jueves, 2 de mayo de 2013

Asedio mediático.

ASALIA VENEGAS S. 


La revolución bolivariana ha sido hostigada siempre desde distintos flancos. Algunos intervalos han sido más fuertes que otros. En 14 años se ha pretendido acorralarla. No han podido. Los factores de la ultraderecha de aquí y de allá, atornillados para el mal, no cesan en este empeño. Se la tienen jurada al proceso bolivariano. Ataques perversos y criminales en contra de la patria; no se ve para los lados a ver quién cae
El arma más sofisticada, por ser subliminal, ha sido la utilización de los medios de comunicación privados, mecanismo por antonomasia para la manipulación y direccionamiento de información tergiversada. No basta con decir que los insumos noticiosos que se transmiten no son veraces y que hay una distorsión de los eventos que ocurren. El asunto es mucho más profundo y amerita una atención especial.

Las elecciones del 14-A son el último episodio donde las fuerzas de la reacción se han concatenado para: 1) Desconocer al árbitro electoral, 2) Decir a viva voz que ha habido fraude, 3) Invalidar igual a la Fiscalía General de la República y al TSJ, 4) Calificar de ilegítimo al presidente Nicolás Maduro y agregarle el mote de "Presidente mientras tanto", y 5) Atacar sin piedad otras instituciones como la Asamblea Nacional y la Defensoría del Pueblo. Achicar a las autoridades. A la Presidenta del CNE le dicen "la Sra. Tibisay". 

Los expertos en análisis del discurso tienen un terreno propicio para indagar en el lenguaje y sus significados, de los textos que publica o construyen los medios impresos a propósito del hecho macro del 14-A. Hay una reversión en el lenguaje. No se reseña lo que ocurre sino su contrario, "El CNE descalificó pruebas consignadas por la oposición"… "La auditoría servirá para repetir los comicios"… Se hacen aseveraciones fuera de contexto: "Advierten oficialistas: La V República está a punto de caerse"…

La última perla es lo del acoso laboral. La oposición plantea: "se han recibido 4.000 denuncias de despidos por razones políticas". No se muestran pruebas. Los medios, al unísono, repiten el aserto sin investigar. Provea, en un remix, señala: "se ha pasado a una fase superior de la criminalización de la protesta". Y así, irresponsablemente, se habla de "emboscadas" y de "empate" en las elecciones. La jauría lingüística está desatada.


Periodista / Profesora UCV

No hay comentarios: