Juan Martorano
Como lo había señalado en mi último artículo, hoy me propongo a señalar
con lujo de detalles la situación extremadamente grave y el calvario que
resulta hacer algún trámite en el Banco de Venezuela, esperando que con
este testimonio se pueda atender esta gravísima problemática que afecta
a millones de usuarias y usuarios.
De antemano, agradezco a aporrea.org, colarebo internacional, ensartaos.com.ve y otros tantos portales que se tomen la deferencia y gentileza de publicarme, de manera que esta información le llegue en primer lugar al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros; al Ministro del Poder Popular de Economía y Banca Pública y Presidente de este Banco, Rodolfo Marco Torres, a gerentes y encargados de atender y resolver los problemas de esta institución financiera.
En primer lugar, y dentro de esta introducción, el Presidente Nicolás Maduro advirtió hace algunos días, sobre intentos de sabotaje en los servicios públicos fundamentales de nuestro país. ¡Espléndido! Más oportuna no puede resultar el testimonio que paso de seguidas a describir con lujo de detalles.
En fecha 2 de octubre de 2015 me dirigía a mi trabajo en una importantísima institución pública de nuestra Administración Pública y tenía necesidad de un dinero en efectivo, a eso de las 6:15 am. Por una premura un tanto inusual en mí, decidí usar mi tarjeta de débito (la cual estaba bastante deteriorada, lo reconozco) en los cajeros del Banco de Venezuela ubicados un poco más debajo de la Esquina de Gradillas en la ciudad de Caracas y muy cerca de la sede principal de dicha entidad bancaria, y en los cuales no introduces clave sino tu huella dactilar. Lo hice así, porque en otras ocasiones he utilizado dichos cajeros con mi huella sin ningún tipo de inconvenientes y dándome el efectivo que he necesitado.
Pero en esa ocasión, el cajero no reconocía mis huellas, y obviando que, al igual que al introducir tres veces de manera errónea la clave de la tarjeta de débito, ésta se bloquea, pues el Banco, entiendo que por medida de seguridad, bloqueo mi tarjeta por dicho motivo. Esto por culpa mía también.
Como llegar a mi oficina, procedí a comunicarme al servicio Clavetelefónica Personal del Banco de Venezuela, es decir, al 0500MICLAVE (05006425283) valga la cuña. A eso de las 7:00 am logró comunicarme con una de las operadoras de dicho servicio explicándole el problema de mi tarjeta bloqueada, por lo que me señalo que debía acudir a cualquiera de las oficinas de dicha entidad bancaria a cambiar el plástico. Esto lo vi como una extraordinaria oportunidad para ese canje.
Llegué bien temprano al banco, y a las 8:30 am cuando abrió, estaba muy contento porque en la cola era el cuarto, y por lo expresado por algunos amigos más por lo que pude observar, el cambio de la tarjeta de débito es extremadamente rápido. Pero cuando llegó mi turno, ahí empezó Cristo a padecer, y mi alegría inicial empezó a convertirse en un calvario, ya que la promotora del banco me expresa lo siguiente: “No te puedo cambiar la tarjeta de débito porque en el sistema apareces BLOQUEADO POR USURPACIÓN DE IDENTIDAD”. “Debes esperar a que te llamen”, me señaló.
Yo le expresé que era el titular de la cuenta, le mostré la tarjeta bloqueada, mi cédula de identidad y todos los elementos que probaban mi identidad, pero no hubo forma ni manera que la promotora me resolviera, me dijo que podía ir a cualquiera de los cajeros dentro del banco a sacar plata, con mi cedula. Yo decidí hablar con la gerente de dicha oficina bancaria ubicada en La Candelaria.
Además de la insensibilidad y la implacable espera, decidí irme a la oficina a tratar de comunicarme con el Banco por la línea señalada en unos párrafos más arriba, LO CUAL RESULTO IMPOSIBLE, no hubo forma ni manera que del Banco me contestarán para resolver este problema. Conversando con algunas amistades, regresé a la oficina y solicité hablar nuevamente con la gerente, a los fines de emplazarla a que me atendiera y poder canalizar mi problemática.
