Luis Britto García
En sospechosa coincidencia con la víspera de la V Cumbre de la Unión Europea y América Latina y el Caribe, el director de INTERPOL, Ronald Noble, hace público un informe sobre el contenido de supuestas unidades informáticas que el gobierno colombiano habría decomisado en el curso de su invasión contra Ecuador. Culmina así una operación mediática con la cual un país culpable de haber agredido sin declaratoria de guerra a una nación vecina, intenta constituirse en acusador de sus víctimas, con la colaboración de los medios internacionales y de un organismo policíaco sin competencia para actuar en el caso. 1.-INTERPOL NO TIENE COMPETENCIA PARA ACTUAR EN CUESTIONES POLÍTICAS O MILITARES El artículo 3 del Estatuto de INTERPOL pauta:
Artículo 3.- Está rigurosamente prohibida a la Organización toda actividad o intervención en cuestiones o asuntos de carácter político, militar, religioso o racial.El presente caso comprende tanto cuestiones de carácter político como de carácter militar indisolublemente ligadas. Por tanto, INTERPOL carece de competencia para conocer de él, y sus actuaciones en el asunto son nulas de nulidad absoluta. 2. INTERPOL CARECE DE OBJETIVIDAD E IMPARCIALIDAD Condición básica de quien aspire a efectuar un peritaje o informe en una investigación es la imparcialidad y el no haber emitido opinión anteriormente sobre la materia a cuyo examen se dedica. Pero en el aparte 1.1. del Informe Forense, INTERPOL y su director Ronald Noble declaran:
“1. En la madrugada5 del sábado, 1 de marzo de 2008, las autoridades colombianas llevaron a cabo una operación de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo en un supuesto campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Dicho campamento estaba situado en las coordenadas 00° 21’ 45” N y 76° 20’ 20” O, a 1,9 km (1,2 millas) del lado ecuatoriano de la frontera entre Colombia y Ecuador, en frente de la provincia de Putumayo. Durante esta operación, las autoridades colombianas recuperaron tres ordenadores portátiles, dos discos duros externos y tres llaves USB, en adelante denominados “ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC” o “pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC”6. 2. Las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC eran propiedad de Raúl Reyes, nombre de guerra de Luis Edgar Devia Silva, que pertenecía al grupo de siete miembros que constituye la Secretaría de las FARC y era el responsable de las negociaciones y el portavoz de dicha organización. Reyes y Guillermo Enrique Torres, alias Julián Conrado, comandante de las FARC, murieron durante la operación. Las FARC han sido declaradas organización terrorista por Colombia, otros gobiernos e INTERPOL.”En dicho texto INTERPOL, que como hemos visto tiene rigurosamente prohibido por sus estatutos dedicarse a asuntos de carácter “político, militar”, efectúa preliminarmente y sin pruebas una cadena de pronunciamientos militares y políticos sobre el fondo de la materia:
En primer lugar, califica sin tener competencia para ello el crimen de guerra de la invasión por parte de Colombia contra un país al cual no le ha declarado la guerra, de “operación de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”, asignando gratuitamente a las víctimas ambas imputaciones y exonerando implícitamente a los criminales de guerra.
Confirma sin vestigio de pruebas ni asomo de demostración el más dudoso de los alegatos del gobierno colombiano, al opinar que “Las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC eran propiedad de Raúl Reyes, nombre de guerra de Luis Edgar Devia Silva”, con lo cual da por demostrado justamente lo que había que demostrar y nadie ha podido hacer.
Afirma como dogma que “Las FARC han sido declaradas organización terrorista por Colombia, otros gobiernos e INTERPOL.”, con lo cual adopta de una vez el punto de vista colombiano; se pone desembozadamente de parte de la coartada de los criminales de guerra; ignora que no se ha llegado a una definición internacionalmente aceptada del terrorismo ni se ha dotado a ningún organismo de competencia para calificar con ella a grupos y personas, y declara que el ente que dirige prejuiciadamente lo asigna a las víctimas de crímenes de guerra.Ante esta explícita declaración de parcialidad y prejuicio, resultan patéticos los alegatos de Ronald Noble en el sentido de que se habría encomendado el análisis de datos a expertos “de Australia y Singapur” para que su desconocimiento del castellano garantizara la imparcialidad. No es equilibrado quien antes de cualquier investigación o prueba elude mencionar las decenas de homicidios cometidas por una parte, culpabiliza a las víctimas y les atribuye la redacción de documentos cuya autoría está por probar. 3. –INTERPOL CARECE DE CUALIFICACIÓN ÉTICA En efecto, INTERPOL no es imparcial, y se parcializa hacia la corrupción. El ente no tienen ninguna credibilidad tras la revelación de un reciente caso de corrupción en sus más altos mandos, que se hizo público con la renuncia el 13 de enero de 2008 de su Jefe Supremo Jack Selebi, quien fue removido de su cargo de jefe de la policía sudafricana debido a las acusaciones de corrupción que enfrenta tras hacerse pública su relación de amistad con Glenn Agliotti, conocido mafioso de ese país (Wikipedia). 4.-RONALD NOBLE SOSTIENE QUE SU DEBER ES ENCUBRIR ACTOS CRIMINALES Como antiguo guardia de seguridad de Bill Clinton, a quien custodiaba incluso en las circunstancias más íntimas y privadas, el 12 de febrero de 1998 Ronald Noble comparece ante el Gran Jurado que investiga la confesa conducta libidinosa de dicho mandatario con respecto a Mónica Levinsky, y encubre los actos del Presidente con el alegato de que los funcionarios policiales no están obligados a revelar conductas criminales de sus superiores: “Y con respecto a la función del Servicio Secreto y en lo relativo a si queremos que divulge o no divulgue información relativa a conductas criminales, lo que digo es, sí, es verdad, uno quiere construir su caso fundándose en los hechos, los testigos revelan lo que observaron, pero hay situaciones en las cuales uno no hace eso. Por ejemplo, con los reporteros y sus fuentes, no les preguntamos cuáles fueron sus fuentes, y no se lo debemos preguntar a los agentes secretos” (ON LINE FOCUS; Jim Lehrer: “In the line of FIRE”. 12-2-1998). Una previa declaración en el sentido de que considera su deber encubrir conductas criminales y no rendir declaraciones sobre ellas descalifica a cualquier testigo o perito, y todavía más al que pretenda dirigir una investigación. Ronald Noble esta indudablemente calificado para proteger presidentes durante sus correrías adulterinas y guardar secreto sobre ellas, pero no para dirigir investigaciones en las cuales la reserva unilateral de información es en sí misma un crimen y un grotesco intento de encubrir la verdad que puede ocasionar incalculables daños a personas y países enteros. 5. EL GOBIERNO COLOMBIANO NO PUEDE ALEGAR SUPUESTAS PRUEBAS OBTENIDAS MEDIANTE ACTOS CRIMINALES El Informe de INTERPOL omite, pero todo el mundo sabe, que hubo una injustificada invasión armada del territorio de Ecuador por el ejército de Colombia, con saldo de decenas de muertos, al parecer muchos de ellos asesinados mientras se encontraban indefensos, y numerosos heridos. Según la versión del gobierno colombiano, fue en el curso de la comisión de esta serie de delitos en territorio extranjero cuando se habrían supuestamente encontrado equipos de computación intactos en el centro de una zona bombardeada y sometida a fuego de artillería que causó una craterización casi total. Pruebas supuestamente obtenidas mediante la comisión de crímenes de lesa humanidad no pueden ser consideradas válidas ni esgrimidas en ningún procedimiento ni juicio. Lo único que prueban, por confesión de parte, es el delito de quienes las esgrimen. 6.-INTERPOL DICTAMINÓ QUE LAS PRUEBAS HAN SIDO CONTAMINADAS PORQUE EL GOBIERNO COLOMBIANO ACCEDIÓ A ELLAS, Y QUE CORRESPONDE A ÉSTE DEMOSTRAR QUE NO HUBO ALTERACIÓN En la Conclusión N°2b del Informe Forense de INTERPOL, dicho organismo deja constancia de lo siguiente:
Conclusión no 2b: Entre el 1 de marzo de 2008, fecha en que las autoridades colombianas incautaron a las FARC las ocho pruebas instrumentales de carácter informático, y el 3 de marzo de 2008 a las 11.45 horas, momento en que dichas pruebas fueron entregadas al Grupo Investigativo de Delitos Informáticos de la Dirección de Investigación Criminal (DIJIN) de Colombia, el acceso a los datos contenidos en las citadas pruebas no se ajustó a los principios reconocidos internacionalmente para el tratamiento de pruebas electrónicas por parte de los organismos encargados de la aplicación de la ley.Para explicar el alcance de esa verificada violación de los principios reconocidos internacionalmente para el tratamiento de las pruebas electrónicas, INTERPOL añade:
