Carola Chávez
Me llegó de buena fuente: una amiga de la hija del hermano del señor que tiene el quiosco de tequeñones cerca de Fuerte Tiuna y que le vende tequeños a la secretaria de un general, le contó a mi manicurista la oscura verdad detrás del Carnet de la Patria. ¡Agárrense!
Me llegó de buena fuente: una amiga de la hija del hermano del señor que tiene el quiosco de tequeñones cerca de Fuerte Tiuna y que le vende tequeños a la secretaria de un general, le contó a mi manicurista la oscura verdad detrás del Carnet de la Patria. ¡Agárrense!
Resulta que ese carnet es un invento comunista para suplantar a la tradicional e inofensiva cédula de identidad. Ese maligno carnet supera a los bombillos espías cubanos en malignidad y lo peor es que todos tenemos que sacarnos ese vil instrumento, porque el que no lo tenga no va a poder salir del país y será condenado al territorio nacional por presidio.
Para los que no les importa vivir aquí forever, para nos que no tienen para ir a Disney World y creen que están a salvo del carnet, olvídense, ya que a partir de enero serán bloqueadas todas las tarjetas de débito y solo se va a poder pagar con el carnet, porque el gobierno va a expropiar Farmatodo y el Excélsior Gama, el Sambil y todos los bancos, y se van a llevar a nuestros hijos a Cuba.
Bajo amenaza, la Venezuela decente y pensante acude a la Plaza Bolívar a calarse la cola, y sufrir la vejación de permitir que tu foto quede plasmada entre una silueta de Chávez, el culpable de todo esto, y “Patria”, esa palabrita esa que me saca la piedra. Después están los lambucios de siempre que se lo sacan, genuflexos, por el bono navideño ese, que es solo para chavistas. ¡Bozal de bono!
Y una vez sacado el carnet, y aquí es donde viene el peligro, te dicen que te registres en una página web y que descargues un app en tu teléfono… ¡Ni se te ocurra! Tu teléfono y tu compu serán infectados con un virus, creado en La Habana hace 15 días, que conecta tus dispositivos a los bombillos cubanos, activando la más sofisticada red de espionaje jamás creada por gobierno comunista retrasado y primitivo alguno.
Cada llamada, cada selfie, todo irá directo a Cuba y a Moscú, donde Raúl Castro y Putin los verán y hasta podrán publicar, como si fueras tú, en Facebook, twitter y -¡peor!- en Instagram, y colgarán tus fotos sin filtros, exponiéndote así al escarnio público, solo por pensar distinto. ¡Alerta, alerta!
¡Ruédalo! Y elevemos a la vez una plegaria a la Virgen Dorada de Altamira, para neutralizar así la maldad de ese carnet diabólico. ¡Decretado, transmutado y cancelado!
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