolucionarios, y de todo cuanto representa la institucionalidad plasmada en la Constitución del 1999. Así como al poderoso arraigo del proceso bolivariano en el seno del pueblo y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
2 Todo lo cual constituye una conquista extraordinaria que está en peligro, lo cual obliga a los demócratas –y al pueblo en general– a hacerle frente a la amenaza, a combatirla y derrotarla. Nadie debe engañarse con la actual situación. Ésta hay que asumirla con determinación, con la voluntad de vencer las dificultades. Venezuela –hay que decirlo para que nadie se engañe– no transita por una vía exenta de riesgos. Por el contrario, lo hace por un sendero minado. Quien se imagine que los venezolanos recorremos un paseo floral está totalmente equivocado.
3 Porque la conjura contra el país es de las más sórdidas y arteras que haya encarado pueblo alguno. Comenzando por la participación en la agresión de la mayor potencia mundial, los Estados Unidos, que directamente desde la Casa Blanca, el Pentágono y la CIA, dispara sus letales ataques, a diario, y descaradamente. El gobierno norteamericano ha convertido el derrocamiento del presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, en un problema de honor. Éste no puede llegar al 20/M estando en Miraflores. No debe estar en ese sitial y optar a la reelección, entre otras razones porque los gringos saben perfectamente que Maduro ganará la disputa y que, además, lo logrará limpiamente, con un sistema electoral impecable. Lo saben también porque como cuentan con buena información saben que la oposición en Venezuela no existe. Se autodisolvió, producto de sus errores e insensatez.
4 A la obsesión imperial de acabar con Maduro y el proceso bolivariano, hay que agregar la sumisa y desvergonzada solidaridad de los gobiernos de la Unión Europea, plegados totalmente, como nunca antes se había visto, al dictámen de Washington. Y por supuesto, lo mismo participan los gobiernos cipayos de la región que se unen a la agresión cainita contra el pueblo hermano para ganar favores y obtener beneficios crematísticos. Este conjunto de factores conforma una mafia capaz de todo, como a diario lo podemos constatar. Sacrifica el concepto de democracia y adhiere las prácticas de las dictaduras; arremete contra el sufragio y lo convierte en una institución peligrosa que permite que los sectores progresistas de la sociedad, y cualquier cambio social, sea cuestionado; asume la violencia y la sacraliza como el recurso apropiado para reemplazar el voto como fórmula para lograr el poder; desprecia el diálogo porque considera que enmascara la realidad.
5 Es esta concepción mafiosa de la política, inescrupulosa, hamponil, que al mismo tiempo que exalta las excelencias del Estado de derecho y del ordenamiento jurídico internacional, los viola todos los días, los desprecia con descaro y reinvindica el ejercicio de la fuerza bruta para imponerse, es decir, la vuelta a la ley de la selva. En este contexto, ¿qué puede suceder en los días que faltan para la elección presidencial? Es breve el lapso, pero impredecible lo que puede pasar. Los planes para una intervención armada extrajera están elaborados. Solo aguardan su ejecución. La conspiración interior consiguió tocar a algunos militares mediante la actividad de agentes norteamericanos repartiendo dólares y ofrecimiento visados. Mas gracias al trabajo de inteligencia del Estado venezolano, el alzamiento que estaba siendo preparado abortó, ¿pero quedan vestigios? La pregunta es pertinente dada la complejidad de la situación. La desesperación de los conjurados, los de adentro y los de afuera, ante el avance ineluctable del tiempo y la impresión de que resulta extremadamente difícil impedir el evento electoral, los conduce a perseverar con tenacidad en cualquier salida, en cualquier método por cruento que sea. Es mucho lo que se juega el imperio y sus secuaces, dados los compromisos contraídos, para dejar de lado y abandonar lo que los mueve: derrocar a Maduro, impedir las elecciones, acabar con el proceso bolivariano, apoderarse de Venezuela, y hacer retroceder la historia. Pero la historia la escriben los pueblos, como es caso del pueblo venezolano.
Laberinto
– ¿Qué le pasa al presidente Santos? ¿Qué le ha hecho Venezuela? ¿Acaso algo relacionado con familiares suyos en el pasado? Porque los Santos, un poder dentro de la oligarquía, siempre practicaron una política ambigua hacia su vecino. Nos vieron como un país del cual podían extraer beneficios de todo tipo, y se movían sinuosamente para conseguirlo. Con la zalamería que los caracteriza, mientras que en la manga ocultan el puñal. Era Colombia una nación que funcionaba mejor que Venezuela para la época, pero con el tiempo, con la explotación del petróleo y otros recursos, Venezuela la superó. ¿Reconcomio acumulado por eso?…
– Pero hay aspectos personales del mandatario colombiano que destacan como la doblez que observan los que destacan los que lo tratan. Basta con preguntarle a Uribe por él, para que el ex presidente estalle. Porque no le perdona lo que él llama traición, la actuación que tuvo luego de hacerlo Ministro de Defensa. Para otros Santos es capaz de cualquier aventura como la que dirigió, desde el cargo ministerial, cuando ordenó la violación de la soberanía de Ecuador con el bombardeo a la localidad de Sucumbío…
– Respecto a la situación venezolana, Santos destaca como líder en la región de cualquier iniciativa que se adopte. Cuenta con pleno apoyo político, militar y logístico del gobierno norteamericano. La extensa frontera lo coloca en una posición privilegiada para emprender cualquier operativo bélico. Así como las fuertes vinculaciones que mantiene con el Alto Mando castrense. Ninguna otra nación en esta parte del mundo cuenta con tantos recursos para actuar en una aventura –en calidad de satélite privilegiado–, de cualquier operación planificada por el Pentágono y la CIA…
– La quinta columna estará más activa en las próximas semanas. La orden de la cúpula de la conspiración es terminante: es inaceptable, luego de la hemorrágica inversión económica efectuada para impedir la realización de las elecciones, de las expectativas creadas sobre la caída de Maduro, y la apabullante utilización de los medios para desinformar sobre la situación venezolana, que el resultado sea el fracaso. El imperio no puede tolerar semejante afrenta –¿y cómo quedan los cipayos?…
– Los voceros de la oposición critican el desabastecimiento de productos básicos. Es cierto: hay escasez. Resulta absurdo negarlo. Aun cuando se observa cierta mejoría y el gobierno hace esfuerzos. Pero uno se pregunta, ¿qué esperan los voceros de la oposición para pedirle a sus aliados en el exterior el cese del bloqueo, factor determinante en lo que ocurre? Por supuesto que ¡nada!…
– Reunion del Alto Mando con todos los Comandantes de unidades operativas del Ejército. Conclusiones del evento: unidad y lealtad absolutas; repudio a la conspiración, al golpe, y defensa a fondo de la soberanía nacional.
Tomado de: Últimas Noticias.
Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos
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