*JUAN MARTORANO
El pasado 1 de enero, inicio de este año 2024, el Presidente Nicolás Maduro concedió una entrevista al periodista hispano-francés Ignacio Ramonet, como nos ha venido acostumbrando desde hace algunos años. Indudablemente la vi y en líneas generales me pareció muy buena y es por ello que, en el día de ayer, 3 de enero y gracias a los canales de youtube del propio Presidente y del camarada Luigino Bracci, la subí a mis blogs, para aquellos y aquellas que estén interesados en verla.
Pero, evidentemente, la razón principal por la que vi la referida entrevista tuvo que ver en torno a la pregunta de cierre que Ramonet que le hizo en la misma y de la respuesta que el propio Maduro como líder de la Revolución Bolivariana y sucesor de nuestro Comandante Chávez dió. Y luego de pensarlo mucho, me he tomado la libertad de escribir sobre este tema, que ha generado a mi juicio toda una polémica y debate apenas comenzando este año 2024.
Por lo importante del tema planteado, por la respuesta del presidente Maduro y como introito de estas apreciaciones que me quiero permitir formular, para ponernos en sintonía, me permito transcribir textualmente la respuesta completa del Presidente Maduro ante esa pregunta de Ramonet, que ha levantado toda una polvareda y generado un sinfín de comentarios:
“…Yo lo que te puedo decir es que aún es prematuro todavía. Apenas el año empieza, sólo Dios sabe, no Diosdado, Dios. Esperemos que se definan los escenarios electorales del proceso que va a ver este año, el proceso del próximo año y estoy seguro que, con la bendición de Dios, tomaremos la mejor decisión.
Yo soy Presidente no porque yo tenga un ego, y un día dije: Quiero ser presidente o porque yo tenga la sangre azul y mi apellido Maduro sangre azul, amos del valle, yo nací para ser Presidente, como son estos patiquines, politiqueros predestinados para ser presidentes o presidentas porque tienen la sangre azul y el apellido.
Yo soy un hombre de a pie. En la vida me he encontrado con los caminos, para defender una idea, una causa, un proyecto. Y en ese camino nos encontramos con el maestro de maestros, el más grande: El maestro de maestros, inolvidable, nuestro querido Comandante Chávez, nuestro padre, es un padre para todos, que construyó un proyecto, trajo a Bolívar, Bolívar, otra vez Bolívar, trajo a Bolívar en el siglo 21 y lo convirtió en proyecto de Patria Grande, proyecto de país, lo convirtió en conciencia de pueblo. Nosotros, o por lo menos yo, pudiera decir nosotros, formamos parte de un colectivo, formo parte de una causa histórica, soy parte de un proyecto nacional, soy parte de un poderosos movimiento popular de millones de hombres y mujeres. Soy parte de un equipo: El Alto Mando Político y Militar de la Revolución. Yo no me debo a mi mismo, yo no impongo un ego, una predestinación, no”.
¿Por qué fui Presidente? Bueno porque el Comandante Chávez en un momento dado le tocó por una enfermedad muy grave tomar una decisión y así fue. Y el pueblo lo ratificó en unas elecciones heroicas: 14 de abril de 2013, y luego me sometí a las pruebas de una guerra brutal”.
Y cuando llegó el 2017, recuérdate las guarimbas, cuatro meses de violencia, intentos de Golpe de Estado, intentos de matarme. Trajimos la Constituyente, se impuso la paz con la Constitución en la mano. Y luego ganamos de manera seguida la elección de gobernadores, le dimos lo que se llama en Venezuela, una pela, a toda la oposición unida. Ellos estaban envalentonados, yo recuerdo a Ramos Allup, manejo las encuestas decía Ramos Allup, encuestas, de 23 gobernaciones, vamos a ganar 25, decía Ramos Allup. De 23 gobernaciones, ganamos 19, las más grandes e importantes del país. Milagro popular, milagro chavista”. Y luego ganamos el 10 de diciembre de ese año, las alcaldías, el 80% de las alcaldías”.