77. Cuando los funcionarios de los organismos encargados de la aplicación de la ley acceden directamente a las pruebas electrónicas decomisadas sin hacer en primer lugar una copia imagen de los datos, el acceso a las pruebas y su visualización quedan registrados. El acceso directo puede complicar en gran medida el proceso de validación de las pruebas para presentarlas ante los tribunales, porque en este caso los funcionarios de las fuerzas del orden deben demostrar o probar que el acceso directo que efectuaron no afectó materialmente a la finalidad de las pruebas.Evidencia adicional de este acceso a los archivos por parte del gobierno colombiano, es el hecho de que tanto éste como diarios afectos a él divulgaran infinidad de contenidos como extraídos de dichas computadoras. Quien tiene acceso a la memoria de un computador, puede tanto extraer como introducir contenidos. Y que tales operaciones han sucedido después de su supuesto decomiso el 1 de marzo de 2008 es justamente lo que asegura el informe de INTERPOL:
“Los sistemas operativos de los tres ordenadores portátiles decomisados mostraban que los tres ordenadores habían sido apagados el 3 de marzo de 2008 (a diferentes horas, pero todos ellos antes de las 11.45, hora en que fueron entregados a los investigadores en informática forense de la policía judicial colombiana). Los dos discos duros externos y las tres llaves USB habían sido conectados a un ordenador entre el 1 y el 3 de marzo de 2008, sin que se hubieran obtenido previamente copias imagen forenses de su contenido y sin emplearse dispositivos de bloqueo de escritura (write-blockers)”En el mismo sentido, su sección 83 afirma que:
“83. En los archivos de la prueba instrumental decomisada N° 26, un ordenador portátil, se presentaban los siguientes efectos producidos el 1 de marzo de 2008 o en fechas posteriores:Creación de 273 archivos de sistemaApertura de 373 archivos de sistema y de usuarioModificación de 786 archivos de sistemaSupresión de 488 archivos de sistema.”Siendo las primeras horas de la madrugada del primero de marzo el momento probable del asesinato de las víctimas, es poco probable que éstas en ese momento o luego de muertas hubieran creado 273 archivos, abierto 373, modificado 786 y suprimido 448. Pero no sólo el análisis detectó supuestos archivos “creados” por las víctimas luego de su muerte: detectó asimismo archivos supuestamente “creados” con posterioridad al mismo Informe Forense, el cual afirma que en la prueba 32 se hallan:
“2.110 archivos cuyas fechas de creación oscilan entre el 20 de abril de 2009 y el 27 de agosto de 2009; 1.434 archivos cuyas fechas de última modificación varían entre el 5 de abril de 2009 y el 16 de octubre de 2010”. Y para explicar el absurdo, afirma sin pruebas que “estos archivos habían sido creados antes del 1 de marzo de 2008 en uno o varios dispositivos con una configuración de fecha y hora del sistema incorrecta” (Pag. 34). Vale decir: no hay la menor certidumbre sobre la hora y fecha de creación, modificación o supresión de los archivos en las computadoras alegadamente decomisadas a las personas asesinadas, ni la menor explicación de por qué se supone que algunos habrían sido creados “con una configuración de fecha y hora del sistema incorrecta”, y otros con hora y fecha presuntamente correcta. A falta de toda precisión, se puede suponer que dichos archivos podrían haber sido introducidos tras el asesinato de las víctimas a las cuales luego se sindicó como sus autores. Pero también podrían haber sido creados, como es lo más probable, mucho tiempo antes, por el propio gobierno colombiano, con el objeto de atribuir a las futuras víctimas conexiones, hechos y planes que nunca existieron. Luego, los datos de las computadoras analizadas en su estado actual no constituyen prueba ni elemento de convicción, pues, según confiesa el propio Informe, “los funcionarios de las fuerzas del orden deben demostrar o probar que el acceso directo que efectuaron no afectó materialmente a la finalidad de las pruebas”. Dicha demostración o prueba no se ha efectuado, y mientras no se realice, las alegadas pruebas no son tales pruebas, y ni siquiera indicios. 7. INTERPOL AFIRMA HABER EXAMINADO UNA CANTIDAD INVEROSÍMIL DE DOCUMENTOS El Informe Forense de INTERPOL afirma además haber encontrado en tres ordenadores portátiles, dos discos duros externos y tres llaves USB, equipos supuestamente decomisados a una unidad guerrillera móvil , “más de 600GB de evidencia incautada, 600 GB de datos, 37.872 documentos escritos, 452 hojas de cálculo, 210.888 imágenes, 22.481 paginas Web, 7.989 direcciones individuales de correo electrónico, 10.537 archivos de multimedia de sonido y video, 983 archivos encriptados, en términos técnicos” y añade que “Este volumen de datos correspondería a 39.5 millones de páginas Microsoft Word”. Todo el mundo sabe que las computadoras portátiles normales (que por cierto, ahora el gobierno colombiano dice que son tres, y no una, como afirmó al principio) raramente tienen memorias de más de 4 o 6GB. Una memoria como la que alega el Informe Forense requeriría normalmente algo así como un centenar de portátiles, el cual no parece el equipo apropiado para poco más de dos decenas de guerrilleros obligados a una perpetua movilidad. Por otra parte, la sola lectura de registros de 39.500.000 páginas, a razón de cien páginas por día, consumiría más de 10.029 años, por no hablar de la escritura de ellas. El asesinado Raúl Reyes debería haber nacido unos ocho mil años antes de Cristo, para poder introducir tanto material, sin descansar domingos ni días feriados, en la computadora cuya propiedad se le atribuye. Cifras como las citadas no son más que una manera de tratar de imbécil al público por parte de INTERPOL, así como a las autoridades o medios que las acojan y difundan. Por otra parte, los documentos que INTERPOL dice haber examinado presentan contradicciones palmarias que hacen inaceptable su contenido. Hemos ya citado que más de millar y medio de ellos supuestamente habrían sido creados después de la muerte de sus autores. A tales absurdos se añaden las aserciones emanadas del gobierno colombiano según las cuales, en pocos días –y no en 10.029 años- habrían localizado en tal montaña de páginas supuestas evidencias contra el gobierno venezolano, manejadas en medio de procedimientos tan secretos que inmediatamente se filtraron hacia el diario español El País y todos los medios reaccionarios del mundo. 8. INTERPOL NO SE PRONUNCIA SOBRE LA VERACIDAD O EXACTITUD DEL CONTENIDO DE LOS EQUIPOS INTERPOL en todo caso no se pronuncia sobre la veracidad del contenido de los archivos supuestamente contenidos en dichos equipos, y se limita a afirmar que: “La verificación realizada por INTERPOL de las ocho pruebas instrumentales citadas no implica la validación de la exactitud de los archivos de usuario que contienen, de la interpretación que cualquier país pueda hacer de dichos archivos, ni de su origen. Es perfectamente sabido que, a efectos de los organismos encargados de la aplicación de la ley, las conclusiones sobre la veracidad o exactitud del contenido de cualquier prueba se establecen en el marco de un procedimiento judicial de ámbito nacional o internacional, o bien por parte de una comisión especialmente designada y con jurisdicción sobre el asunto en litigio”. Es afortunado que INTERPOL efectúe esta salvedad, que termina de despojar de cualquier viso de “veracidad o exactitud” el supuesto contenido de los equipos informáticos que presenta el gobierno colombiano, y que por cierto fue esgrimido como prueba absoluta por dicho gobierno y por parte de los medios mundiales. Por otra parte, resultaría absolutamente inverosímil suponer que en unidades de computación de las cuales se dice que fueron operadas por un movimiento de liberación, no figuren documentos incriminatorios contra el gobierno de Colombia ni se señalen sus vínculos con el paramilitarismo, con el narcotráfico y con la comisión de delitos de lesa humanidad. Pues para el caso de que el gobierno colombiano afirme que hay que darle carácter de prueba a los documentos de las FARC, contenidos o no en los supuestos equipos decomisados, debería asimismo, considerar como probatorios los diversos textos y proclamas emanados de esta organización en los cuales acusa al actual gobierno colombiano de violación de los derechos humanos, narcotráfico, paramilitarismo y delitos de lesa humanidad. Si en las computadoras supuestamente propiedad de las FARC no aparecen documentos incriminatorios contra el gobierno colombiano, ello sería la más palmaria prueba de que tanto los equipos como su contenido son un fraude. Y si se supone que los textos de las FARC contenidos en ellos tienen carácter probatorio, tanto dichos documentos como los demas producidos por dicha organización deberían justificar el inmediato enjuiciamiento de la plana mayor del gobierno colombiano.