Finalmente, cual alteza real, dicha gerente me atendió como quien concede una gracia cuando realmente debe considerarse servidora de muchas personas que tenemos cuentas en una institución que es pública, y me remitió a la misma trabajadora, quien estaba un poco molesta, porque pensaría que le estaba “poniendo la piedra”, cosa totalmente falsa, lo cierto es que mientras atendía a otros clientes, llamaba a Clavetelefónica (que tampoco le contestaban) y toda una serie de elementos, me insistía en que no podía resolver mi problema.
Yo le señalaba y le aclaré que entendía su situación y hasta que no era su culpa, ya que era el mismo sistema del banco que me tenía bloqueado y no le permitía a esta trabajadora completar el proceso para darme mi nueva tarjeta de débito, pero yo la emplazaba a darme una alternativa de solución, a lo que según ella, y cumpliendo instrucciones de la misma gerente, decía que lo único que podían hacer es pasar un correo reportando mi problema y que debía esperar que me llamarán para desbloquearme, yo le dije que era inaudito, ya que era el titular de la cuenta, y que además y por razones de emergencia, necesitaba el efectivo, ya que necesitaba viajar a eso de las 7:30 pm.
La señorita me señalo que la única opción que tenía era que bajara a cualquiera de las cajas del banco y que, mostrando mi número de cédula y la tarjeta podía retirar el efectivo, que fuera que ella hablaría con alguno de los cajeros para que no hiciera la cola, además, que una cosa era comunicarse con Clavetelefónica y otra es el departamento de llamadas que supuestamente me debían llamar para poderme desbloquear para darme mi nueva tarjeta de débito. Bajé a una de las cajas, mostré mi cédula y la tarjeta, y no me pudo dar el efectivo puesto que la TARJETA ESTABA BLOQUEADA.
En ese peloteo me tuvieron hasta el mediodía, y por ese corre corre, me fui a mi habitación a buscar la chequera del Banco de Venezuela, la cual en ese momento no conseguí. En ese momento, a solas, confieso que derramé unas lágrimas de amargura, de rabia, de arrechera, en la ventana de mi cuarto, al fondo, se observa el Cuartel de la Montaña, donde descansan los restos inmortales del Comandante Eterno, y decía: ¡Cuanta falta haces Mi Presidente, Nojoda!, y de verdad sentí lo que muchos que han sido vejados, humillados, maltratados por tanto funcionario inepto e incapaz contribuyen a tratar de matar la esperanza de nuestro pueblo más humilde.
Mientras almorzaba, llamé a mi madre, quien me dio luces para resolver este problema, y me recomendó ir a la sede principal del Banco de Venezuela, ubicada en la Avenida Universidad, en la Esquina de Sociedad a Gradillas. Llegué a esa oficina a la 1:30 pm, tomé mi número y esperé. Conversé con una de las promotoras, le expliqué mi problema, y cuando introduje mi número de cédula, curiosamente en el sistema salía una tarjeta muy distinta a la mía. ¿Fallas de la plataforma del Banco? Me preguntó.
También en lo atestado del Banco, alcancé a escuchar que están prácticamente colapsados por tantas nóminas de ministerios, instituciones del Estado, cuentas personales, etc. Este es un elemento a considerar a la hora de la prestación de servicio de esta institución.
Hablé con otro promotor y le expliqué mi problema, y él me recomendó que esperara que fuese atendido por alguno de los promotores. Tenía el número 521 e iban como por el 389, me tocó esperar un buen rato.
Lo cierto es que cuando llegó al número 500 abordé a una de las promotoras y le planteé mi problema, y me dijo casi lo mismo que la primera promotora de la oficina de La Candelaria. Yo la increpé delante del gentío de la principal y le dije: “Es que me parece absurdo que siendo yo el titular de la cuenta, muestro mi número de cédula, me comunicó con el Banco, consignó la tarjeta bloqueada, tenga que esperar a que el Banco me llamé cuando le dé la gana para desbloquearme y me dé una nueva tarjeta de débito. ¿No estoy en la oficina principal, donde tienen todas las centrales, toda la data y todos los mecanismos para verificar que efectivamente soy el titular de la cuenta y la tarjeta y resolver el problema? Ojalá fueran tan eficientes para cuando uno sea víctima de un robo, que dios nos guarde y proteja a todos, bloqueen las tarjetas de débito o crédito tan eficientemente como lo hicieron conmigo.
