Pascualina Curcio
Sin disimulo alguno, nuevamente el gobierno de turno de los EEUU nos amenaza. Esta vez porque decidimos de manera soberana y en el marco de la Constitución, elegir democrática, participativa y protagónicamente al Presidente de la República.
Su objetivo: impedir la relegitimación de la institucionalidad democrática en Venezuela. De lo contrario, su discurso sobre el "régimen dictatorial" sería, a la luz del mundo, poco creíble, así como su excusa para la intervención militar.
Cada vez con mayor desesperación, y ante la incompetencia de los factores políticos de oposición de hacer el mandado de derrocar al gobierno, el imperialismo norteamericano ha asumido directa y visiblemente la tarea de aislar a Venezuela, derribar la actual democracia e instaurar un régimen dictatorial.
El mismísimo vicepresidente de los EEUU, Mike Pence se paseó, hace poco días, por la OEA donde se atrevió a decir, refiriéndose a nuestro país, que "los estados fallidos no tienen fronteras", luego aseveró que Trump "hará lo que sea necesario". Se refería a la intervención militar.
Se trata de un plan para impedir que los venezolanos acudamos, como siempre lo hemos hecho, a ejercer uno de los principales actos de soberanía y democracia: el voto. Este Plan, titulado "Golpe maestro para acabar con la ´dictadura´ de Venezuela" firmado por Kurt Tidd, jefe del Comando Sur, es de lectura obligatoria para todo venezolano (www.voltairenet.org/article201091.html)
Allí se lee, entre las acciones: "intensificar el derrocamiento definitivo del chavismo y la expulsión de su representante, socavar el apoyo popular…alentar la insatisfacción popular aumentando el proceso de desestabilización y el desabastecimiento."
También se lee: "Incrementar la inestabilidad interna a niveles críticos, intensificando la descapitalización del país, la fuga de capital extranjero y el deterioro de la moneda nacional, mediante la aplicación de nuevas medidas inflacionarias que incrementen ese deterioro…obstruir todas las importaciones y al mismo tiempo desmotivar a los posibles inversores foráneos."
Mientras tanto, en las calles palpita un pueblo paciente. El mismo pueblo que siendo víctima de las acciones planificadas del imperialismo y también consciente de los errores y omisiones del gobierno, acudirá masivamente a votar.
Sabe lo que está en riesgo en estos momentos. Irá a votar no solo para elegir al presidente, o para impedir entregar nuestra moneda y nuestras riquezas a quienes sin compasión nos han estado agrediendo. No solo irá por la esperanza de un modelo de justicia social.
Votará además para garantizar la paz en nuestro territorio, y sobre todo para enviar el claro y contundente mensaje al mundo de que Venezuela es una nación democrática y soberana.
Tomado de: Últimas Noticias
Economista.
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