MANIPULACIÓN MEDIÁTICA DE LA COMPUTADORA MÁGICA
Las interpretaciones del gobierno colombiano sobre el supuesto contenido de una computadora milagrosamente rescatada de un bombardeo contra el territorio soberano de Ecuador no constituyen más que una flagrante provocación. LA LÓGICA DE LA PROVOCACIÓN Una provocación es un suceso que un actor político monta fraudulentamente para fingirse víctima, y tener la excusa para atacar a un inocente. Y en efecto, las autoridades colombianas dicen haber encontrado su computadora mágica en el curso de una injustificada e ilegítima agresión contra Ecuador, y la invocan para pretenderse víctimas y no agresores. LA HISTORIA DE LAS PROVOCACIONES Vale la pena recordar algunas provocaciones históricas, para demostrar que son un recurso clásico de la política, o de la mala política. El año 64 después de Cristo se incendió Roma, según los historiadores Suetonio y Dión Casio por órdenes del emperador Nerón, y éste le echó la culpa a los cristianos. Nada prueba que los cristianos tuvieron interés en quemar una ciudad en la que contaban con muchos adeptos, pero la acusación de Nerón le sirvió a éste para desatar una persecución contra ellos, y para hacer morir a millares crucificados, quemados o devorados por las fieras. En 1871 en París se sublevaron los comuneros e instalaron un gobierno popular. Sus enemigos tomaron unas fotografías de unos vagos disfrazados de frailes apoyados contra un paredón, para acusar a los comuneros de haberlos fusilado. Aunque los supuestos frailes aparecieron luego en perfecta salud, los enemigos usaron sus fotografías fraudulentas para justificar la atroz masacre que ejecutaron contra los comuneros. En 1989 Estados Unidos hizo volar su propio acorazado “Maine” en el puerto de La Habana. Aunque los expertos diagnosticaron que la explosión que hundió el barco fue originada desde adentro, Estados Unidos declaró la guerra a España como supuesta agresora, y como consecuencia de esa guerra conquistó Filipinas y Puerto Rico, que convirtió en Estado Libre Asociado, e interrumpió la Guerra de Independencia de Cuba, que sometió a protectorado hasta mediados del siglo XX. En 1933 los nazis incendiaron el Reichstag, el edificio del Parlamento Alemán, y acusaron falsamente a los comunistas de haber iniciado el fuego. A pesar de que el gran dirigente comunista George Dimitrov demostró la falsedad de la calumnia en el juicio inmediato, los nazis utilizaron el incendio del Reichstag como excusa para lanzar una feroz represión contra todos los movimientos progresistas. Y en fin, todos sabemos que en 2002 Estados Unidos invade y destroza Irak y ocupa sus campos petroleros, con el falso alegato de que los iraquíes preparaban armas de destrucción masiva. Hasta la saciedad se ha probado que Sadam Hussein jamás tuvo ni intentó tener tales armas, pero los estadounidenses siguen ocupando Irak y robándole su petróleo. LA VERDAD DESMONTA LAS PROVOCACIONES Podríamos seguir infinitamente recordando provocaciones históricas, pero nos ocupa desmontar la farsa de la computadora mágica, y contra las provocaciones, el arma infalible es la verdad. A QUIEN ACUSA LE CORRESPONDE PROBAR Quien alega algo tiene la carga de la prueba, es decir, debe probar sus afirmaciones. Una mera afirmación del que alega no basta; a él le corresponde la obligación de demostrar la veracidad de lo que dice. En ningún sitio del mundo se acepta que el inculpado o el calumniado deba probar su inocencia. Es a quien acusa a quien le toca comprobar la culpabilidad. COLOMBIA NO HA PROBADO ABSOLUTAMENTE NADA Y en el presente caso, para resumir, Colombia no ha demostrado 1) que la computadora que presenta haya sido encontrada en el corazón de una zona bombardeada, 2)ni que haya pertenecido a Raúl Reyes o a otro miembro de las FARC 3) ni que éstos sean autores de los supuestos mensajes que contendría su memoria 4)ni que tales mensajes sean veraces 5)ni que estén exentos de contradicciones descalificatorias 6)ni que las interpretaciones subjetivas de ellos sean ciertas 7)ni que constituyan pruebas. Explicamos estas afirmaciones: 1)IMPROBABILIDAD DE LA INTEGRIDAD DE LA COMPUTADORA Es casi imposible que una computadora haya permanecido intacta y funcionando en medio de un bombardeo arrasador que despedazó más de una veintena de personas y dejó numerosos heridos. Las computadoras son mecanismos delicados, altamente sensibles a los golpes, la temperatura y la humedad, y mucho más a las explosiones genocidas. 2)NO SE HA PROBADO QUE LA COMPUTADORA PERTENECIERA A LAS VÍCTIMAS Por otra parte, los únicos que tuvieron acceso a la zona invadida inmediatamente después del bombardeo fueron justamente los invasores, quienes al no tener escrúpulos para agredir el territorio soberano de una República con la cual había una situación de paz, menos los tendrían para plantar cualquier cosa en el sitio. En otras palabras, existe una altísima probabilidad de que las evidencias hayan sido contaminadas por el único actor que durante un prolongado lapso tuvo acceso a ellas y a la zona donde dice haberlas encontrado Siendo así que es un delito de lesa humanidad agredir un país con el cual no hay estado de guerra, las actuaciones de las autoridades colombianas en la zona objeto de la invasión no pueden ser calificadas de otra manera que como crímenes de guerra, y las supuestas pruebas que surgen de crímenes no pueden ser aceptadas como tales. Por otra parte, ni INTERPOL ni los criminales de guerra han aportado rudimentos de prueba, tales como, por ejemplo, huellas dactilares o vestigios de ADN de Raúl Reyes en el teclado o en las superficies de las máquinas presentadas. Y decimos rudimentos de prueba, porque al disponer del cuerpo de Reyes y de la veintena de personas asesinadas, bien fácil les hubiera sido transferir huellas digitales o vestigios de células de la piel de éstas a los aparatos informáticos. En razón de lo cual, fuera de la afirmación de los involucrados en un crimen de lesa humanidad, no hay la menor prueba consistente o convincente de que la computadora que dice tener en su poder el gobierno colombiano haya pertenecido a Raúl Reyes o a algún miembro de la FARC. NO SE HA COMPROBADO LA AUTORÍA DE LOS MENSAJES CONTENIDOS EN LAS COMPUTADORAS Para que un mensaje sea tenido como cierto y haga prueba tiene que estar en primer lugar demostrada de manera indudable la autoría de quien lo creó. Hasta el presente no hay una sola prueba de que los mensajes que el gobierno colombiano dice manejar sean de la autoría de Raúl Reyes o de algún militante de las FARC. Tal prueba no ha sido posible, entre otras cosas, porque los mensajes no constan en un documento físico con escritura autógrafa, sino en escritura realizada en un teclado, y todos los teclados de computadora se parecen. Cualquiera puede tocar un teclado de computadora; determinar quien lo hizo es imposible. Y en el negado caso de que una computadora o computadoras milagrosas hubieran sobrevivido donde los seres humanos murieron, no hay que olvidar que una computadora es sólo una máquina de registrar y procesar información. Así como en el negado caso de que la computadora que presentan las autoridades colombianas haya pertenecido a Raúl Reyes, si ha caído en manos de un enemigo de Reyes, este enemigo pudo introducir en ella lo que se le antojara. Una