¡Yo no me robé a mi mismo por el amor de Dios!
Además le expresé: “No me voy de aquí hasta que ustedes no me den una alternativa de solución”, y volví a sentarme. Espere mi turno, y llamaron al 521, el número que tenía, y me tocó la misma chica, me preguntó que iba a hacer y le dije que a cambiar la tarjeta. No sé lo que ocurrió, porque esta muchacha que me atendió, evidentemente constata que el sistema me tenía bloqueado por usurpación de identidad, pero luego de colocar la huella de mi pulgar derecho, y ella teclear algunas cosas, inmediatamente se elimino el bloqueo de usurpación de tarjeta, se completó el proceso, y me dieron mi tarjeta de débito nueva, yo logré sacar mi efectivo y hacer mi viaje. Salí del Banco a eso de las 3:30 pm de esa tarde que no quisiera acordarme del viernes 2 de octubre de 2015.
Quiero complementar este testimonio, con unos tuits que me envió una persona, que por razones obvias no estoy obligado en estas líneas a revelar su identidad, con la siguiente información:
@BcodeVenezuela Buen día! Bco de Venezuela en Pto. Ordaz sufre un total saboteo de linea, a/a y material sobre todo el de orinokia mall
@BcodeVenezuela Si MOVISTAR sigue siendo la operadora de algunos de sus Bancos no esperen nada de ellos sino saboteo para culpar al gobierno.
Este testimonio lo pudiera concluir señalando lo siguiente: Hace un par de días logré reasignar a mi clavenet personal la anterior clave de este servicio, pero para mi nueva tarjeta de débito, hace unos días traté de acceder al clavenet y no podía porque no reconocía la clave, por lo que tuve que cambiarla. Es extremadamente extraño que no pueda acceder con mi contraseña asignada a mi clavenet personal, y temo que se me bloquee y no me pueda comunicar al 0500MICLAVE (05006425283). Además, debo activar mi nueva clave coordenadas, y que sea todo un calvario para comunicarnos con esa plataforma y ser debidamente atendidos.
También me han llegado las denuncias de que para darte cualquiera de las tarjetas de crédito de ese banco de manera expedita, debes bajarte de la mula con 14.000 Bs, además que algunos cajeros y trabajadores de ese banco hacen negocios con el efectivo. Ambas no me constan, pero sería bueno abrir investigaciones al respecto.
Afortunadamente, he sido uno de los pocos usuarios y usuarias de este banco que he podido resolver una situación como ésta en un día y comprender el drama en su crudeza de lo que vive el ciudadano de a pie, nuestro pueblo, y es aquí donde me preguntó: ¿Por qué por algo tan simple y sencillo, el Banco de Venezuela hace todo tan engorroso y traumático? ¿Será que el servicio pésimo que prestan y la “Operación Morrocoy forman parte del saboteo para irritar al pueblo y despotricar del gobierno bolivariano? ¿Por qué cuando uno va a un Banco privado, por ejemplo Banesco, valga la cuña, si una tarjeta de debito o crédito está bloqueada, con tan solo mostrar tu cedula de identidad al cajero o promotor, en menos de un minuto ya estas desbloqueado y te despachan más rápido y el Banco de Venezuela no? ¿Dónde quedó aquella conseja de Ernesto “Ché” Guevara y tantas veces repetida por Hugo Chávez de que la Revolución no debe estar reñida de la calidad y la eficiencia?
Creo que este Banco debe ser más ágil en la solución de estos problemas tan nimios como éste, debe el Gobierno descargarlo un poco de tantas nóminas que maneja, y que sus trabajadores y trabajadoras presten un mejor servicio, y sus gerentes verdaderamente resuelvan las problemáticas y situaciones que presentan sus clientes.
