*JUAN MARTORANO.
Hemos podido observar como en
estos últimos días, las bolas, rumores y cuantos dimes y diretes sobre nuestra
realidad han estado a la orden del día. Realmente, los enemigos de la
Revolución Bolivariana, están jugando duro y sucio, y se han propuesto dar al
traste y derrocar al Gobierno que encabeza Nicolás Maduro, y con ello extirpar “el
mal ejemplo” de la Revolución Bolivariana.
He expresado a través de estas
vías, de mis cuentas tuiter y feisbú (los coloco con premeditación y alevosía
estos términos en castellano, no vayan a pensar que lo escribí mal o que me
fumé una lumpia verde piche) algunas
reflexiones sobre mi opinión de la realidad nacional, y lo he hecho producto de
profundos análisis y reflexiones. No me dejo influenciar por la visión catastrofista
de los medios privados de la derecha, ni por la visión exageradamente optimista
de Venezolana de Televisión ni de lo que conocemos como el Sistema Bolivariano
de Comunicación e Información (SIBCI).
Usted amiga o amigo que me lee,
puede perfectamente estar de acuerdo o en desacuerdo conmigo, eso es
democrático y perfectamente válido. Pero solo lo único que se puede pedir es
respeto, porque a veces nos gusta expresar y hasta imponer nuestras opiniones,
pero a veces que difícil es escuchar, y esta es una de las tareas pendientes de
nuestra sociedad, si es que queremos tener un debate político real y de altura.
Para nadie es un secreto que
desde hace bastante rato, la Revolución Bolivariana hoy en el Gobierno, primero
con Chávez y hoy con Maduro, esta bajo ataque y corriendo mucho peligro,
producto de ataques criminales, de boicots por parte de sectores de la derecha
nacional e internacional que, considerando la ausencia física de Hugo Chávez, han
considerado que esta es una oportunidad de oro para poner fin al experimento
socialista que se ha dado en la Venezuela de estos últimos dieciséis años ya. Es
lamentable que haya empresarios, los encargados del manejo de los medios de
producción y de generar riqueza y bienestar en la población venezolana,
independientemente del signo ideológico, incursionándose en politiquería, y
prestándose al boicot, al bloqueo y a perjudicar la economía de la Patria,
donde presumimos ellos nacieron. Una cosa es ser o hacer oposición a un
proyecto político o a un Gobierno, lo cual es perfectamente democrático, y otra
muy distinta ser apátrida y traidor.
Pero esta situación no es
exclusividad de la guerra económica o de los que abiertamente se han declarado
opositores a la Revolución Bolivariana hecha Gobierno. También debemos asumir
la responsabilidad como Gobierno y Estado Revolucionario de errores, de fallas,
de ineficiencias, de ineficacias que tenemos. Estos errores que a dieciséis años
ya deberían en buena medida estar solventados, y que aún persisten, por no
haber podido superar lastres terribles como el Burocratismo y la Corrupción,
pilares y herencia del Estado Burgués que aún persiste en nuestra sociedad
venezolana.
Pero esta responsabilidad no es
sólo de los que formamos parte de la Administración Pública o del Estado en sus
diversos poderes que hoy lo conforman. Sino que el elemento de conciencia, y
hasta de cierta descomposición social y moral como que empezara a apoderarse
del alma de nuestro pueblo. Sino, como explicaríamos que estamos empezando a
caer en un estado de rapiña y de cierta anomia social muy peligroso, donde
observamos que la gente está pendiente de los productos alimenticios, de aseo
personal o de tu casa que llevas en tu bolsa para ver de qué manera te los
quito, o las escaramuzas que se han presentado en algunos establecimientos de
distribución y venta de alimentos, donde se han presentado golpes, arrebatones
y violencia, sin importar la autoridad de ministros, gobernadores, alcaldes o
servidores públicos o servidoras públicas que tratan de mantener el orden
público; o ataques incluso a los diferentes camiones y gandolas que transportan
alimentos, bienes y servicios a nuestro pueblo, producto de la disociación y
enloquecimiento en el que nos quieren hacer caer algunos sectores, y que por la
falta de acción del Estado por restituir el orden público, caemos en omisiones
muy peligrosas. Debemos recuperar, así lo creo, la racionalidad que al parecer
hemos perdido.
Algo si no podemos negar, y es el
estado de descontento y angustia de nuestro pueblo, y eso lo reconozco. Pero esa
situación real ha sido exacerbada y manipulada por un conjunto de operaciones
psicológicas, y eso tampoco es mentira, es una combinación de ambas, muy
peligrosas, que pudiera generar acontecimientos de impredecibles consecuencias,
sobre todo en este año electoral.
Pero por haber niveles de
conciencia importantes en nuestro pueblo producto de la memoria, el respeto y
el recuerdo a Hugo Chávez. Buena parte
de nuestra gente se define como chavista, más no madurista, pero están muy
disgustadas porque sienten que nuestro Gobierno no da respuestas oportunas ni
ha podido resolver, hasta ahora la situación de abastecimiento y de boicot a
nuestra Patria, y es aquí donde me pregunto: ¿Hasta cuando se mantendrá esto
así?
