El ataque de Israel a Irán, en concordancia con lo que se ha convertido en una Doctrina no formalizada («ataque preventivo», lo llaman), ejecutan una acción agresiva contra la República Islámica de Irán. En ese plano, debe verse este ataque como una manifestación más de las consecuencias del cambio, en lo que hemos denominado espacio y tiempo geopolítico. Por espacio geopolítico, entendemos las relaciones de poder entre las potencias de 1er y 2do orden. por tiempo geopolítico, nos referimos a los cambios en las relaciones entre las potencias hegemónicas y los países periféricos.
La insistencia en agredir a Irán, está asociado a los avances alcanzados, en este tiempo geopolítico, por este país, aplicando un desarrollo en Ciencia y Tecnología, uso de la inteligencia artificial, la robótica y la cibernética, que han generado un salto importante en Revolución en Armamento Militar (RAM), re-equilibrando las relaciones estratégicas en la zona del Oriente Medio. Eso refuerza el alcance Geo estratégico de Irán, a través de su acceso y dominio en el Estrecho de Ormuz, de dónde sale el 65% del petróleo que surte la demanda de EEUU y Europa.
Este ataque «preventivo», derivó en una reacción inmediata por parte de Irán, en legítimo derecho a la defensa, que mostró la caducidad del sistema de defensa anti-aereo de Israel, sobre la base del avance tecnológico derivado de la ingeniería de reverso y la aplicación de la Inteligencia artificial en el desarrollo de armas defensivas y ofensivas. Esa vulnerabilidad, es consecuencia del cambio en el espacio geopolítico, pues Rusia y China, han alcanzado una superioridad militar, a partir del desarrollo científico que han implementado, y que sin duda, han compartido con Irán. El problema de todo esto, es que las acciones posfascista de Trump y Netanyahu, con su islamofobia, amenazan a conducirnos a una guerra de amplia magnitud.
Por otra parte, este escenario de guerra, vuelve la mirada sobre Venezuela, por la disponibilidad de reservas estratégicas de petróleo y por lo tanto, es de esperar la apertura de una nueva ronda de negociación con los EEUU, que requieren, ante un eventual cierre del Golfo Pérsico por parte de Irán, sustituir el flujo de petróleo y ahí, la República Bolivariana de Venezuela, es clave. Cómo sea, estamos en un momento álgido de la historia, que exige nuestra insistencia en la diplomacia de paz.
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