En próximos artículos presentaremos propuestas para poder ir saliendo de esta coyuntura difícil y poner a nuestra Administración Pública verdaderamente al servicio de nuestro pueblo.
De antemano, agradezco a aporrea.org, colarebo internacional, ensartaos.com.ve y otros tantos portales que se tomen la deferencia y gentileza de publicarme, de manera que esta información le llegue en primer lugar al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros; al Ministro del Poder Popular de Economía y Banca Pública y Presidente de este Banco, Rodolfo Marco Torres, a gerentes y encargados de atender y resolver los problemas de esta institución financiera.
En primer lugar, y dentro de esta introducción, el Presidente Nicolás Maduro advirtió hace algunos días, sobre intentos de sabotaje en los servicios públicos fundamentales de nuestro país. ¡Espléndido! Más oportuna no puede resultar el testimonio que paso de seguidas a describir con lujo de detalles.
En fecha 2 de octubre de 2015 me dirigía a mi trabajo en una importantísima institución pública de nuestra Administración Pública y tenía necesidad de un dinero en efectivo, a eso de las 6:15 am. Por una premura un tanto inusual en mí, decidí usar mi tarjeta de débito (la cual estaba bastante deteriorada, lo reconozco) en los cajeros del Banco de Venezuela ubicados un poco más debajo de la Esquina de Gradillas en la ciudad de Caracas y muy cerca de la sede principal de dicha entidad bancaria, y en los cuales no introduces clave sino tu huella dactilar. Lo hice así, porque en otras ocasiones he utilizado dichos cajeros con mi huella sin ningún tipo de inconvenientes y dándome el efectivo que he necesitado.
Pero en esa ocasión, el cajero no reconocía mis huellas, y obviando que, al igual que al introducir tres veces de manera errónea la clave de la tarjeta de débito, ésta se bloquea, pues el Banco, entiendo que por medida de seguridad, bloqueo mi tarjeta por dicho motivo. Esto por culpa mía también.
Como llegar a mi oficina, procedí a comunicarme al servicio Clavetelefónica Personal del Banco de Venezuela, es decir, al 0500MICLAVE (05006425283) valga la cuña. A eso de las 7:00 am logró comunicarme con una de las operadoras de dicho servicio explicándole el problema de mi tarjeta bloqueada, por lo que me señalo que debía acudir a cualquiera de las oficinas de dicha entidad bancaria a cambiar el plástico. Esto lo vi como una extraordinaria oportunidad para ese canje.
Llegué bien temprano al banco, y a las 8:30 am cuando abrió, estaba muy contento porque en la cola era el cuarto, y por lo expresado por algunos amigos más por lo que pude observar, el cambio de la tarjeta de débito es extremadamente rápido. Pero cuando llegó mi turno, ahí empezó Cristo a padecer, y mi alegría inicial empezó a convertirse en un calvario, ya que la promotora del banco me expresa lo siguiente: “No te puedo cambiar la tarjeta de débito porque en el sistema apareces BLOQUEADO POR USURPACIÓN DE IDENTIDAD”. “Debes esperar a que te llamen”, me señaló.
Yo le expresé que era el titular de la cuenta, le mostré la tarjeta bloqueada, mi cédula de identidad y todos los elementos que probaban mi identidad, pero no hubo forma ni manera que la promotora me resolviera, me dijo que podía ir a cualquiera de los cajeros dentro del banco a sacar plata, con mi cedula. Yo decidí hablar con la gerente de dicha oficina bancaria ubicada en La Candelaria.
Además de la insensibilidad y la implacable espera, decidí irme a la oficina a tratar de comunicarme con el Banco por la línea señalada en unos párrafos más arriba, LO CUAL RESULTO IMPOSIBLE, no hubo forma ni manera que del Banco me contestarán para resolver este problema. Conversando con algunas amistades, regresé a la oficina y solicité hablar nuevamente con la gerente, a los fines de emplazarla a que me atendiera y poder canalizar mi problemática.
