Alí Rojas Olaya
El 6 de agosto de 1813, Bolívar llega a Caracas tras la Campaña Admirable y conoce a Josefina Machado Madriz quien se convertirá en su amada en el período más duro por la precariedad, las derrotas y las contradicciones en el seno de la guerrilla. La oligarca familia Machado parece haber borrado todo rastro de ella por su entrega a la causa social. Para María Antonia Bolívar, la hermana del Libertador, Pepita era hija de un canario acaudalado. Se sabe que nació en 1893. Algunas fuentes dicen que era hija de Carlos Soublette. Eduardo Machado, quien junto a su hermano Gustavo fundó el Partido Comunista de Venezuela, “disfrutaba contando que existieron unas cartas de amor quemadas por la furibunda doña Mercedes Machado de Paz y Castillo, debido a que Bolívar no se casó con Pepita a pesar que la abnegada mujer lo acompañó por seis años, una versión compartida por el poeta y pariente Fernando Paz Castillo”. Carlos Machado Allison, hijo de Eduardo Machado, pregunta “¿Sería Pepita, como Manuela, una hija habida fuera del matrimonio? Ese rumor circuló en mi familia y quizás, dado que don Carlos Machado había sido corregidor y en 1813 fue designado como primer canciller de la República, es posible que se ocultara el origen de Pepita”.
El 7 de julio de 1814, cerca de 20.000 personas emigran de Caracas hacia Oriente huyendo de Boves. Unos mueren en el camino, otros en las batallas que tiñeron de sangre la geografía nacional y otros escapan a las Antillas, como es el caso de Pepita, a quien Bolívar protege enviándola a Saint Thomas junto a su mamá y dos tías.
Para 1818, Pepita se había convertido en una excelente ayuda para Bolívar. Preparaba los atavíos de la tropa, lo asistía en los mensajes que debía administrar y para importantes negocios de Estado.
Mientras Bolívar comanda el Paso de los Andes, la caraqueña adelgaza, sus ojos brillan turbados sobre unas órbitas amoratadas. Bolívar se embarca con su ejército en la Flota del Orinoco junto a su amada en la Navidad de 1819. Pero en el camino Pepita muere. Bolívar siembra su cuerpo en una loma de Achaguas iniciándose el año 1820. Más tarde, Bolívar dice: “Nunca el destino me permitió más de seis meses de paz y alegría, acicateándome por lo contrario con todas las penas y rigores de que es capaz de sufrir el alma humana. ¿No me arrebató también a mi querida Pepita Machado, mi compañera por más de siete años? ¿No murió acaso del mismo mal que mató a mi madre y que desde niño aprendí a temer y a conocer con espanto?”.
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