Maryclen Stelling.- En nuestro último escrito antes del 20-M señalábamos el “carácter crítico” de las elecciones y destacábamos “las implicaciones para el país, la región y el mundo”.
El triunfo de Maduro ha convocado profundas y controvertidas reacciones tanto a nivel interno como en el contexto internacional. Las cifras de participación y de abstención han producido un “sacudón” postelectoral, despertando en las fuerzas bolivarianas y en la derrotada oposición diferentes emociones y reacciones. Suerte de seísmo electoral que, una vez superadas las reacciones iniciales, obliga a la reflexión, la revisión y la redefinición del rumbo del país. Así, en medio de réplicas de diferente intensidad, dirigencia y ciudadanía deben prepararse para afrontar la crisis interna y la profundización del cerco mediático internacional.
En un contexto abstencionista de 53,9%, Maduro gana con 68% de los votos. Resultados que, en la inmediatez del “sacudón”, han generado en el espectro político diversas interpretaciones en cuanto a la legitimidad del triunfo, tal como era la intención de un sector de la oposición. Mientras Maduro convoca a “una nueva jornada de diálogo permanente y de reconciliación” con todos los sectores políticos, sociales y económicos del país; Falcón, en un segundo lejano, cuestiona y desconoce el proceso electoral, que, en su opinión, carece de legitimidad, dando así, tardíamente, la razón a la estrategia abstencionista de la oposición.
El abstencionismo no debe ser despreciado ni minimizado, por el contrario, debe ser abordado en toda su complejidad en el marco de la crisis multidimensional en el cual se ha manifestado. Aun cuando para algunos la abstención es una suerte de marginación, realmente se trata de una expresión política. Decisión que puede obedecer a dos causas posibles: unas que conciernen a la conducta electoral más o menos previsible de ciertos sectores, en este caso la oposición; y otras, que remiten al crítico contexto en el cual se realizan los comicios, y allí podrían encontrarse explicaciones al descenso del voto por Maduro.
Sin lugar a dudas el nivel abstencionista de los comicios del 20-M debe llamar a la reflexión y exige evaluar e interpretar este fenómeno. ¿Se trató de una protesta activa, una exclusión pasiva o simple apatía y desinterés por la política?
Es necesario abordarlo dentro del contexto de crisis, con una visión estratégica para el país y con miras a la convivencia que anhelamos y al modelo de sociedad al que aspiramos.
Maryclen Stelling
@MaryclenS
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