Por Alex Vallenilla
En el último trimestre de 2023, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) pausó la política agresiva de aumento de tasas de interés ligadas al dólar. Como bien se explicó el año pasado, esta política tuvo como propósito desacelerar la inflación que se produjo en ese país, hasta alcanzar 3,1 % mensual. El aumento de tasas, significa revaluación del dólar, porque se produce demanda de activos seguros y oferta de activos de riesgo. Esa política también funcionó para limitar el alza del precio del petróleo, lo que se pudo considerar como un arma, en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Pero también se informó en este mismo espacio, que esa política tenía límites. Porque de igual manera afecta a los activos de riesgo de Estados Unidos. En el primer semestre de 2023, se produjo la quiebra de varios bancos regionales. Entre estas, la segunda más grande de la historia, aunque sin el revuelo mediático, por obvias razones. Hay un juego y se sacrifican peones. La banca norteamericana sigue afectada y con enormes riesgos. Sentada en grandes proporciones de bonos del Tesoro, cuyo valor se desplomó entre enero y octubre del año pasado, estuvo amenazada de entrar en una ola de quiebras si se ejecutaban las pérdidas no realizadas.
Nueva debilidad del dólar
En el último trimestre, la FED pausó su política agresiva, sin más remedio. Sin embargo, el precio del petróleo, en vez de repuntar, siguió cayendo. Todavía los riesgos de inflación no desaparecen. Se puede ver en el precio del oro, con un fuerte repunte al finalizar el año pasado, lo que coincidió con la pausa de la política de tasas de interés. El oro pasó de 1.847,20 dólares a 2.086,20 dólares la onza, con un alza de casi 12 %, en los últimos tres meses.
En entregas anteriores se explicó como la geopolítica petrolera en el mundo, se alineó en favor de que a Venezuela se le retiraran las sanciones. A esto hay que agregar, además, que la situación financiera global, se suma a esos vientos que produjeron cambios en la política de Occidente contra Caracas.
La próxima decisión de tasas de interés de la FED, es el próximo 31 de enero. El 89,1 % de los especuladores del mercado de fondos federales está apostando a una nueva pausa, según los datos de CME Group. Es decir, que las tasas permanezcan en el rango entre 5,25 % y 5,50 %. Aparece una nueva apuesta, que no estaba el año pasado y es que 10,9 % comienza a apostar por una reducción de los tipos, hasta el rango de 5 % y 5,25 %. Nadie espera nuevos aumentos. Sin embargo, para la decisión del 20 de marzo, 73,5 % apuesta a la reducción. Esto último, es bajista para el dólar y alcista para las materias primas, incluyendo el petróleo. Pero Washington, tal vez ya lo tiene todo previsto.
El regreso de Venezuela
La reducción de tasas de interés, para quitar presión a la banca norteamericana, tendría repercusiones en la inflación nuevamente. Así que el precio del petróleo debió recuperarse. Pero eso no ocurrió. Por lo general, el mercado se adelanta a los acontecimientos, en ese juego de las operaciones con el rumor y las noticias. Los bonos del Tesoro se recuperaron en el último mes y el oro también, pero el petróleo, con una guerra en el Medio Oriente, no, al contrario, cayó de 95 dólares a 71 dólares. La especulación descuenta o se anticipa y a pesar de que el dólar cayó en su índice DXY, desde 107 puntos, hasta 101,3 puntos en el último trimestre de 2023, el crudo siguió cayendo.
A esto hay que agregar que China, está reportando una caída de su producción manufacturera por tercer mes consecutivo. Esto implica menos demanda de petróleo por el gigante asiático y es que el alza de las tasas de interés, también golpea el consumo de bienes y servicios.
Todos esos datos se producen cuando en Venezuela, en el último trimestre de 2023, ocurre una sorpresiva emisión de licencias por parte de la OFAC, en relación con el petróleo y las finanzas del país sudamericano. Aunque ya había previsiones para eso, se esperaba para 2024 y no tan antes, lo que dice de la difícil situación global. Eso podría significar que el mercado de Occidente, está descontando el desarrollo del regreso de Venezuela al mercado petrolero mundial. Desde 2022, comenzó un proceso de negociaciones, entre Miraflores y la Casa Blanca, que está confirmado. Es suficiente ver la recuperación del valor de los bonos de deuda de Venezuela y Pdvsa, que apuntan a una renegociación de estos instrumentos.
Cómo sería una guerra entre Guyana y Venezuela
Todos esos eventos están favoreciendo a quienes ocupan Miraflores en estos momentos. En la última semana, se produjo un suceso que llama la atención. El Reino Unido envió el buque de guerra HSM Trent a las aguas en disputa entre Guyana y Venezuela. Caracas respondió con una movilización militar y el buque finalmente se retiró. Esto deja claro que Washington lo que menos desea es un conflicto en la región, que ponga amenaza al flujo petrolero desde Guyana y tampoco a la recuperación que están apoyando en Venezuela.
Un conflicto armado entre estos países, significa enormes riesgos que la Casa Blanca no permitirá. Por una parte, Venezuela, recibiría apoyo de Rusia e Irán y estos países se enfocarían en aprovechar las circunstancias para paralizar la producción de Exxon Mobil, atacando sus plataformas petroleras. Por otro lado, una coalición favorable a Guyana, podría enfocarse en atacar el Guri, buscando dejar sin electricidad a todo el país, lo que paralizaría también la recuperación del bombeo petrolero en Venezuela.
Si eso ocurriera, entonces, todo lo que Washington ha estado construyendo, se vendría abajo y sin duda alguna, se fortalecería la alianza petrolera propuesta entre Arabia Saudita, Irán y Rusia, que, con la guerra en el Medio Oriente, no se dudaría de una reedición del embargo petrolero mundial, llevando los precios a nuevos máximos históricos y poniendo enormes presiones a la FED, a la inflación de EEUU, a la banca norteamericana y a la reelección de los demócratas este año. Eso es lo que vale Miraflores hoy, oro puro.
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