La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca hace cuatro años fue expresión de la crisis de legitimidad que vive la sociedad estadounidense. La inestabilidad ocasionada por el asalto al Congreso, el pasado seis de enero, es hasta ahora la máxima expresión de su polarización. Estados Unidos es una sociedad estructuralmente violenta, donde la desigualdad se ha incrementado producto de la aplicación por cuarenta años de las políticas económicas neoliberales.
“Desde la década de 1980, la desigualdad social ha ido en aumento, tanto que Estados Unidos es hoy el país más desigual del mundo. La mitad más pobre de la población tiene actualmente solo el 12% del rendimiento nacional, mientras que el 1% más rico tiene el 20% de ese rendimiento. En los últimos cuarenta años el neoliberalismo ha dictado el empobrecimiento de los trabajadores estadounidenses y destruyó las clases medias. En un país sin servicio público de salud y sin otras políticas sociales dignas de ese nombre, uno de cada cinco niños pasa hambre. En 2017, uno de cada diez jóvenes de entre 18 y 24 años (3.5 millones de personas) había pasado en los últimos doce meses por un período sin un lugar donde vivir (homelessness)” [1]. Estas son las causas estructurales de la polarización, el descontento y la inestabilidad del coloso del Norte.
La pandemia por covid-19 ha servido de catalizador de un posible estallido social, en el que las contradicciones entre las comunidades blancas, negras y latinas terminen enfrentadas entre sí y con el Estado de la unión. “La crisis de EE.UU. se ha venido desarrollando durante décadas, y el COVID-19 simplemente ha acelerado la marcha hacia su dramático desenlace. Un elemento fundamental para explicar esta crisis es la erosión de la supremacía blanca, una condición que el Partido Republicano ha explotado con éxito desde finales de los ‘60…” [2]. El surgimiento del trumpismo, como actor protagónico frente a la pauperización a las que han sido sometidas las clases medias blancas predominantemente rurales, que defienden su sentido de comunidad propiamente estadounidense, sustentado en el racismo estructural que les dio origen.
La violencia luce inevitable, por tratarse de una población con más acceso a las armas que a la educación, con mayor acceso a las drogas que a la salud. “…EEUU no solo no ha logrado controlar la propagación del virus, sino que ha dejado en evidencia la grave crisis económica, política y cultural a lo interno. El asalto al Capitolio es un síntoma más de la decadencia de un país en el que el número de armas es mayor que el de habitantes (120 por cada 100), como también son síntomas las manifestaciones contra el racismo, el 40% de pobres, los 500.000 indigentes que no tienen refugio, el 14% de desempleados…” [3].
Las contradicciones en el seno de las clases dirigentes estadounidenses se profundizan en la misma medida que declina su hegemonía mundial. El ocaso del orden unipolar, frente a las nuevas potencias que desafían su influencia global, al punto de incursionar en Latinoamérica como su principal área de influencia. El fracaso la estrategia de guerra total y permanente que ha comprometido la solvencia económica de la nación, en su desesperada carrera por controlar las fuentes mundiales de energías. “Pareciera que en 2021 se acelerará la decadencia del imperio norteamericano. El gendarme del mundo ha perdido cada vez más espacio en la geopolítica y geoeconomía mundial. Mientras su economía, endeudada y deficitaria, se contraía en 2020, la de China no solo creció, sino que avanzó con innovaciones tecnológicas…” [4].
La economía mundial traslada su centro del Atlántico Norte al Pacífico, las guerras comerciales y monetarias expresan el nuevo orden multipolar. “Mientras el dólar da señales de estrepitosa caída, el oro sigue en ascenso a la par del avance de las Rutas de la Seda por Asia Central, Rusia, África Oriental, Europa y el Sudeste Asiático. Mientras republicanos y demócratas se peleaban el Despacho Oval, 14 países de Asia y el Pacífico firmaban con China el mayor acuerdo comercial del mundo, incluidos los principales aliados de EEUU, es decir, Japón, Australia y Corea del Sur. Estos 15 países representan el 30% de la población y producción mundiales. Rutas comerciales y Acuerdos que avanzarán con monedas distintas al dólar y sistemas de compensación de pagos al margen del SWIFT dominado históricamente por la Reserva Federal…” [5].
La pandemia por COVID-19, no logró paralizar el crecimiento económico y tecnológico del gigante asiático, pero sigue afectando considerablemente las críticas economías europeas y estadounidense. “Durante la pandemia de coronavirus, China fue la primera en romper la cadena de infección y reanudar una actividad económica casi normal. En consecuencia, el FMI proyecta que cerca del 60% del PIB mundial estimado en 2020-2021 se deberá al crecimiento de China” [6].
El portentoso aparato tecnológico-militar de Estados Unidos también fue superado por las nuevas potencias. “…EEUU, como imperio se ha ido quedando rezagado en lo económico, en lo energético y en lo tecnológico, sin mencionar que, en lo militar, dejó de ocupar el primer lugar en cuanto al número de ojivas nucleares. Rusia ocupa ahora el primer puesto con 6.375 y EEUU cuenta con 5.800. El tercer puesto lo ocupa China con 320 ojivas” [7].
“Como sistema político y social, Estados Unidos está en un momento de bifurcación, un momento característico de los sistemas alejados de los puntos de equilibrio” [8]. Desde el 17 hasta el próximo 20 de enero, fecha prevista para la toma de posesión de Joe Biden, están convocadas manifestaciones armadas en las 50 capitales del país y en Washington, D.C.
Notas
[1] y [8] De Sousa Santos, Boaventura (2021), Trump no tomará cianuro, Boletin ALAI AMLatina, Agencia Latinoamericana de Información –ALAI. Disponible en: https://www.alainet.org/es/articulo/210482
[2] Bello, Walden (2021) El asalto al Capitolio indica que EE.UU. ha entrado en la era de Weimar, Boletin ALAI AMLatina, Agencia Latinoamericana de Información –ALAI. Disponible en: https://www.alainet.org/es/articulo/210425
[3], [4], [5] y [7]) Curcio, Pasqualina (2021), Perspectivas económicas 2021 (I), Boletin ALAI AMLatina, Agencia Latinoamericana de Información –ALAI. Disponible en: https://www.alainet.org/es/articulo/210481
[6] Instituto Tricontinental de Investigación Social, (2021), Ocaso: la erosión del control de Estados Unidos y el futuro multipolar. Disponible en: https://www.thetricontinental.org/es/dossier-35-ocaso/
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