"En este escenario de buitres, Rastrojos, cuentas
turbias, deudas pendientes y fracasos, Bobolongo, con cara de sobrado y
-como siempre- sin tener ni idea, camina hacia el abismo..."
Con el Mazo Dando
Con el Mazo Dando
Hace
poco más de un año, Guaidó preguntaba a sus seguidores en una
concentración en las Mercedes, si tenían miedo a una guerra civil.
Ellos, que hace tiempo encerraron la cordura en un cajón y botaron las
llaves, respondieron todos alegres y festivos: ¡Noooooo! Guaidó, con su
sonrisa de títere sádico dijo, todo histriónico, todo sobrado: “que lo
escuche en mundo”, jurándose inmune a la violencia que invocaba.
La
historia la sabemos: marchas eufóricas calentando el ambiente para el
Día M (de mierda), cuando los titiriteros y títeres mayores pretendían
ejecutar una invasión con banda sonora de reguetón mayamero e insultos
histéricos de Miguel Bosé.
Marcharon
de vuelta a casa los marcharines que esperaron en vano la llegada de
los Marines a La Carlota. Muchos, de tanta decepción, borraron sus fotos
libertarias del Instagram, del Facebook, del la vida, como si borrando
fotos se borrara la derrota.
Marchas
convocadas que no convocaban a nadie. Un golpe de estado con un guacal
de plátanos y sin fuerza armada que, por supuesto, no funcionó. “Vamos
bien“, decía el títere con la misma sonrisa inmutable de descerebrado,
con la que llamó a la guerra civil que no fue. Y todo iba mal pero las
cartas estaban echadas. Los gringos se jugaron esa carta marcada, los
perritos los siguieron, y ya no podían echarse para atrás sin hacer el
más grande de los ridículos.
Esta
gente no se mata entre ellos, Mr Trump, y del golpe que no cuajó.
Pompeo y Elliot Abrams, expertos en matazones, que aún cuelgan del
pantalón de Trump, tienen que hacer algo con el cadáver político ese que
ellos llaman Presidente (E).
¡Cadáver, mmmmm, suena bien! –salivan manoseando una de las más macabras opciones que dicen tener sobre la mesa.
La
cosa funciona así, Mike: El tipo no sirve, y si sirve es para robarse
cada dólar que toca, y han sido millones… Nadie lo quiere, lo desprecia
la oposición, lo desprecia el chavismo, lo despreciamos nosotros porque
la verdad es que el tipo es despreciable…
¡Despreciable!
Diste en el clavo, Elliot. ¿Viste cómo lo batuquearon en Maiquetía? Por
ahí es la cosa, my friend. Démosle rienda suelta a su despreciable
forma de ser: un tipo limitado, de mecha corta, pendenciero, pero
cobarde a la vez; que amenaza porque cree que lo apoyamos con un
portaviones nuclear. Un negrito aspirante a blanco. Un pendejo que cree
que tiene poder. Un tipo que nos dejó enredados en este plan que que nos
vendieron como infalible, inmediato y mira cómo vamos. Vamos muy mal.
Muévele
la cuerdita para que sea él mismo, para que no se contenga, para que se
vuelva loquito en las redes sociales, que es único lugar donde existe.
Que haga el imbécil, para que, al menos ahí, lo nombren, para que
provoque rabia, burla, para ver si alguien pisa el peine y le da su
mamonazo. Y si no se lo dan, se lo damos nosotros y acusamos a Maduro,
que en eso sí somos expertos.
Y
el títere vuelto loco Wilfrido, haciendo el gafo con una cédula
vencida, insultando a Diosdado, a quien una vez, jalabólicamente, llamó
líder, creyendo que Diosdado iba a morder. Amenazando a los militares, a
los chavistas, burlándose de los opositores que una vez creyeron en él.
Acumulado todo el odio y frustración de los opositores que estafó. Toda
la rabia un pueblo que tiene que remontar cada día las consecuencias
del bloqueo gestionado por la alimaña esa, mientras los gringos se
frotan las manos esperando una reacción que no llega.
Y
como los venezolanos, aún indignados, no resolvemos con violencia, no
les quedó otra cosa que montar un falso positivo, con “colectivos” con
franelas de Bob Esponja, con transeúntes impávidos ante un hombre armado
que apunta al también impávido a Guaidó -que se presta para la jugada
creyendo que esto le va a dar oxígeno a su asfixiada popularidad-
mientras su impávido equipo de seguridad mira al pistolero y sigue la
marchita como si nada, porque no era nada, era otro show que ellos
montaron, y como siempre lo montaron mal, sin pensar que ese show, más
que un show, era un ensayo para una futura tragedia.
¿Oxigeno?
No. Algunos titulares, tres condenas y los gringos advirtiendo
(deseando) que si algo le pasa a su títere, el gobierno de Maduro pagará
por ello y que, por supuesto, todas las opciones están sobre la mesa.
Mientras que Porky, el segundo de Uribe, padre de los falsos positivos,
le ofrece, convenientemente, protección a Guaidó. Vea usted…
En
este escenario de buitres, Rastrojos, cuentas turbias, deudas
pendientes y fracasos, Bobolongo, con cara de sobrado y -como siempre-
sin tener ni idea, camina hacia el abismo retuiteando a Pompeo que,
nuevamente, culpa por adelantado al gobierno chavista por lo que pueda
pasarle a títere. Todo esto mientras Fabi Fabulosa está pendiente si
Maria Corina se conectó. Escucharon aquí. Sorry!
Pues, escuchen allá y aquí: hagan lo que hagan, nosotros venceremos.
CAROLA CHÁVEZ
@tongorocho
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