computadora es una gaveta que preserva la información que le introducen, reducida a meros impulsos electrónicos. Algunas tienen una clave, como la llave de una gaveta. Quien no tiene la clave, no puede meter ni sacar nada. Quien tiene la clave, puede sacar, y también meter, lo que sea. Salvo circunstancias sumamente improbables, de una computadora con clave de acceso sólo puede extraer información el mismo que la introdujo. Que alguien proclame que está extrayendo información de una computadora que debía estar protegida por una clave de acceso, simplemente indica que tal persona puede haber asimismo introducido información. La computadora, como el papel, lo aguanta todo. Aceptar como verdadero cualquier mensaje inscrito en una computadora equivale a hacerlo con cualquier mensaje inscrito en un papel. Y es precisamente el gobierno colombiano el que debe cuidarse de innumerables documentos inscritos en papel que Estados Unidos conserva. NO SE HA DEMOSTRADO LA VERACIDAD DE LOS MENSAJES Incluso en el negado caso de que se demuestre la posibilidad de que un mensaje exista, que el medio en el cual consta es de propiedad de alguien, y que el propietario del medio es autor de los mensajes, falta todavía verificar la veracidad de los mensajes. Una simple afirmación no constituye por sí misma prueba. La veracidad de un mensaje ha de ser sustentada por demostraciones adicionales, incluso en el caso de una confesión. Y en el presente caso tales pruebas están absolutamente ausentes. LOS SUPUESTOS MENSAJES SON CONTRADICTORIOS Para que un mensaje sea considerado verdadero y utilizado como prueba, ha de tener un sentido preciso, claro e indiscutible. Y eso es lo que no presentan los supuestos mensajes de la computadora mágica. Por ejemplo, es contradictorio un supuesto mensaje que afirma que las unidades de un movimiento guerrillero clandestino que combate moviéndose incesantemente por el campo, estén preparando un arma atómica a fin de “desequilibrar estratégicamente la región”. Para construir la primera bomba atómica Estados Unidos utilizó todos sus recursos y concentró durante años millares de científicos en una ciudad en el desierto de Mojave. No es creíble que partisanos puedan emular ese esfuerzo moviéndose por selvas y despoblados. Intentar hacer pasar como pruebas disparates de tal categoría es un claro irrespeto hacia el público. EL GOBIERNO COLOMBIANO NO HA SUSTENTADO SUS “INTERPRETACIONES” Por otra parte, debemos recordar que hasta ahora no se ha divulgado el supuesto contenido preciso, textual, exacto de los supuestos mensajes de la computadora mágica. Hasta ahora sólo tenemos las “interpretaciones” que de ellos ha confeccionado el gobierno colombiano, y la primera condición para atribuir verosimilitud a una interpretación es que ésta no se encuentre sesgada por los intereses o la declarada parcialización del intérprete, condiciones que no se dan en el presente caso. Y las “interpretaciones” que ha fraguado el gobierno colombiano son dignas de él. Por ejemplo, dicho gobierno encuentra la cifra “trescientos”, y se le antoja que son trescientos millones de dólares que el gobierno venezolano habría dado u ofrecido a las FARC. Igual podrían ser trescientos hombres, trescientos rehenes, trescientos millones de dólares aportados por el narcotráfico para la campaña de Uribe, o la película “300” de Frank Miller sobre la batalla de las Termópilas. Tan disparatada es la “interpretación” colombiana, e insisto en la palabra, “interpretación”, porque hasta ahora no han citado en forma textual ni integral los supuestos documentos y ello lleva a suponer que los deben estar inventando todavía, que es preferible leer textualmente parte de un comunicado de varios intelectuales en el cual se menciona el parecer que emitió la OEA sobre el particular: “De hecho, análisis independientes de los documentos indican que el gobierno colombiano ha exagerado de manera sustancial el contenido de estos documentos, quizás con fines políticos. Cualquier cobertura mediática de los hallazgos de la Interpol deberá dejar en claro que muchas de las acusaciones colombianas ya han sido ampliamente desacreditadas. La interpretación colombiana ha probado ser tan débil que la semana pasada el señor José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA, al rendir testimonio ante el Subcomité de la Cámara encargado de Asuntos del Hemisferio Occidental, indicó de manera inequívoca que "no existe evidencia" que vincule a Venezuela con los rebeldes colombianos. No obstante, esta afirmación de Insulza ha pasado virtualmente desapercibida para la prensa de habla inglesa. Los analistas citan tres fallas primarias en las imputaciones hechas por el gobierno colombiano sobre los nexos entre Venezuela y las FARC: El "Dossier": La idea de que el gobierno venezolano le proporcionó – o intentó proporcionarle – 300 millones de dólares a las FARC se basa exclusivamente en este extracto de una carta enviada por Raúl Reyes a la secretaría de las FARC: "En cuanto a los 300, los cuales en adelante denominaremos "dossier", actualmente se están adelantando esfuerzos en atención a las órdenes del jefe al lisiado, las cuales explicaré en una nota aparte". No hay una descripción clara de qué representan los "300". Mientras los colombianos aseguran que se trata de una referencia a los 300 millones de dólares, igualmente podría tratarse de trescientos dólares o incluso trescientos rehenes. Nótese que esta carta tiene fecha del 23 de diciembre de 2007, dos semanas antes de la primera ola de liberación de rehenes por parte de las FARC. El Contacto: Para poder creer que Hugo Chávez le estaba dando apoyo material a las FARC – más allá de su rol como negociador de rehenes – hay que aceptar que la persona a la cual los documentos de las FARC denominan bajo el nombre código "Ángel" es en efecto Hugo Chávez. Sin embargo, los documentos hacen referencia tanto a "Ángel" como a "Chávez", a veces en el mismo párrafo. Da la impresión de que los documentos se refieren a dos personas distintas”. Aquí doy fin a la cita. Para que un documento tenga visos de prueba, no debe ser contradictorio, Y es bien contradictorio que un texto, que supuestamente debería estar en clave por su importancia, cite los nombres verdaderos de las personas a las cuales menciona. Y mucho menos creíble es, como hacen notar los analistas, que al mismo tiempo utilice y no utilice un código en el mismo párrafo para nombrar a la misma persona. SUPOSICIONES NO CONSTITUYEN PRUEBAS El posterior informe forense de INTERPOL no prueba que las computadoras hayan pertenecido a militantes de las FARC; afirma que fueron manipuladas después del asesinado de sus supuestos propietarios, y recuerda que el contenido de dichas unidades informáticas en sí y por sí no constituye prueba. Y en efecto, las suposiciones no constituyen pruebas, sobre todo cuando son absurdas. Por lo anteriormente expuesto, se evidencia que el gobierno colombiano no maneja pruebas, sino “interpretaciones”, que tales interpretaciones no superan el nivel de suposiciones, desvirtuadas por la falta de elementos de convicción que demuestren la propiedad de la supuesta computadora, la autoría de los textos que alegadamente contiene ni la veracidad de ellos. Las provocaciones sólo demuestran la falta de moral del provocador.
