Carmen Esthela Prieto
En el país muy poco se ha hablado y divulgado sobre la instalación de la Cuarta Flota Yanqui en aguas de nuestra América latina, ese silencio puede convertirse en una amenaza realmente preocupante si tomamos en cuenta que todos necesitamos estar conscientes del peligro que implica esta acción imperialista contra el movimiento progresista revolucionario que se está llevando a cabo en la región, es un peligro latente porque un enorme arsenal militar nos estará vigilando, el gobierno norteamericano aduce como principales razones para establecer esta flota el combate al narcotráfico y al tráfico ilícito de armas, sin duda, una excusa torpe disfrazada de buenas intenciones que esconde muy en el fondo pretensiones guerreristas e intervencionistas, estas pretensiones buscan amedrentar y opacar el sentimiento nacionalista que se está creando en América Latina a través de la conciencia ciudadana y en contra del capitalismo salvaje que está acabando con nuestra sociedad. No es casualidad que este poderío militar se reactive después de 60 años y dentro de un contexto de crisis como consecuencia de los altos precios del petróleo, debemos tomar esta variable como una operación psicológica que busca persuadir a los líderes de América Latina para que abandonen la lucha antiimperialista, y regresen a la antigua política de explotación impuesta por el imperio con el fin de apoderarse de nuestros recursos vista la necesidad urgente de asegurar el petróleo para su consumo interno. El imperio busca reforzar su papel de policía del mundo y crear desestabilización para apoderarse de las grandes reservas de petróleo existentes en Venezuela y demás países de la región. Es la reacción de EEUU ante la creación del Consejo Sudamericano de Defensa y el impase diplomático suscitado hace algunos meses entre Colombia y Ecuador a raíz del bombardeo donde murió Raúl Reyes. La IV Flota representa un tipo de intervencionismo de carácter aeronaval que busca generar crisis y doblegar la fuerza que ha adquirido la región contra el modelo capitalista. Igualmente, es una amenaza contra el gobierno progresista de Venezuela que lucha por consolidar sus propias vías de desarrollo, significa futuras intervenciones norteamericanas en el área, amén de estimular las pretensiones cesionistas como pasa actualmente en Bolivia. El título de este artículo es un llamado de alerta a los personeros del gobierno que dirigen la política militar y las relaciones exteriores, tenemos una tarea dura por delante, ahora más que nuca debemos reforzar la integración regional en aras de crear un bloque con una política común cuyo fin sea preservar nuestra soberanía, luchar contra la política secesionista que el gobierno norteamericano está impulsando en la región contando con algunos aliados en el Caribe y en el sur tal es el caso de Colombia.
Prietopuente4@hotmail.com
lunes, 2 de junio de 2008
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