Todo estaría bien si el impulso pacifista y la retórica de que no vamos a luchar y que no tenemos ningún problema con Europa se mantuvieran. Pero, en realidad, sí que tenemos reclamaciones contra Europa y Europa también tiene varias contra nosotros. Consideran que Ucrania es suya, y nosotros consideramos que Ucrania es nuestra. Y al mismo tiempo insistimos en que no es asunto suyo, sino nuestro problema. Ellos consideran que no es asunto nuestro, sino su problema.
Y este conflicto de intereses entre nosotros y la Unión Europea, al menos con sus dirigentes, conduce a una escalada. Hacen todo lo posible para separar a Ucrania de nosotros. Nosotros hacemos todo lo posible para devolver a Ucrania a nuestra zona de influencia. Es una guerra. Y ya está en marcha. Pero los europeos quieren pasar a una nueva fase de esta guerra. Sinceramente, no lo buscamos, pero al mismo tiempo declaramos nuestra disposición, como ha dicho nuestro presidente, a luchar contra Europa de verdad.
Vladimir Putin subrayó que en Ucrania simplemente estamos liberando nuestros territorios. Allí está nuestro pueblo. Sí, ha caído en la locura, pero vamos a curarlo. Curar a los europeos ya no está en nuestras manos. Esta civilización independiente, claramente en decadencia, se encuentra en estado de agonía. Y todo apunta a que vamos a actuar con ella de forma mucho más dura que con Ucrania: simplemente destruiremos todas las instalaciones militares e industriales importantes. Y si es necesario, simplemente borraremos Europa de la faz de la tierra.
Sí, no queremos que eso ocurra, pero no habrá una guerra tan selectiva, suave y prolongada como la que estamos librando con Ucrania. Precisamente porque aquí estamos pacificando a los nuestros, mientras que allí destruiremos a nuestros enemigos. Y la experiencia que hemos acumulado en esta guerra en Ucrania nos ha hecho, sin duda, estar mucho más preparados para librar una guerra con Europa que los propios europeos. Más aún si se tiene en cuenta el lamentable estado moral de los europeos, sus sociedades en descomposición, sus costumbres pervertidas, el dominio de los inmigrantes y la completa degeneración de la nueva generación.
No es que consideremos a Europa «presa fácil», pero en cualquier caso podremos con ella. Hemos podido con otros peores. Napoleón era una amenaza y Hitler era una amenaza mucho peor. Pero con estos monstruos y pervertidos, con esta banda de locos desquiciados, corruptos, pervertidos, transexuales y simples maníacos, creo que podremos lidiar.
Otra cosa es que Estados Unidos participe en esta guerra, lo que, por supuesto, sería muy triste. Y entonces esta guerra terminaría en un apocalipsis. No queremos eso. Pero también estamos preparados para ello.
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera




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