En sospechosa coincidencia con la víspera de la V Cumbre de la Unión Europea y América Latina y el Caribe, el director de INTERPOL, Ronald Noble, hace público un informe sobre el contenido de supuestas unidades informáticas que el gobierno colombiano habría decomisado en el curso de su invasión contra Ecuador. Culmina así una operación mediática con la cual un país culpable de haber agredido sin declaratoria de guerra a una nación vecina, intenta constituirse en acusador de sus víctimas, con la colaboración de los medios internacionales y de un organismo policíaco sin competencia para actuar en el caso. 1.-INTERPOL NO TIENE COMPETENCIA PARA ACTUAR EN CUESTIONES POLÍTICAS O MILITARES El artículo 3 del Estatuto de INTERPOL pauta:
Artículo 3.- Está rigurosamente prohibida a la Organización toda actividad o intervención en cuestiones o asuntos de carácter político, militar, religioso o racial.El presente caso comprende tanto cuestiones de carácter político como de carácter militar indisolublemente ligadas. Por tanto, INTERPOL carece de competencia para conocer de él, y sus actuaciones en el asunto son nulas de nulidad absoluta. 2. INTERPOL CARECE DE OBJETIVIDAD E IMPARCIALIDAD Condición básica de quien aspire a efectuar un peritaje o informe en una investigación es la imparcialidad y el no haber emitido opinión anteriormente sobre la materia a cuyo examen se dedica. Pero en el aparte 1.1. del Informe Forense, INTERPOL y su director Ronald Noble declaran:
“1. En la madrugada5 del sábado, 1 de marzo de 2008, las autoridades colombianas llevaron a cabo una operación de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo en un supuesto campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Dicho campamento estaba situado en las coordenadas 00° 21’ 45” N y 76° 20’ 20” O, a 1,9 km (1,2 millas) del lado ecuatoriano de la frontera entre Colombia y Ecuador, en frente de la provincia de Putumayo. Durante esta operación, las autoridades colombianas recuperaron tres ordenadores portátiles, dos discos duros externos y tres llaves USB, en adelante denominados “ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC” o “pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC”6. 2. Las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC eran propiedad de Raúl Reyes, nombre de guerra de Luis Edgar Devia Silva, que pertenecía al grupo de siete miembros que constituye la Secretaría de las FARC y era el responsable de las negociaciones y el portavoz de dicha organización. Reyes y Guillermo Enrique Torres, alias Julián Conrado, comandante de las FARC, murieron durante la operación. Las FARC han sido declaradas organización terrorista por Colombia, otros gobiernos e INTERPOL.”En dicho texto INTERPOL, que como hemos visto tiene rigurosamente prohibido por sus estatutos dedicarse a asuntos de carácter “político, militar”, efectúa preliminarmente y sin pruebas una cadena de pronunciamientos militares y políticos sobre el fondo de la materia:
En primer lugar, califica sin tener competencia para ello el crimen de guerra de la invasión por parte de Colombia contra un país al cual no le ha declarado la guerra, de “operación de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”, asignando gratuitamente a las víctimas ambas imputaciones y exonerando implícitamente a los criminales de guerra.
Confirma sin vestigio de pruebas ni asomo de demostración el más dudoso de los alegatos del gobierno colombiano, al opinar que “Las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC eran propiedad de Raúl Reyes, nombre de guerra de Luis Edgar Devia Silva”, con lo cual da por demostrado justamente lo que había que demostrar y nadie ha podido hacer.
Afirma como dogma que “Las FARC han sido declaradas organización terrorista por Colombia, otros gobiernos e INTERPOL.”, con lo cual adopta de una vez el punto de vista colombiano; se pone desembozadamente de parte de la coartada de los criminales de guerra; ignora que no se ha llegado a una definición internacionalmente aceptada del terrorismo ni se ha dotado a ningún organismo de competencia para calificar con ella a grupos y personas, y declara que el ente que dirige prejuiciadamente lo asigna a las víctimas de crímenes de guerra.Ante esta explícita declaración de parcialidad y prejuicio, resultan patéticos los alegatos de Ronald Noble en el sentido de que se habría encomendado el análisis de datos a expertos “de Australia y Singapur” para que su desconocimiento del castellano garantizara la imparcialidad. No es equilibrado quien antes de cualquier investigación o prueba elude mencionar las decenas de homicidios cometidas por una parte, culpabiliza a las víctimas y les atribuye la redacción de documentos cuya autoría está por probar. 3. –INTERPOL CARECE DE CUALIFICACIÓN ÉTICA En efecto, INTERPOL no es imparcial, y se parcializa hacia la corrupción. El ente no tienen ninguna credibilidad tras la revelación de un reciente caso de corrupción en sus más altos mandos, que se hizo público con la renuncia el 13 de enero de 2008 de su Jefe Supremo Jack Selebi, quien fue removido de su cargo de jefe de la policía sudafricana debido a las acusaciones de corrupción que enfrenta tras hacerse pública su relación de amistad con Glenn Agliotti, conocido mafioso de ese país (Wikipedia). 4.-RONALD NOBLE SOSTIENE QUE SU DEBER ES ENCUBRIR ACTOS CRIMINALES Como antiguo guardia de seguridad de Bill Clinton, a quien custodiaba incluso en las circunstancias más íntimas y privadas, el 12 de febrero de 1998 Ronald Noble comparece ante el Gran Jurado que investiga la confesa conducta libidinosa de dicho mandatario con respecto a Mónica Levinsky, y encubre los actos del Presidente con el alegato de que los funcionarios policiales no están obligados a revelar conductas criminales de sus superiores: “Y con respecto a la función del Servicio Secreto y en lo relativo a si queremos que divulge o no divulgue información relativa a conductas criminales, lo que digo es, sí, es verdad, uno quiere construir su caso fundándose en los hechos, los testigos revelan lo que observaron, pero hay situaciones en las cuales uno no hace eso. Por ejemplo, con los reporteros y sus fuentes, no les preguntamos cuáles fueron sus fuentes, y no se lo debemos preguntar a los agentes secretos” (ON LINE FOCUS; Jim Lehrer: “In the line of FIRE”. 12-2-1998). Una previa declaración en el sentido de que considera su deber encubrir conductas criminales y no rendir declaraciones sobre ellas descalifica a cualquier testigo o perito, y todavía más al que pretenda dirigir una investigación. Ronald Noble esta indudablemente calificado para proteger presidentes durante sus correrías adulterinas y guardar secreto sobre ellas, pero no para dirigir investigaciones en las cuales la reserva unilateral de información es en sí misma un crimen y un grotesco intento de encubrir la verdad que puede ocasionar incalculables daños a personas y países enteros. 5. EL GOBIERNO COLOMBIANO NO PUEDE ALEGAR SUPUESTAS PRUEBAS OBTENIDAS MEDIANTE ACTOS CRIMINALES El Informe de INTERPOL omite, pero todo el mundo sabe, que hubo una injustificada invasión armada del territorio de Ecuador por el ejército de Colombia, con saldo de decenas de muertos, al parecer muchos de ellos asesinados mientras se encontraban indefensos, y numerosos heridos. Según la versión del gobierno colombiano, fue en el curso de la comisión de esta serie de delitos en territorio extranjero cuando se habrían supuestamente encontrado equipos de computación intactos en el centro de una zona bombardeada y sometida a fuego de artillería que causó una craterización casi total. Pruebas supuestamente obtenidas mediante la comisión de crímenes de lesa humanidad no pueden ser consideradas válidas ni esgrimidas en ningún procedimiento ni juicio. Lo único que prueban, por confesión de parte, es el delito de quienes las esgrimen. 6.-INTERPOL DICTAMINÓ QUE LAS PRUEBAS HAN SIDO CONTAMINADAS PORQUE EL GOBIERNO COLOMBIANO ACCEDIÓ A ELLAS, Y QUE CORRESPONDE A ÉSTE DEMOSTRAR QUE NO HUBO ALTERACIÓN En la Conclusión N°2b del Informe Forense de INTERPOL, dicho organismo deja constancia de lo siguiente:
Conclusión no 2b: Entre el 1 de marzo de 2008, fecha en que las autoridades colombianas incautaron a las FARC las ocho pruebas instrumentales de carácter informático, y el 3 de marzo de 2008 a las 11.45 horas, momento en que dichas pruebas fueron entregadas al Grupo Investigativo de Delitos Informáticos de la Dirección de Investigación Criminal (DIJIN) de Colombia, el acceso a los datos contenidos en las citadas pruebas no se ajustó a los principios reconocidos internacionalmente para el tratamiento de pruebas electrónicas por parte de los organismos encargados de la aplicación de la ley.Para explicar el alcance de esa verificada violación de los principios reconocidos internacionalmente para el tratamiento de las pruebas electrónicas, INTERPOL añade:
