Por Fausto Frank
Estados Unidos, aprovechando la crisis desatada por el narcotráfico en Ecuador, enviará a la jefa del Comando Sur, la general Laura Richardson, y a “altos cargos antinarcóticos” a ese país para “ayudar” al gobierno del presidente Daniel Noboa a “combatir el crimen organizado”, informó este jueves el Departamento de Estado norteamericano.
El comunicado omite sin embargo informar que los EE.UU. son el país de mayor consumo de drogas del mundo y, por tanto, parte imprescindible del negocio de las mismas, en el que sus grandes bancos han venido jugado un rol estratégico al facilitar el lavado de activos. Frente al caos desatado en los países de origen, luego ofrece la “solución” con su asistencia militar. Un típico ciclo de acción-reacción-solución, en el que un mismo actor de poder interviene y se beneficia en las distintas instancias.
El crimen organizado en Ecuador, propio de un Estado en descomposición, tuvo esta semana una escalada con la espectularización de la situación al tomar un canal de televisión, a lo que se sumaron motines en cárceles, secuestros, explosiones y atentados. El impacto logrado conmovió a la opinión pública internacional. Frente al desborde, el Gobierno, que continuó la manifiesta incapacidad y complicidad de los anteriores para abordar el problema, declaró el “conflicto armado interno” y categorizó a estas bandas como grupos terroristas y “objetivos militares”, dando pie a la intervención norteamericana. El poder que no ejerce un actor legítimo, inevitablemente lo ocupa uno ilegítimo, no se admiten vacíos en el campo de la geopolítica.
Ecuador sufre “niveles atroces de violencia y terrorismo a manos de elementos narcocriminales que tienen como objetivo a civiles inocentes”, señaló el portavoz del Departamento de Estado Matthew Miller. “Reafirmamos nuestro compromiso de mantener una estrecha colaboración con Ecuador, incluido en la lucha contra las organizaciones criminales”, añadió.
El comunicado del Departamento de Estado sobre “violencia narcocriminal en Ecuador” señala: “Trabajaremos con el presidente Noboa para profundizar nuestra cooperación en materia de aplicación de la ley a través de programas de asistencia en seguridad”, a los fines de “Explorar con sus homólogos ecuatorianos formas en que podemos trabajar juntos de manera más eficaz para enfrentar la amenaza que representan las organizaciones criminales transnacionales”.
Entre los funcionarios que arribarán a Ecuador para diseñar la nueva estrategia contra el crimen destacan la general del Comando Sur, Laura Richardson, quien repite en cada oportunidad que tiene la importancia para los EEUU de los recursos naturales de la región; Todd Robinson, subsecretario de la Oficina Internacional de Narcóticos y Aplicación de la Ley; y Kevin Sullivan, un alto cargo de la oficina del Departamento de Estado para América Latina. También viajarán policías estadounidenses “para ayudar a Ecuador en investigaciones criminales”, añade el comunicado.
Estados Unidos incrementará asimismo “el intercambio de inteligencia, la cooperación para combatir la actividad cibernética maliciosa y la ayuda con la implementación de reformas penitenciarias” y promete emplear “otras herramientas disponibles para responsabilizar a aquellos individuos y organizaciones que participan en actividades criminales y socavan el estado de derecho”.
Como comandante del Comando Sur de los Estados Unidos (Southcom), Richardson visitó Ecuador a fines de 2022 para realizar reuniones bilaterales y regionales sobre cooperación en seguridad en el contexto de la Conferencia de Defensa Suramericana (SOUTHDEC), que fue organizada por Ecuador. “El objetivo principal de SOUTHDEC es promover el diálogo entre los jefes de defensa de la región para intercambiar ideas, experiencias y perspectivas con el fin de lograr consensos en temas de seguridad y defensa, y promover el fortalecimiento de la cooperación entre las fuerzas armadas. Los países participantes de SOUTHDEC tienen un objetivo compartido: derrotar las amenazas globales transfronterizas que socavan la seguridad ciudadana usando como herramienta principal la colaboración regional”, indicó en su momento la Embajada de Estados Unidos.
De poco sirvieron esos encuentros, la violencia en el Ecuador dolarizado lo ha convertido en uno de los países más violentos del mundo, con 45 homicidios intencionados por cada 100.000 habitantes en 2023.
El escenario de caos resulta ideal al Comando Sur de los EEUU para seguir militarizando la región, cooptar las estructuras de inteligencia de los países y asegurarse sus recursos naturales estratégicos. Si hubiera un conflicto bélico internacional en puerta, contra China o Rusia, EEUU ya tendrá asegurado su patio trasero para sus fines.
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