Finalmente, cual alteza real, dicha gerente me atendió como quien concede una gracia cuando realmente debe considerarse servidora de muchas personas que tenemos cuentas en una institución que es pública, y me remitió a la misma trabajadora, quien estaba un poco molesta, porque pensaría que le estaba “poniendo la piedra”, cosa totalmente falsa, lo cierto es que mientras atendía a otros clientes, llamaba a Clavetelefónica (que tampoco le contestaban) y toda una serie de elementos, me insistía en que no podía resolver mi problema.
Yo le señalaba y le aclaré que entendía su situación y hasta que no era su culpa, ya que era el mismo sistema del banco que me tenía bloqueado y no le permitía a esta trabajadora completar el proceso para darme mi nueva tarjeta de débito, pero yo la emplazaba a darme una alternativa de solución, a lo que según ella, y cumpliendo instrucciones de la misma gerente, decía que lo único que podían hacer es pasar un correo reportando mi problema y que debía esperar que me llamarán para desbloquearme, yo le dije que era inaudito, ya que era el titular de la cuenta, y que además y por razones de emergencia, necesitaba el efectivo, ya que necesitaba viajar a eso de las 7:30 pm.
La señorita me señalo que la única opción que tenía era que bajara a cualquiera de las cajas del banco y que, mostrando mi número de cédula y la tarjeta podía retirar el efectivo, que fuera que ella hablaría con alguno de los cajeros para que no hiciera la cola, además, que una cosa era comunicarse con Clavetelefónica y otra es el departamento de llamadas que supuestamente me debían llamar para poderme desbloquear para darme mi nueva tarjeta de débito. Bajé a una de las cajas, mostré mi cédula y la tarjeta, y no me pudo dar el efectivo puesto que la TARJETA ESTABA BLOQUEADA.
En ese peloteo me tuvieron hasta el mediodía, y por ese corre corre, me fui a mi habitación a buscar la chequera del Banco de Venezuela, la cual en ese momento no conseguí. En ese momento, a solas, confieso que derramé unas lágrimas de amargura, de rabia, de arrechera, en la ventana de mi cuarto, al fondo, se observa el Cuartel de la Montaña, donde descansan los restos inmortales del Comandante Eterno, y decía: ¡Cuanta falta haces Mi Presidente, Nojoda!, y de verdad sentí lo que muchos que han sido vejados, humillados, maltratados por tanto funcionario inepto e incapaz contribuyen a tratar de matar la esperanza de nuestro pueblo más humilde.
Mientras almorzaba, llamé a mi madre, quien me dio luces para resolver este problema, y me recomendó ir a la sede principal del Banco de Venezuela, ubicada en la Avenida Universidad, en la Esquina de Sociedad a Gradillas. Llegué a esa oficina a la 1:30 pm, tomé mi número y esperé. Conversé con una de las promotoras, le expliqué mi problema, y cuando introduje mi número de cédula, curiosamente en el sistema salía una tarjeta muy distinta a la mía. ¿Fallas de la plataforma del Banco? Me preguntó.
También en lo atestado del Banco, alcancé a escuchar que están prácticamente colapsados por tantas nóminas de ministerios, instituciones del Estado, cuentas personales, etc. Este es un elemento a considerar a la hora de la prestación de servicio de esta institución.
Hablé con otro promotor y le expliqué mi problema, y él me recomendó que esperara que fuese atendido por alguno de los promotores. Tenía el número 521 e iban como por el 389, me tocó esperar un buen rato.
Lo cierto es que cuando llegó al número 500 abordé a una de las promotoras y le planteé mi problema, y me dijo casi lo mismo que la primera promotora de la oficina de La Candelaria. Yo la increpé delante del gentío de la principal y le dije: “Es que me parece absurdo que siendo yo el titular de la cuenta, muestro mi número de cédula, me comunicó con el Banco, consignó la tarjeta bloqueada, tenga que esperar a que el Banco me llamé cuando le dé la gana para desbloquearme y me dé una nueva tarjeta de débito. ¿No estoy en la oficina principal, donde tienen todas las centrales, toda la data y todos los mecanismos para verificar que efectivamente soy el titular de la cuenta y la tarjeta y resolver el problema? Ojalá fueran tan eficientes para cuando uno sea víctima de un robo, que dios nos guarde y proteja a todos, bloqueen las tarjetas de débito o crédito tan eficientemente como lo hicieron conmigo.