77. Cuando los funcionarios de los organismos encargados de la aplicación de la ley acceden directamente a las pruebas electrónicas decomisadas sin hacer en primer lugar una copia imagen de los datos, el acceso a las pruebas y su visualización quedan registrados. El acceso directo puede complicar en gran medida el proceso de validación de las pruebas para presentarlas ante los tribunales, porque en este caso los funcionarios de las fuerzas del orden deben demostrar o probar que el acceso directo que efectuaron no afectó materialmente a la finalidad de las pruebas.Evidencia adicional de este acceso a los archivos por parte del gobierno colombiano, es el hecho de que tanto éste como diarios afectos a él divulgaran infinidad de contenidos como extraídos de dichas computadoras. Quien tiene acceso a la memoria de un computador, puede tanto extraer como introducir contenidos. Y que tales operaciones han sucedido después de su supuesto decomiso el 1 de marzo de 2008 es justamente lo que asegura el informe de INTERPOL:
“Los sistemas operativos de los tres ordenadores portátiles decomisados mostraban que los tres ordenadores habían sido apagados el 3 de marzo de 2008 (a diferentes horas, pero todos ellos antes de las 11.45, hora en que fueron entregados a los investigadores en informática forense de la policía judicial colombiana). Los dos discos duros externos y las tres llaves USB habían sido conectados a un ordenador entre el 1 y el 3 de marzo de 2008, sin que se hubieran obtenido previamente copias imagen forenses de su contenido y sin emplearse dispositivos de bloqueo de escritura (write-blockers)”En el mismo sentido, su sección 83 afirma que:
“83. En los archivos de la prueba instrumental decomisada N° 26, un ordenador portátil, se presentaban los siguientes efectos producidos el 1 de marzo de 2008 o en fechas posteriores:Creación de 273 archivos de sistemaApertura de 373 archivos de sistema y de usuarioModificación de 786 archivos de sistemaSupresión de 488 archivos de sistema.”Siendo las primeras horas de la madrugada del primero de marzo el momento probable del asesinato de las víctimas, es poco probable que éstas en ese momento o luego de muertas hubieran creado 273 archivos, abierto 373, modificado 786 y suprimido 448. Pero no sólo el análisis detectó supuestos archivos “creados” por las víctimas luego de su muerte: detectó asimismo archivos supuestamente “creados” con posterioridad al mismo Informe Forense, el cual afirma que en la prueba 32 se hallan:
“2.110 archivos cuyas fechas de creación oscilan entre el 20 de abril de 2009 y el 27 de agosto de 2009; 1.434 archivos cuyas fechas de última modificación varían entre el 5 de abril de 2009 y el 16 de octubre de 2010”. Y para explicar el absurdo, afirma sin pruebas que “estos archivos habían sido creados antes del 1 de marzo de 2008 en uno o varios dispositivos con una configuración de fecha y hora del sistema incorrecta” (Pag. 34). Vale decir: no hay la menor certidumbre sobre la hora y fecha de creación, modificación o supresión de los archivos en las computadoras alegadamente decomisadas a las personas asesinadas, ni la menor explicación de por qué se supone que algunos habrían sido creados “con una configuración de fecha y hora del sistema incorrecta”, y otros con hora y fecha presuntamente correcta. A falta de toda precisión, se puede suponer que dichos archivos podrían haber sido introducidos tras el asesinato de las víctimas a las cuales luego se sindicó como sus autores. Pero también podrían haber sido creados, como es lo más probable, mucho tiempo antes, por el propio gobierno colombiano, con el objeto de atribuir a las futuras víctimas conexiones, hechos y planes que nunca existieron. Luego, los datos de las computadoras analizadas en su estado actual no constituyen prueba ni elemento de convicción, pues, según confiesa el propio Informe, “los funcionarios de las fuerzas del orden deben demostrar o probar que el acceso directo que efectuaron no afectó materialmente a la finalidad de las pruebas”. Dicha demostración o prueba no se ha efectuado, y mientras no se realice, las alegadas pruebas no son tales pruebas, y ni siquiera indicios. 7. INTERPOL AFIRMA HABER EXAMINADO UNA CANTIDAD INVEROSÍMIL DE DOCUMENTOS El Informe Forense de INTERPOL afirma además haber encontrado en tres ordenadores portátiles, dos discos duros externos y tres llaves USB, equipos supuestamente decomisados a una unidad guerrillera móvil , “más de 600GB de evidencia incautada, 600 GB de datos, 37.872 documentos escritos, 452 hojas de cálculo, 210.888 imágenes, 22.481 paginas Web, 7.989 direcciones individuales de correo electrónico, 10.537 archivos de multimedia de sonido y video, 983 archivos encriptados, en términos técnicos” y añade que “Este volumen de datos correspondería a 39.5 millones de páginas Microsoft Word”. Todo el mundo sabe que las computadoras portátiles normales (que por cierto, ahora el gobierno colombiano dice que son tres, y no una, como afirmó al principio) raramente tienen memorias de más de 4 o 6GB. Una memoria como la que alega el Informe Forense requeriría normalmente algo así como un centenar de portátiles, el cual no parece el equipo apropiado para poco más de dos decenas de guerrilleros obligados a una perpetua movilidad. Por otra parte, la sola lectura de registros de 39.500.000 páginas, a razón de cien páginas por día, consumiría más de 10.029 años, por no hablar de la escritura de ellas. El asesinado Raúl Reyes debería haber nacido unos ocho mil años antes de Cristo, para poder introducir tanto material, sin descansar domingos ni días feriados, en la computadora cuya propiedad se le atribuye. Cifras como las citadas no son más que una manera de tratar de imbécil al público por parte de INTERPOL, así como a las autoridades o medios que las acojan y difundan. Por otra parte, los documentos que INTERPOL dice haber examinado presentan contradicciones palmarias que hacen inaceptable su contenido. Hemos ya citado que más de millar y medio de ellos supuestamente habrían sido creados después de la muerte de sus autores. A tales absurdos se añaden las aserciones emanadas del gobierno colombiano según las cuales, en pocos días –y no en 10.029 años- habrían localizado en tal montaña de páginas supuestas evidencias contra el gobierno venezolano, manejadas en medio de procedimientos tan secretos que inmediatamente se filtraron hacia el diario español El País y todos los medios reaccionarios del mundo. 8. INTERPOL NO SE PRONUNCIA SOBRE LA VERACIDAD O EXACTITUD DEL CONTENIDO DE LOS EQUIPOS INTERPOL en todo caso no se pronuncia sobre la veracidad del contenido de los archivos supuestamente contenidos en dichos equipos, y se limita a afirmar que: “La verificación realizada por INTERPOL de las ocho pruebas instrumentales citadas no implica la validación de la exactitud de los archivos de usuario que contienen, de la interpretación que cualquier país pueda hacer de dichos archivos, ni de su origen. Es perfectamente sabido que, a efectos de los organismos encargados de la aplicación de la ley, las conclusiones sobre la veracidad o exactitud del contenido de cualquier prueba se establecen en el marco de un procedimiento judicial de ámbito nacional o internacional, o bien por parte de una comisión especialmente designada y con jurisdicción sobre el asunto en litigio”. Es afortunado que INTERPOL efectúe esta salvedad, que termina de despojar de cualquier viso de “veracidad o exactitud” el supuesto contenido de los equipos informáticos que presenta el gobierno colombiano, y que por cierto fue esgrimido como prueba absoluta por dicho gobierno y por parte de los medios mundiales. Por otra parte, resultaría absolutamente inverosímil suponer que en unidades de computación de las cuales se dice que fueron operadas por un movimiento de liberación, no figuren documentos incriminatorios contra el gobierno de Colombia ni se señalen sus vínculos con el paramilitarismo, con el narcotráfico y con la comisión de delitos de lesa humanidad. Pues para el caso de que el gobierno colombiano afirme que hay que darle carácter de prueba a los documentos de las FARC, contenidos o no en los supuestos equipos decomisados, debería asimismo, considerar como probatorios los diversos textos y proclamas emanados de esta organización en los cuales acusa al actual gobierno colombiano de violación de los derechos humanos, narcotráfico, paramilitarismo y delitos de lesa humanidad. Si en las computadoras supuestamente propiedad de las FARC no aparecen documentos incriminatorios contra el gobierno colombiano, ello sería la más palmaria prueba de que tanto los equipos como su contenido son un fraude. Y si se supone que los textos de las FARC contenidos en ellos tienen carácter probatorio, tanto dichos documentos como los demas producidos por dicha organización deberían justificar el inmediato enjuiciamiento de la plana mayor del gobierno colombiano.