He pensado que pese a todo esto,
no deberían desbordarse las pasiones, ni la “sangre llegar al río”. De que se
estaría montando un golpe electoral, y que la derecha apueste a llegar a
espacios dentro del Estado para implosionarlo, léase elecciones parlamentarias
de este año. Pero como en ciencias sociales no siempre dos más dos da cuatro,
no se puede descartar del todo, la vía del golpe de estado, militar tradicional,
“golpe suave”, o cualquier otro. Si bien es cierto para mí no están dadas las
mismas condiciones del año 1989 del “Caracazo”, sin embargo, tampoco podemos
descartar totalmente estas opciones.
Lo del momento político,
económico y social de este año 2015 a diferencia de 1989, es que en aquel entonces
vivíamos un Gobierno totalmente represor, cancerbero y defensor de las políticas
más rancias y neoliberales defendidas por el Banco Mundial, la Organización
Mundial de Comercio y el Fondo Monetario Internacional, por sólo mencionar
algunos de esos organismos. La situación actual es una situación de crisis
económica inducida por parte de “algunos empresarios”, defensores del capital,
que pretenden inducir el “estallido social”, y que hasta ahora no se les ha
dado, y esperemos que no se les dé.
El capitalismo se encargo de la
tarea de hacernos creer que sólo él puede producir buenos productos, de modo que hoy en día, si
no te pliegas a su lógica, sencillamente te los quita, y entramos en crisis. En
pocas palabras, quieren arrodillar a la Patria de Bolívar y Chávez. Si nos
oponemos a este sistema hegemónico,
sencillamente empieza el bloqueo.
Es esto lo que queremos que
Nicolás Maduro, nuestro Presidente debiera terminar de entender. Sin duda, Hugo
Chávez, y muchos junto a él, queremos vivir en paz, pero esta paz debe ir
acompañada de justicia, sino será una farsa. En múltiples oportunidades, Hugo
Chávez hizo llamados y aposto por la paz, pero jamás cedía en los principios y
en los intereses sagrados de nuestro pueblo; hablaba hasta con el diablo, pero
sabía que había límites de los diálogos, eso la misma historia se ha encargado
de demostrarlo.
El Presidente Nicolás Maduro
debiera terminar de entender de una vez, que esta burguesía parasitaria y retrógrada
no quiere parte de la renta petrolera, sino toda la renta petrolera, como
ocurría en la Cuarta República. Por más que ceda Maduro en aumentar los precios
de bienes, servicios y alimentos de nuestro pueblo, esta gente no se quedará
tranquila hasta tener toda esa renta, y todo el poder. No entender esto, sería
una ingenuidad tremenda e imperdonable.
Pues bien, ante todo ese estado
complejo de cosas, estoy claro de lo que se requiere. La derecha apuesta a que
dándose el estallido social, producto del descontento y malestar popular,
vendría la represión y el caos por parte de nuestra Fuerza Armada y nuestros
cuerpos de seguridad ciudadana. Están muy equivocados. Aquí se requiere la
imposición de la autoridad democrática del Estado, sin represión desmedida ni
dirigida exclusivamente a los más pobres, ni impunidad judicial bajo la mampara
de los derechos humanos; hay que respetar los derechos humanos, sin duda, pero
que éstos no se conviertan en excusa para la impunidad, porque si no, esto se
lo llevará quien lo trajo.
Es por ello, que no dejo de
recordar a nuestro Comandante Supremo y Eterno, en su despedida del 8 de
diciembre de 2012, cuando, dejando las cosas en orden, nos dijo que eligiéramos
a Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, pidiéndonos
esto desde su corazón. Recuerdo muy bien, que al referirse de Maduro, Chávez
dijo esto: “Es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es
que yo no pudiera, con su mano firme,
con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, con su don de gente, con su
inteligencia, con el reconocimiento internacional que se ha ganado, con su
liderazgo, al frente de la Presidencia de la República y dirigiendo,
subordinado siempre a los intereses del pueblo, los destinos de esta
Patria".
Pues bien, ante la posibilidad de que
la anarquía de la derecha se abalance sobre nuestra Patria para destrozarla y
entregar sus despojos a sus amos imperiales del norte. Sin duda, no es la
responsabilidad de un hombre individual, afrontar esta coyuntura particularmente
difícil que nos ha tocado vivir, pero aquí aplica aquello de lo que alguna vez
dijo José Martí: “La palabra motiva, pero el ejemplo convence”, y sería el
mejor antídoto para combatir la decepción que se ha apoderado de algunos camaradas,
y la desmovilización en la que nos encontramos. Yo no sé ustedes, pero
particularmente quiero ver a ese Nicolás Maduro de mano firme que no he visto todavía,
y del que me hablo Chávez aquel 8 de diciembre de 2012.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas
y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado,Activista por los Derechos
Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas
(RENTSOC). http:// juanmartorano.blogspot. com /http://juanmartorano. wordpre ss.com/ .jmartoranoster@g
mail .com ,j_martorano@hotmail.com ,juan _ martoranocastillo@yahoo. com. ar .
@juanmartorano (Cuenta en Tuiter).
No hay comentarios:
Publicar un comentario