El cerco financiero y la guerra económica no solo están dirigidos a lo obvio, la destrucción de nuestra economía, también lo están al Pueblo venezolano a destruir la seguridad en nosotros mismos, nuestro amor propio, sembrando desesperanza hasta llegar a lo más profundo, destruir el amor por la patria que nos vio nacer.
Los ataques han llegado a cambiar nuestra vida diaria, nuestros alimentos desaparecieron o están a precios astronómicos: la harina de maíz, el propio maíz, el café, la leche, el queso, los granos, el arroz, o sea nuestras arepas, nuestro pabellón etc. La destrucción y desaparición del cono monetario llevándolo allende nuestras fronteras y usándolo para hacer manualidades baratas y ordinarias o exhibiéndolo como mercancía en grandes torres de billetes apiladas junto a la mercancía callejera, un ataque artero a nuestro amor propio. Lo peor es que algunos dirigentes políticos se prestan a esta destrucción, el ejemplo más patético es Julio Borges que según sus propias palabras, o tal vez el guion elaborado desde los tanques de destrucción imperial, declaró lo siguiente: “La crisis de Venezuela es una enfermedad contagiosa que se ha expandido a toda la región, ese problema migratorio, que ya es un problema de la región, se ve acompañado por otros problemas como crimen organizado, militarismo, paramilitarismo, tráfico de drogas, incluso el tema del terrorismo. De tal manera que Venezuela hoy es el foco de la inestabilidad y de todo lo que significa la degradación social, que puede ser una enfermedad contagiosa en toda América Latina”. En otras palabras, lo que dice este apátrida, es que los venezolanos que migran son todos delincuentes, paramilitares, traficantes de drogas, terroristas y degradados sociales. No es casualidad que luego de estas desafortunadas declaraciones, por “pura casualidad”, se comienza a desatar una xenofobia contra los venezolanos en todos aquellos países latinoamericanos donde han migrado, se ha llegado a tal extremo que han asesinado a varios de nuestros conciudadanos. Incluso los gobiernos de esos países han comenzado a tomar medidas legales para obstaculizar o detener el ingreso de venezolanos a través de sus fronteras. Lo paradójico es, que en el pasado, de casi todos esos paises llegaron al nuestro, inmigrantes huyendo de la miseria o de la violencia existente en los suyos, como por ejemplo Colombia de allí nos llegaron casi seis millones, son aproximadamente el 20% de nuestra población actual.
Recientemente se ha desatado un escándalo en la organización “Miss Venezuela”, no juzgo que sucedió internamente ni por qué, pero la alharaca es tan fuerte que ha desatado muchos comentarios negativos; lo que a mí me causa cierta piquiña y me pone a pensar es que una de las cosas que nos llena de más orgullo es la belleza de nuestras mujeres estas niñas que al llegar a donde se dirigieran causaban admiración y curiosidad, ahora con este rollo que se destapó no las verán como las damas más hermosas del mundo , desatarán otro tipo de comentarios más despectivos que continuará empantanando el gentilicio venezolano y desvencijando nuestro amor propio, por supuesto aparte del sentimiento de frustración y tristeza que tendrán nuestras “misses”.
Como se puede ver hay muchas cosas que tienen un trasfondo más allá de lo que muchos puedan pensar. Causan una profunda desesperanza que hace pasto de muchos de nosotros, ya las primeras víctimas de esta desesperanza fueron conducidas a otros países, la juventud, que piensa que no hay futuro en Venezuela.
Esa es la misma juventud que está sufriendo vejaciones debido a las declaraciones de Julio Borges, claro esto no lo ven, ellos piensan que su desgracia proviene de la Revolución que los “obligó” a migrar, la manipulación que han sufrido es tan profunda que tienen “cataratas mentales”, que no les permiten ver la realidad, su odio es irracional y profundo y está arraigado muy adentro de sus tripas, sus familiares quienes quedaron aquí sufren del mismo síntoma.
El presidente Maduro está combatiendo esto, con el Plan Chamba Juvenil, junto el impulso al deporte y a las artes, el problema está en que todos voltean hacia la noticia amarillista “Asesinaron a una joven en Colombia”; nadie ve que “Se llegó al músico juvenil un millón en la Orquesta Nacional Juvenil Simón Bolívar” o “Se llegó al joven un millón en el Plan Chamba Juvenil”.
Hay mucho por hacer pero en el camino debemos combatir esta desesperanza que inconscientemente nos invade, eso hizo que, por ejemplo, perdiéramos la Asamblea Nacional en 2015, cuando casi dos millones de chavistas se abstuvieron de participar, Hay que elevar la moral de nuestro pueblo defendiendo nuestra venezolanidad.
Chávez vive
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