MANIPULACIÓN MEDIÁTICA DE LA COMPUTADORA MÁGICA
Las interpretaciones del gobierno colombiano sobre el supuesto contenido de una computadora milagrosamente rescatada de un bombardeo contra el territorio soberano de Ecuador no constituyen más que una flagrante provocación. LA LÓGICA DE LA PROVOCACIÓN Una provocación es un suceso que un actor político monta fraudulentamente para fingirse víctima, y tener la excusa para atacar a un inocente. Y en efecto, las autoridades colombianas dicen haber encontrado su computadora mágica en el curso de una injustificada e ilegítima agresión contra Ecuador, y la invocan para pretenderse víctimas y no agresores. LA HISTORIA DE LAS PROVOCACIONES Vale la pena recordar algunas provocaciones históricas, para demostrar que son un recurso clásico de la política, o de la mala política. El año 64 después de Cristo se incendió Roma, según los historiadores Suetonio y Dión Casio por órdenes del emperador Nerón, y éste le echó la culpa a los cristianos. Nada prueba que los cristianos tuvieron interés en quemar una ciudad en la que contaban con muchos adeptos, pero la acusación de Nerón le sirvió a éste para desatar una persecución contra ellos, y para hacer morir a millares crucificados, quemados o devorados por las fieras. En 1871 en París se sublevaron los comuneros e instalaron un gobierno popular. Sus enemigos tomaron unas fotografías de unos vagos disfrazados de frailes apoyados contra un paredón, para acusar a los comuneros de haberlos fusilado. Aunque los supuestos frailes aparecieron luego en perfecta salud, los enemigos usaron sus fotografías fraudulentas para justificar la atroz masacre que ejecutaron contra los comuneros. En 1989 Estados Unidos hizo volar su propio acorazado “Maine” en el puerto de La Habana. Aunque los expertos diagnosticaron que la explosión que hundió el barco fue originada desde adentro, Estados Unidos declaró la guerra a España como supuesta agresora, y como consecuencia de esa guerra conquistó Filipinas y Puerto Rico, que convirtió en Estado Libre Asociado, e interrumpió la Guerra de Independencia de Cuba, que sometió a protectorado hasta mediados del siglo XX. En 1933 los nazis incendiaron el Reichstag, el edificio del Parlamento Alemán, y acusaron falsamente a los comunistas de haber iniciado el fuego. A pesar de que el gran dirigente comunista George Dimitrov demostró la falsedad de la calumnia en el juicio inmediato, los nazis utilizaron el incendio del Reichstag como excusa para lanzar una feroz represión contra todos los movimientos progresistas. Y en fin, todos sabemos que en 2002 Estados Unidos invade y destroza Irak y ocupa sus campos petroleros, con el falso alegato de que los iraquíes preparaban armas de destrucción masiva. Hasta la saciedad se ha probado que Sadam Hussein jamás tuvo ni intentó tener tales armas, pero los estadounidenses siguen ocupando Irak y robándole su petróleo. LA VERDAD DESMONTA LAS PROVOCACIONES Podríamos seguir infinitamente recordando provocaciones históricas, pero nos ocupa desmontar la farsa de la computadora mágica, y contra las provocaciones, el arma infalible es la verdad. A QUIEN ACUSA LE CORRESPONDE PROBAR Quien alega algo tiene la carga de la prueba, es decir, debe probar sus afirmaciones. Una mera afirmación del que alega no basta; a él le corresponde la obligación de demostrar la veracidad de lo que dice. En ningún sitio del mundo se acepta que el inculpado o el calumniado deba probar su inocencia. Es a quien acusa a quien le toca comprobar la culpabilidad. COLOMBIA NO HA PROBADO ABSOLUTAMENTE NADA Y en el presente caso, para resumir, Colombia no ha demostrado 1) que la computadora que presenta haya sido encontrada en el corazón de una zona bombardeada, 2)ni que haya pertenecido a Raúl Reyes o a otro miembro de las FARC 3) ni que éstos sean autores de los supuestos mensajes que contendría su memoria 4)ni que tales mensajes sean veraces 5)ni que estén exentos de contradicciones descalificatorias 6)ni que las interpretaciones subjetivas de ellos sean ciertas 7)ni que constituyan pruebas. Explicamos estas afirmaciones: 1)IMPROBABILIDAD DE LA INTEGRIDAD DE LA COMPUTADORA Es casi imposible que una computadora haya permanecido intacta y funcionando en medio de un bombardeo arrasador que despedazó más de una veintena de personas y dejó numerosos heridos. Las computadoras son mecanismos delicados, altamente sensibles a los golpes, la temperatura y la humedad, y mucho más a las explosiones genocidas. 2)NO SE HA PROBADO QUE LA COMPUTADORA PERTENECIERA A LAS VÍCTIMAS Por otra parte, los únicos que tuvieron acceso a la zona invadida inmediatamente después del bombardeo fueron justamente los invasores, quienes al no tener escrúpulos para agredir el territorio soberano de una República con la cual había una situación de paz, menos los tendrían para plantar cualquier cosa en el sitio. En otras palabras, existe una altísima probabilidad de que las evidencias hayan sido contaminadas por el único actor que durante un prolongado lapso tuvo acceso a ellas y a la zona donde dice haberlas encontrado Siendo así que es un delito de lesa humanidad agredir un país con el cual no hay estado de guerra, las actuaciones de las autoridades colombianas en la zona objeto de la invasión no pueden ser calificadas de otra manera que como crímenes de guerra, y las supuestas pruebas que surgen de crímenes no pueden ser aceptadas como tales. Por otra parte, ni INTERPOL ni los criminales de guerra han aportado rudimentos de prueba, tales como, por ejemplo, huellas dactilares o vestigios de ADN de Raúl Reyes en el teclado o en las superficies de las máquinas presentadas. Y decimos rudimentos de prueba, porque al disponer del cuerpo de Reyes y de la veintena de personas asesinadas, bien fácil les hubiera sido transferir huellas digitales o vestigios de células de la piel de éstas a los aparatos informáticos. En razón de lo cual, fuera de la afirmación de los involucrados en un crimen de lesa humanidad, no hay la menor prueba consistente o convincente de que la computadora que dice tener en su poder el gobierno colombiano haya pertenecido a Raúl Reyes o a algún miembro de la FARC. NO SE HA COMPROBADO LA AUTORÍA DE LOS MENSAJES CONTENIDOS EN LAS COMPUTADORAS Para que un mensaje sea tenido como cierto y haga prueba tiene que estar en primer lugar demostrada de manera indudable la autoría de quien lo creó. Hasta el presente no hay una sola prueba de que los mensajes que el gobierno colombiano dice manejar sean de la autoría de Raúl Reyes o de algún militante de las FARC. Tal prueba no ha sido posible, entre otras cosas, porque los mensajes no constan en un documento físico con escritura autógrafa, sino en escritura realizada en un teclado, y todos los teclados de computadora se parecen. Cualquiera puede tocar un teclado de computadora; determinar quien lo hizo es imposible. Y en el negado caso de que una computadora o computadoras milagrosas hubieran sobrevivido donde los seres humanos murieron, no hay que olvidar que una computadora es sólo una máquina de registrar y procesar información. Así como en el negado caso de que la computadora que presentan las autoridades colombianas haya pertenecido a Raúl Reyes, si ha caído en manos de un enemigo de Reyes, este enemigo pudo introducir en ella lo que se le antojara. Una computadora es una