Carola Chávez
Hay cosas muy locas, como eso de que Nicolás traicionó el legado y los gringos lo atacan igualito que atacaban a Chávez, y uno no entiende por qué, porque, si traicionó a Chávez, y Chávez era el enemigo de los gringos, y el que traiciona a mi enemigo debería ser mi amigo ¿no?. Un poco loco, además, es que hay “verdaderos chavistas defensores de El Legado” que acusan a Nicolás de traición, y viven tranquilazos en los mismos países que lideran el ataque contra Nicolás y contra Venezuela toda.
Es loco también que Nicolás presida un narco gobierno en un país que donde no se producen drogas. Además de loco, es una burrada… Pero el burro, nos dicen, es Nicolás, que es un narco sin mercancía y que, de paso, se pone a pelear con el que sería su mayor aliado y cliente: el gobierno del mayor consumidor de drogas del mundo. ¡Maburroooo! En vez de hacer como hacen en Colombia, que son perritos simpáticos y el negocio florece a la par del consumo del Norte. Pero ¡qué va a saber de esas cosas un chofer de autobús!
Muy loco es que Nicolás inventara dólar today. Porque toda persona bien informada por whatsapp sabe que es Nicolás el que, todas las noches, se fuma una lumpia y se inventa un precio para el dólar, para así poder financiar el populismo de las pensiones, los aumentos salariales a cada rato y los bonos. Sí, Nicolás inventó ese dólar loco que todos los comerciantes usan como criminal referencia para subir sus precios, para que la gente pase trabajo y le agarre rabia al mismo Nicolás, que subirá más el dólar loco para aumentar los salarios y que no es que no, es que si quieres que te cuente el cuento del Gallo Pelón…
Asimismo, es loquísimo que este sea el gobierno más corrupto del la historia, tan corrupto que es el único gobierno que, en mis casi 54 años (que no aparento), he visto procesar a los corruptos de sus propias filas. Algunos de ellos, por cierto, huyen y se refugian, a cambio de una tajada del botín y unas declaraciones traidoras, en esos países decentes y civilizados que congelan cuentas imaginarias a Nicolás, a Diosdado, a Tarek, a Padrino López -que no quiere ser Pinochet- … hasta a Tibisay Lucena le congelan esas cuentas gordotas que no tiene en Miami, porque ellos son tan chavistas brutos, valga la redundancia, que guardan sus reales en Miami como lo hace Ramos Allup, creyendo que los gringos les van a perdonar ese “váyanse al carajo, yankees de mierda”, que pronunció Chávez y que no hemos dejado de pronunciar.
Y es que hay que sacarle el hipócrita filo la corrupción, que da más rabia que el asunto de los derechos humanos. Nada le duele más a un aspirante a sifrino, que otro, que no sea él, esté montado en los reales.
Y desatada la locura, tenemos que, para salvarnos de Nicolás, del narco, de la corrupción, del dólar loco; hay un vampiro que pide que nos bombardeen, un reptil de una ceja que suplica que nos bloqueen para matarnos de hambre y de angustia, para que nos levantemos contra el gobierno malvado, que no entiende tiene que irse para que gobiernen los que pidieron el bloqueo. Para que, entonces, el hambre fluya tranquila, sin cajas de Clap, ni bonos, ni controles, y esas cosas que atentan contra el libre mercado. Y una loca que cuenta, salivante, los muertos que causa, mientras se los achaca al gobierno. Y va hablando sola, pidiendo más sangre, mientras que se arruga esperando que llegue el miércoles y salga en El Mazo, para verse en pantalla, aunque sea fingiendo que come chicharrón con pelo. Los delirantes salvadores que, salvo los halcones de la guerra, nadie quiere.
Lo más loco de todo es que eso es lo que nos quieren venden como el camino democrático.
Contra la locura tenemos elecciones presidenciales que terminan de desnudar el discurso delirante, ahora metido en la calle ciega de que “las elecciones atentan contra la democracia”.
Y como la enorme mayoría de los venezolanos no somos locos, nosotros, los chavistas, que nunca patinamos en el delirio, vamos con Nicolás, mientras la oposición se debate entre el candidato del FMI, que sueña con el dólar colonial -muy del gusto clase media, si no tuviera el pelo chicharrón- y otro que que lo arregla todo con sopa. Eso sí, para la guerra, nada.
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