Luisana Colomine
Al conocer la noticia del accidente aéreo en Los Alpes franceses, donde
perdieron la vida 150 personas, las llamadas redes “sociales” estallaron
y posicionaron rápidamente la palabra “Germanywings”, nombre de la
línea aérea dueña del Airbus caído.
Pocas horas más tarde apareció la palabra “copiloto” y luego un nombre “Andreas Lubitz”. De manera increíble un fiscal investigador del siniestro determinó que el copiloto, Andreas Lubitz, había estrellado el avión “deliberadamente”. Ante una revelación tan espectacular como increíble, sustentada sólo en la grabación de una de las cajas negras (ya difundida en la red), el mundo se olvidó de las víctimas y posó su escrutadora mirada en un apuesto joven de apenas 27 años de edad. Un alemán que soñaba con ser comandante de una de esas enormes naves y quien, según Lufthansa, estaba altamente capacitado para volar.
De pronto Andreas irrumpió en nuestras vidas gracias a los medios. Pronto comenzamos a saber sus pequeños secretos: tenía novia pero había terminado con ella; no obstante semanas antes del “suicidio” compró dos vehículos Audi, uno para él y otro para su pareja; además poseía dos casas, un “piso” en Dusseldorf y la que compartía con sus padres en Montabaur; pero también supimos que el chico sufría de depresión (¿quién no en esta era?); que también temía por un desprendimiento de retina lo cual era una seria amenaza para sus planes de profesionalizarse como piloto. Lo último que se sabe es que su novia, una profesora de inglés y matemáticas, tan joven como él, está embarazada; otra ex pareja habría declarado que Andreas quería hacer algo para que su nombre fuese recordado.
Pero todas esas historias han sido fabricadas por dos de los medios más sensacionalistas de Alemania; el Bild y el Die Welt, ambos del poderoso e influyente grupo editorial Axel Springer AG, que tiene conexiones con las transnacionales más grandes de tecnología, computación, carros de carrera, etc y además sus medios circulan en varios países del viejo continente y de América. El Bild es algo así como nuestro otrora “Últimas Noticias”.
Las “revelaciones” de esos dos rotativos, que copian y pegan de la manera más cómoda e irresponsable todos los grandes medios de Europa y América, han fabricado un monstruo y estigmatizado a su familia, haciendo que ya el dolor de perderlo se haga más pesado por tener que cargar en la conciencia la muerte de otras 149 almas.
Y mientras el mundo está “entretenido” con el cotilleo de esos medios, se pierde el sentido de la realidad. Otros medios, en un alarde de responsabilidad, han difundido informaciones según las cuales los psicólogos entrevistados afirman que una depresión “no es como para hacer una cosa así”. “El suicidio”, han dicho, “es un acto de autodestrucción que se comete en soledad”…Y entonces el Bild se encarga de decir ahora que de confirmarse la tesis del Fiscal, la tragedia no habría sido accidente sino crimen o un “homicidio involuntario”.
Por si fuera poco, ahora le echan la culpa también a otra tragedia: la de las Torres Gemelas, en septiembre de 2001, “ataque” por el cual George Bush emprendió en octubre de ese año la guerra contra Afganistán bajo el sugestivo nombre de “Operación Libertad Duradera”. ¿Por qué? Porque tras los choques de dos aviones contra las “Twins” se descubrió la vulnerabilidad de esas cabinas de vuelo y tomaron la decisión de asegurarlas cerrando sus puertas con claves secretas ya que los malos árabes habían atacado a los pilotos porque cualquiera podía irrumpir en ese espacio. Supuestamente Lubitz, quien ya habría tomado la decisión de “suicidarse” con 149 personas más, no quiso abrir la puerta al piloto del Airbus siniestrado luego que éste se ausentara para ir al baño. No hubo poder humano que abriera la portezuela (“Open The Damn Door”, según ).
¿Y qué dijo el nunca bien ponderado presidente de los Estados Unidos Barack Obama? : que había que descartar (¿adivinen qué?) un acto de terrorismo.
Por Internet circulan cientos, miles de informaciones, pero sólo se vuelven virales las que alimentan aquellas que refuerzan la tesis del “suicidio”. Otras como la de este blog “Despierta al Futuro” que apuntan a que el avión fue derribado “como “resultado directo” de una prueba fallida de la Fuerza Aérea Estadounidense de su Sistema de Defensa de Área Láser Líquido de Alta Energía (HELLADS) tratando de derribar un vehículo ICBM de reentrada”, sólo se conocen por envíos más restringidos y desde luego, nadie lo cree, pero…¿Usted cree que una persona puede cometer un acto de suicidio arrastrando a 149 más para hacer algo que haga recordar su nombre?
Lufthansa está cancelando 50 mil euros a cada familia y se cree que tendrá que gastar en indemnizaciones 150 millones de euros.
Por el momento, la línea aérea se apresuró a eliminar de su mercadeo el premonitorio eslogan: “Prepárate para una sorpresa”.