gaveta que preserva la información que le introducen, reducida a meros impulsos electrónicos. Algunas tienen una clave, como la llave de una gaveta. Quien no tiene la clave, no puede meter ni sacar nada. Quien tiene la clave, puede sacar, y también meter, lo que sea. Salvo circunstancias sumamente improbables, de una computadora con clave de acceso sólo puede extraer información el mismo que la introdujo. Que alguien proclame que está extrayendo información de una computadora que debía estar protegida por una clave de acceso, simplemente indica que tal persona puede haber asimismo introducido información. La computadora, como el papel, lo aguanta todo. Aceptar como verdadero cualquier mensaje inscrito en una computadora equivale a hacerlo con cualquier mensaje inscrito en un papel. Y es precisamente el gobierno colombiano el que debe cuidarse de innumerables documentos inscritos en papel que Estados Unidos conserva. NO SE HA DEMOSTRADO LA VERACIDAD DE LOS MENSAJES Incluso en el negado caso de que se demuestre la posibilidad de que un mensaje exista, que el medio en el cual consta es de propiedad de alguien, y que el propietario del medio es autor de los mensajes, falta todavía verificar la veracidad de los mensajes. Una simple afirmación no constituye por sí misma prueba. La veracidad de un mensaje ha de ser sustentada por demostraciones adicionales, incluso en el caso de una confesión. Y en el presente caso tales pruebas están absolutamente ausentes. LOS SUPUESTOS MENSAJES SON CONTRADICTORIOS Para que un mensaje sea considerado verdadero y utilizado como prueba, ha de tener un sentido preciso, claro e indiscutible. Y eso es lo que no presentan los supuestos mensajes de la computadora mágica. Por ejemplo, es contradictorio un supuesto mensaje que afirma que las unidades de un movimiento guerrillero clandestino que combate moviéndose incesantemente por el campo, estén preparando un arma atómica a fin de “desequilibrar estratégicamente la región”. Para construir la primera bomba atómica Estados Unidos utilizó todos sus recursos y concentró durante años millares de científicos en una ciudad en el desierto de Mojave. No es creíble que partisanos puedan emular ese esfuerzo moviéndose por selvas y despoblados. Intentar hacer pasar como pruebas disparates de tal categoría es un claro irrespeto hacia el público. EL GOBIERNO COLOMBIANO NO HA SUSTENTADO SUS “INTERPRETACIONES” Por otra parte, debemos recordar que hasta ahora no se ha divulgado el supuesto contenido preciso, textual, exacto de los supuestos mensajes de la computadora mágica. Hasta ahora sólo tenemos las “interpretaciones” que de ellos ha confeccionado el gobierno colombiano, y la primera condición para atribuir verosimilitud a una interpretación es que ésta no se encuentre sesgada por los intereses o la declarada parcialización del intérprete, condiciones que no se dan en el presente caso. Y las “interpretaciones” que ha fraguado el gobierno colombiano son dignas de él. Por ejemplo, dicho gobierno encuentra la cifra “trescientos”, y se le antoja que son trescientos millones de dólares que el gobierno venezolano habría dado u ofrecido a las FARC. Igual podrían ser trescientos hombres, trescientos rehenes, trescientos millones de dólares aportados por el narcotráfico para la campaña de Uribe, o la película “300” de Frank Miller sobre la batalla de las Termópilas. Tan disparatada es la “interpretación” colombiana, e insisto en la palabra, “interpretación”, porque hasta ahora no han citado en forma textual ni integral los supuestos documentos y ello lleva a suponer que los deben estar inventando todavía, que es preferible leer textualmente parte de un comunicado de varios intelectuales en el cual se menciona el parecer que emitió la OEA sobre el particular: “De hecho, análisis independientes de los documentos indican que el gobierno colombiano ha exagerado de manera sustancial el contenido de estos documentos, quizás con fines políticos. Cualquier cobertura mediática de los hallazgos de la Interpol deberá dejar en claro que muchas de las acusaciones colombianas ya han sido ampliamente desacreditadas. La interpretación colombiana ha probado ser tan débil que la semana pasada el señor José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA, al rendir testimonio ante el Subcomité de la Cámara encargado de Asuntos del Hemisferio Occidental, indicó de manera inequívoca que "no existe evidencia" que vincule a Venezuela con los rebeldes colombianos. No obstante, esta afirmación de Insulza ha pasado virtualmente desapercibida para la prensa de habla inglesa. Los analistas citan tres fallas primarias en las imputaciones hechas por el gobierno colombiano sobre los nexos entre Venezuela y las FARC: El "Dossier": La idea de que el gobierno venezolano le proporcionó – o intentó proporcionarle – 300 millones de dólares a las FARC se basa exclusivamente en este extracto de una carta enviada por Raúl Reyes a la secretaría de las FARC: "En cuanto a los 300, los cuales en adelante denominaremos "dossier", actualmente se están adelantando esfuerzos en atención a las órdenes del jefe al lisiado, las cuales explicaré en una nota aparte". No hay una descripción clara de qué representan los "300". Mientras los colombianos aseguran que se trata de una referencia a los 300 millones de dólares, igualmente podría tratarse de trescientos dólares o incluso trescientos rehenes. Nótese que esta carta tiene fecha del 23 de diciembre de 2007, dos semanas antes de la primera ola de liberación de rehenes por parte de las FARC. El Contacto: Para poder creer que Hugo Chávez le estaba dando apoyo material a las FARC – más allá de su rol como negociador de rehenes – hay que aceptar que la persona a la cual los documentos de las FARC denominan bajo el nombre código "Ángel" es en efecto Hugo Chávez. Sin embargo, los documentos hacen referencia tanto a "Ángel" como a "Chávez", a veces en el mismo párrafo. Da la impresión de que los documentos se refieren a dos personas distintas”. Aquí doy fin a la cita. Para que un documento tenga visos de prueba, no debe ser contradictorio, Y es bien contradictorio que un texto, que supuestamente debería estar en clave por su importancia, cite los nombres verdaderos de las personas a las cuales menciona. Y mucho menos creíble es, como hacen notar los analistas, que al mismo tiempo utilice y no utilice un código en el mismo párrafo para nombrar a la misma persona. SUPOSICIONES NO CONSTITUYEN PRUEBAS El posterior informe forense de INTERPOL no prueba que las computadoras hayan pertenecido a militantes de las FARC; afirma que fueron manipuladas después del asesinado de sus supuestos propietarios, y recuerda que el contenido de dichas unidades informáticas en sí y por sí no constituye prueba. Y en efecto, las suposiciones no constituyen pruebas, sobre todo cuando son absurdas. Por lo anteriormente expuesto, se evidencia que el gobierno colombiano no maneja pruebas, sino “interpretaciones”, que tales interpretaciones no superan el nivel de suposiciones, desvirtuadas por la falta de elementos de convicción que demuestren la propiedad de la supuesta computadora, la autoría de los textos que alegadamente contiene ni la veracidad de ellos. Las provocaciones sólo demuestran la falta de moral del provocador.
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