¡Yo no me robé a mi mismo por el amor de Dios!
Además le expresé: “No me voy de aquí hasta que ustedes no me den una alternativa de solución”, y volví a sentarme. Espere mi turno, y llamaron al 521, el número que tenía, y me tocó la misma chica, me preguntó que iba a hacer y le dije que a cambiar la tarjeta. No sé lo que ocurrió, porque esta muchacha que me atendió, evidentemente constata que el sistema me tenía bloqueado por usurpación de identidad, pero luego de colocar la huella de mi pulgar derecho, y ella teclear algunas cosas, inmediatamente se elimino el bloqueo de usurpación de tarjeta, se completó el proceso, y me dieron mi tarjeta de débito nueva, yo logré sacar mi efectivo y hacer mi viaje. Salí del Banco a eso de las 3:30 pm de esa tarde que no quisiera acordarme del viernes 2 de octubre de 2015.
Quiero complementar este testimonio, con unos tuits que me envió una persona, que por razones obvias no estoy obligado en estas líneas a revelar su identidad, con la siguiente información:
@BcodeVenezuela Buen día! Bco de Venezuela en Pto. Ordaz sufre un total saboteo de linea, a/a y material sobre todo el de orinokia mall
@BcodeVenezuela Si MOVISTAR sigue siendo la operadora de algunos de sus Bancos no esperen nada de ellos sino saboteo para culpar al gobierno.
Este testimonio lo pudiera concluir señalando lo siguiente: Hace un par de días logré reasignar a mi clavenet personal la anterior clave de este servicio, pero para mi nueva tarjeta de débito, hace unos días traté de acceder al clavenet y no podía porque no reconocía la clave, por lo que tuve que cambiarla. Es extremadamente extraño que no pueda acceder con mi contraseña asignada a mi clavenet personal, y temo que se me bloquee y no me pueda comunicar al 0500MICLAVE (05006425283). Además, debo activar mi nueva clave coordenadas, y que sea todo un calvario para comunicarnos con esa plataforma y ser debidamente atendidos.
También me han llegado las denuncias de que para darte cualquiera de las tarjetas de crédito de ese banco de manera expedita, debes bajarte de la mula con 14.000 Bs, además que algunos cajeros y trabajadores de ese banco hacen negocios con el efectivo. Ambas no me constan, pero sería bueno abrir investigaciones al respecto.
Afortunadamente, he sido uno de los pocos usuarios y usuarias de este banco que he podido resolver una situación como ésta en un día y comprender el drama en su crudeza de lo que vive el ciudadano de a pie, nuestro pueblo, y es aquí donde me preguntó: ¿Por qué por algo tan simple y sencillo, el Banco de Venezuela hace todo tan engorroso y traumático? ¿Será que el servicio pésimo que prestan y la “Operación Morrocoy forman parte del saboteo para irritar al pueblo y despotricar del gobierno bolivariano? ¿Por qué cuando uno va a un Banco privado, por ejemplo Banesco, valga la cuña, si una tarjeta de debito o crédito está bloqueada, con tan solo mostrar tu cedula de identidad al cajero o promotor, en menos de un minuto ya estas desbloqueado y te despachan más rápido y el Banco de Venezuela no? ¿Dónde quedó aquella conseja de Ernesto “Ché” Guevara y tantas veces repetida por Hugo Chávez de que la Revolución no debe estar reñida de la calidad y la eficiencia?
Creo que este Banco debe ser más ágil en la solución de estos problemas tan nimios como éste, debe el Gobierno descargarlo un poco de tantas nóminas que maneja, y que sus trabajadores y trabajadoras presten un mejor servicio, y sus gerentes verdaderamente resuelvan las problemáticas y situaciones que presentan sus clientes.
En próximos artículos presentaremos propuestas para poder ir saliendo de esta coyuntura difícil y poner a nuestra Administración Pública verdaderamente al servicio de nuestro pueblo.
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
jmartoranoster@gmail.com @juanmartorano
jmartoranoster@gmail.com @juanmartorano
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