Luis Salazar
La bala que asesinó al Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre en 1830, sigue en onda expansiva, aniquilando a los mejores hijos de Colombia, la mano criminal de la oligarquía colombiana sigue actuando de manera vil y alevosa contra toda disidencia, sea del carácter y forma que se exprese: social, política, cultural, religiosa, está condenada de ante mano a su exterminio físico y hasta histórico, dado el dominio que ejerce sobre el aparato Mediático-educativo de la sociedad colombiana.
Lo que hasta hoy se conoce de la realidad de Colombia, supera toda racionalidad humana, resulta increíble que se pueda desatar tanta maldad contra un pueblo para mantener los privilegios de veinte familias que desde la época de la independencia han detentado el poder. La decisión de tomar las armas de diversos grupos de compatriotas colombianos es más que un derecho a la legitima defensa, fueron literalmente arrastrados por una acción criminal de los factores de poder que se enquistaron en el estado colombiano, luego de la independencia de la corona española y que no dudaron en apartar hasta el propio Libertador Simón Bolívar, los atentados contra su vida así lo reflejan y el asesinato del mariscal Sucre ya mencionado, fue parte de toda una conjura y del plan oligárquico.
La decisión de las Fuerzas Armadas de Liberación de Colombia- Ejército del Pueblo (FALC-EP), de realizar las conversaciones de paz con el Estado Colombiano, que concluyeron con el acuerdo de la Habana, no tiene parangón histórico luego de más de sesenta años de confrontación armada, y de varios intentos que fueron ahogados en sangre (Unión Patriótica, el "Caguan"). Solo el tiempo y la evolución humana podrán reflejar la magnitud del paso dado por la Fuerza Alternativa Nacional del Común.
La paz no ha encontrado voluntad real, más allá de la acción declarativa y del show mediático del premio nobel, todo lo contrario, hay una guerra declarada contra todo lo que huela, se parezca o aproxime a la paz. Los factores de poder de los EE.UU y la oligarquía colombiana no están dispuestos a ceder en sus ganancias del lucrativo negocio de la droga y la guerra. La decisión de un tribunal de la ciudad de Nueva York de solicitar mediante un falso positivo judicial la extradición del comandante Jesus Santrich, retrata y desenmascara la intencionalidad de dar al traste con los acuerdos de la Habana, se hace imprescindible el grito de alerta a la humanidad pensante y creyente en la paz como derrotero. Comité por la Libertad del comandante Jesus Santrich Venezuela.
Comunicador comunitario. Conductor del programa "Historia, Hechos y Protagonistas" en Catia Tve y Radio Libre Negro Primero. Miembro del Colectivo Somos Ambiente.
lfsalazar5@hotmail.com
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