Y en 2018 cuando despuntó ese año, dimos un debate en el movimiento popular venezolano, en el Poder Popular, en el Gran Polo Patriótico, en el glorioso Partido Socialista Unido de Venezuela. Y por ellos yo fui otra vez, no porque yo dije yo estoy predestinado, yo tengo sangre azul, yo soy más chévere, yo soy indispensable.
Así que aquí, en esta decisión nunca estará por delante ni ambiciones personalistas, ni individualistas, ni ego, ni sangre azul. Estarán los intereses de la Patria.
Y cuando se tome la decisión, sea la que sea, ladremos todos a conquistar lo que si te puedo decir hoy: El 2024 el pueblo de Venezuela le va a dar una lección a los imperios del mundo, a la derecha oligárquica, a los extremistas que no olvidarán durante décadas. El movimiento popular, las fuerzas populares y todo nuestro país se prepara para una gran victoria electoral y para que venga un nuevo tiempo de Revolución con el Plan Nacional Simón Bolívar y con los proyectos históricos que nos dejó nuestro Comandante Hugo Chávez, eso si te lo puedo asegurar, 2024 será un año de grandes triunfos que abrirán las puertas a grandes triunfos de futuro en 2025 y más adelante.”
Luego de transcrita textualmente la respuesta del Presidente Maduro, ahora coloquemos en contexto las modestas valoraciones que este servidor tiene ante esta respuesta.
Una primera apreciación tiene que ver con el planteamiento que le hizo Ramonet para poder contextualizar esta pregunta. En este año 2024 hay comicios generales, fundamentalmente elecciones presidenciales en al menos 75 países en el mundo (casi un 40% de todas las naciones del mundo, o por lo menos de los 192 que participan en la ONU) donde están convocados a participar 4.000 millones de personas (el 50% de la población mundial). Hay elecciones presidenciales en Rusia, Ucrania, Estados Unidos, Uruguay, México, El Salvador, Nicaragua, la India, Panamá, República Dominicana y por supuesto en Venezuela, por solo nombrar algunos países, y esto no es cualquier cosa. Este elemento es determinante para el destino de la humanidad en las próximas décadas.
En segundo lugar, porque el evento con el que se apertura políticamente el año está definido en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 219 y en el Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional, con el inicio de su período ordinario de sesiones, mañana viernes 5 de enero, y en donde debe elegirse la Junta Directiva de nuestro parlamento durante este año.
No entraré en las apreciaciones que incluso pudieran parecer obvias en torno a la decisión de cuál debe ser la directiva de la Asamblea Nacional en este año electoral que tenemos y que es fundamental garantizar la gobernabilidad. Lo que sí puedo señalar es que esta decisión tiene tanta trascendencia como la de la candidatura de la Revolución, y por eso la menciono.
Un segundo elemento del análisis es que Nicolás Maduro da una respuesta en el marco de los Acuerdos que se firmaron en Bridgetown, Barbados de octubre de 2023, donde se señala que las elecciones presidenciales a celebrarse este año en Venezuela deben ser después del segundo semestre de este año. Según el periodista Vladimir Villegas, esos comicios serían para el mes de octubre del 2024. Y este elemento es fundamental y por ello fue que, en el contexto de la pregunta, el primer elemento que expresó el Presidente Maduro es que aún era “prematuro” señalar si él sería o no el candidato, por este elemento, el segundo, que pongo a la consideración de mi comunidad de lectores y lectoras en este análisis.
Mucho antes de la celebración del referendo del 3 de diciembre de 2023 sobre nuestros derechos históricos del territorio Esequibo y de la firma de los Acuerdos de Barbados, cuando debatía con varios camaradas del PSUV porque cabe destacar que, en ese momento el propio Maduro y el compañero Diosdado hablaban de un eventual adelanto de elecciones presidenciales que armó toda una alharaca más o menos parecida a esta. Además de razonar desde el punto de vista político, constitucional y técnico la imposibilidad de que esto fuese así, no entendieron que esto se trataba de una finta para lanzar la jugada estratégica de alto impacto y no exenta de riesgos: El referendo de la Guayana Esequiba y que dejó a los sectores extremistas de la derecha, que es una de las parcelas de las oposiciones en el país “claros y sin vista” como lo señala una sabia expresión popular.
