Andreina Alzuru
Es realmente deplorable lo que está ocurriendo con el gobierno bolivariano con algunas figuras emblemáticas que son pasto del morbo de la corrupción. Múltiples denuncias se realizan todos los días en diferentes órganos públicos y parece que el gobierno en vez de ser proactivo está actuando de manera reactiva, cuando los hechos están consumados y los corruptos han logrado evadir la justicia venezolana. Ello tiene varias consecuencias altamente negativas. Por una parte, genera desencanto en la población venezolana que considera que este es un problema insoluble. En segundo lugar se da una sensación de impunidad que a su vez puede estimular a quienes son débiles ante la cosa pública. Y por otra parte, se convierte en una fuente de ataques permanentes contra la Revolución Bolivariana, puesto que una de las banderas fundamentales por las que insurgió nuestro amado Comandante el 4 de febrero de 1992 fue precisamente la lucha contra el cáncer de la corrupción de Ad y COPEI que atosigaba a la nación venezolana.
Nosotras hemos planteado en varias oportunidades, así como otros columnistas de APORREA el caso del Sr. William Gudiño, quien de ser Presidente del INTI, por donde pasó sin pena ni gloria, pero dejando serias dudas sobre su actuación administrativa. Luego fue enviado a la Junta Interventora de CVAL, donde no ha dejado ninguna actuación especial, sino lunares grises, hasta ser nombrado de manera sorpresiva Rector de la Universidad Campesina “Argimiro Gabaldón”. Se ha solicitado varias veces la investigación de su actuación en el INTI, pero el ministro Berroterán y ahora el ministro Manuel Fernández se convierten en cómplices por acción u omisión de las tropelías de este sujeto.
Cuando este ciudadano salió del INTI, en medio del “sacudón” anunciado por el Presidente maduro, creímos que se estaba adecentando la administración del MPPAT, pero luego, al ser nombrado en otros cargos, comprendimos el poder de los “lobbies” en la administración pública nacional. A estos sujetos no les importa para nada el pueblo, el proceso revolucionario o su actuación funcionaral, sino que les coloquen siempre en un cargo donde puedan seguir manejando hilos del poder, para satisfacerse ellos, sus familiares, o los grupos de referencia a los que tributan, escudándose en organizaciones populares para ocultar sus aviesas actuaciones. Si tienen o no méritos, o si tienen o no preparación, no les interesa. Para ello tienen asesores que les dicen qué hacer, cómo hablar, cómo comportarse siempre que mantengan su lealtad a determinadas figuras nacionales. Hasta que la soga se revienta y las investigaciones determinan las irregularidades en las que están incursos.
Pero muchas veces esto ocurre muy tarde. Así acaba de ocurrir con el General García plaza, de la más alta confianza del Presidente Maduro o Rafael Isea, quien ocupó altos cargos con Chávez hasta que se fue a los Estados Unidos. Ambos se fugaron antes que les llegara el brazo de la Justicia.
Coincido con Nicmer Evans cuando afirma: “Después de declarada una ley habilitante para la lucha contra la corrupción que ya va a cumplir dos años de su promulgación, y en una situación nada fácil para el gobierno del Presidente Maduro ante ataques imperialistas (que como hemos dicho, más que pretender invadir nuestro territorio lo que pretenden es exterminar el positivo recuerdo del Presidente Chávez en la memoria colectiva y la historia venezolana y Latinoamérica), los señalamientos de corrupción no sólo se multiplican, sino pareciera que incluso las condiciones para que haya más corrupción se amplían aún más”.http://www.aporrea.org/ contraloria/a206618.html.
Esperamos que en el caso de William Gudiño no ocurra así. Que se le investigue y determine de una vez por todas si realmente es un corrupto o si actuó adecuado a la ley. Pero es que los señalamientos que le han hecho se parecen tanto a los delitos por los que se imputan a los colaboradores de García Plaza que fueron detenidos, los cuales como dice la noticia de APORREA: “les imputan los delitos de peculado doloso, concierto con contratista y evasión de procesos licitatorios”. http://www.aporrea.org/ contraloria/n269114.html.
El caso de William Gudiño, insisto, es particularmente delicado, pues está a la cabeza de una universidad recién creada y ello es de muy mal ejemplo para las jóvenes generaciones que se formarán en la misma y para el proceso revolucionario en general. Acá la Almiranta Carmen Meléndez tiene una buena oportunidad de incursionar más profundamente en la lucha contra la corrupción o las conductas inadecuadas de personas a quienes se les ha confiado administra bienes y dineros de la nación y los han despilfarrado con sus acciones desviadas del deber ser ético, moral y administrativo
Esperamos que se actúe acá como se acaba de hacer en el caso de los Bicentenarios y con los militares del grupo de García Plaza que si fueron capturados. Máximo castigo para los corruptos en Venezuela es uno de los lemas de Nicolás maduro y de Diosdado Cabello en la actualidad.
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