Mientras tanto ha surgido un héroe: Patrick Sondenheimer, el piloto que trató de abrir la puerta con un hacha y cuya última frase fue “Open The Damn Door” (abre la maldita puerta).
http://despiertaalfuturo.blogspot.com.es/2015/03/prueba-laser-estadounidense-destruye-al.html
Pocas horas más tarde apareció la palabra “copiloto” y luego un nombre “Andreas Lubitz”. De manera increíble un fiscal investigador del siniestro determinó que el copiloto, Andreas Lubitz, había estrellado el avión “deliberadamente”. Ante una revelación tan espectacular como increíble, sustentada sólo en la grabación de una de las cajas negras (ya difundida en la red), el mundo se olvidó de las víctimas y posó su escrutadora mirada en un apuesto joven de apenas 27 años de edad. Un alemán que soñaba con ser comandante de una de esas enormes naves y quien, según Lufthansa, estaba altamente capacitado para volar.
De pronto Andreas irrumpió en nuestras vidas gracias a los medios. Pronto comenzamos a saber sus pequeños secretos: tenía novia pero había terminado con ella; no obstante semanas antes del “suicidio” compró dos vehículos Audi, uno para él y otro para su pareja; además poseía dos casas, un “piso” en Dusseldorf y la que compartía con sus padres en Montabaur; pero también supimos que el chico sufría de depresión (¿quién no en esta era?); que también temía por un desprendimiento de retina lo cual era una seria amenaza para sus planes de profesionalizarse como piloto. Lo último que se sabe es que su novia, una profesora de inglés y matemáticas, tan joven como él, está embarazada; otra ex pareja habría declarado que Andreas quería hacer algo para que su nombre fuese recordado.
Pero todas esas historias han sido fabricadas por dos de los medios más sensacionalistas de Alemania; el Bild y el Die Welt, ambos del poderoso e influyente grupo editorial Axel Springer AG, que tiene conexiones con las transnacionales más grandes de tecnología, computación, carros de carrera, etc y además sus medios circulan en varios países del viejo continente y de América. El Bild es algo así como nuestro otrora “Últimas Noticias”.
Las “revelaciones” de esos dos rotativos, que copian y pegan de la manera más cómoda e irresponsable todos los grandes medios de Europa y América, han fabricado un monstruo y estigmatizado a su familia, haciendo que ya el dolor de perderlo se haga más pesado por tener que cargar en la conciencia la muerte de otras 149 almas.
Y mientras el mundo está “entretenido” con el cotilleo de esos medios, se pierde el sentido de la realidad. Otros medios, en un alarde de responsabilidad, han difundido informaciones según las cuales los psicólogos entrevistados afirman que una depresión “no es como para hacer una cosa así”. “El suicidio”, han dicho, “es un acto de autodestrucción que se comete en soledad”…Y entonces el Bild se encarga de decir ahora que de confirmarse la tesis del Fiscal, la tragedia no habría sido accidente sino crimen o un “homicidio involuntario”.
Por si fuera poco, ahora le echan la culpa también a otra tragedia: la de las Torres Gemelas, en septiembre de 2001, “ataque” por el cual George Bush emprendió en octubre de ese año la guerra contra Afganistán bajo el sugestivo nombre de “Operación Libertad Duradera”. ¿Por qué? Porque tras los choques de dos aviones contra las “Twins” se descubrió la vulnerabilidad de esas cabinas de vuelo y tomaron la decisión de asegurarlas cerrando sus puertas con claves secretas ya que los malos árabes habían atacado a los pilotos porque cualquiera podía irrumpir en ese espacio. Supuestamente Lubitz, quien ya habría tomado la decisión de “suicidarse” con 149 personas más, no quiso abrir la puerta al piloto del Airbus siniestrado luego que éste se ausentara para ir al baño. No hubo poder humano que abriera la portezuela (“Open The Damn Door”, según ).
¿Y qué dijo el nunca bien ponderado presidente de los Estados Unidos Barack Obama? : que había que descartar (¿adivinen qué?) un acto de terrorismo.
Por Internet circulan cientos, miles de informaciones, pero sólo se vuelven virales las que alimentan aquellas que refuerzan la tesis del “suicidio”. Otras como la de este blog “Despierta al Futuro” que apuntan a que el avión fue derribado “como “resultado directo” de una prueba fallida de la Fuerza Aérea Estadounidense de su Sistema de Defensa de Área Láser Líquido de Alta Energía (HELLADS) tratando de derribar un vehículo ICBM de reentrada”, sólo se conocen por envíos más restringidos y desde luego, nadie lo cree, pero…¿Usted cree que una persona puede cometer un acto de suicidio arrastrando a 149 más para hacer algo que haga recordar su nombre?
Lufthansa está cancelando 50 mil euros a cada familia y se cree que tendrá que gastar en indemnizaciones 150 millones de euros.
Por el momento, la línea aérea se apresuró a eliminar de su mercadeo el premonitorio eslogan: “Prepárate para una sorpresa”.
Mientras tanto ha surgido un héroe: Patrick Sondenheimer, el piloto que trató de abrir la puerta con un hacha y cuya última frase fue “Open The Damn Door” (abre la maldita puerta).
http://despiertaalfuturo.blogspot.com.es/2015/03/prueba-laser-estadounidense-destruye-al.html
Profesora de géneros periodísticos y periodismo de investigación en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Comunista.
@LuisanaC16
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