De hecho, mi opinión era antes de esos dos eventos que indudablemente cambiaron el panorama político y le otorgaron margen de maniobra a la Revolución, que los comicios presidenciales debían ser en el mes de marzo de este año por las siguientes razones: En primer lugar, por la situación económica y social del país, tal y como ocurría en el año 2018. De hecho, las elecciones presidenciales que se celebraron el 20 de mayo de ese año inicialmente estaban previstas para marzo, a fin de que coincidieran con las presidenciales en Rusia, así como ocurre en este año y este sería el segundo elemento; pero como Tillerson le dijo a Julio Borges que no firmarán los Acuerdos en República Dominicana, por esta razón, la fecha de esas presidenciales se decidió para mayo como ya lo indiqué. La tercera razón tiene que ver con el vencimiento del lapso que nos ha otorgado la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para presentar nuestra contramemoria en defensa de la Guayana Esequiba, el cual es el lunes 8 de abril de 2024.
Si bien es cierto que la posición del Gobierno Bolivariano es no reconocer la jurisdicción de la CIJ la cual fue ratificada por nuestro pueblo en el referendo de hace un mes, sin embargo, tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados porque esta instancia igual va a tomar una decisión sobre esta controversia vayamos o no vayamos a ella, contestemos o no la demanda interpuesta por la ExxonMobil y las transnacionales petroleras a través de la República Cooperativa de Guyana. Estamos claros que en la CIJ se manejan los intereses de las grandes potencias como lo señala el historiador Omar Hurtado Rasmussen, pero aun así no podemos ni debemos desaprovechar las oportunidades que se nos otorguen y ante las instancias que sean, para la defensa de nuestro territorio Esequibo.
Además de ello, desde el año 2020 cuando la misma Corte a pesar de violar su propio Estatuto y contradecir su propia jurisprudencia, se declaró competente para conocer de esta controversia territorial, la estrategia jurídica de Venezuela ante esta instancia cambio totalmente, al acudir a los actos procesales del juicio, e incluso designar un juez ad hoc en este mismo procedimiento. En esta instancia y por esta controversia territorial, Venezuela propuso como su juez ad hoc al belga Phillipe Couvreur, así como Guyana tiene como su juez ad hoc el alemán Rûdiger Wolfrum, en sustitución de Hillary Charlesworth, quien era su juez ad hoc pero que ahora es parte de la CIJ.
Además de ello, cabe recordar que producto del mandato popular del 3 de diciembre de 2023, las transnacionales como la ExxonMobil y otras tienen tres meses para dejar las explotaciones que tienen en el territorio Esequibo y, en especial en la fachada atlántica, y eso vence el 5 de marzo de este año. Así como también, si el panorama no cambia o surge alguna circunstancia sobrevenida, debe darse en Brasil el 14 de marzo o antes o días después de esa fecha, otra reunión entre Mohamed Irfaan Alí, Presidente de la República Cooperativa de Guyana, y Nicolás Maduro, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Lo bueno de todo esto es que el tema de la controversia territorial de la Guayana Esequiba no ha salido de la agenda político mediática. Indudablemente ha tenido momentos en que se ha “apagado” un tanto, y esto por las festividades navideñas y de fin de año como era lógico de suponer, pero en este nuevo momento histórico, el tema ha logrado mantenerse en la palestra.
Tampoco podemos perder de vista dentro del panorama político internacional la reunión del bloque BRICS que se realizará en Rusia, en Kazán, en octubre de este año. Que además de los miembros natos como Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica, participarán como nuevos miembros que se incluyeron a partir de este 1 de enero, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopia e Irán y solamente ausente Argentina por el error político terrible cometido por su presidente, Javier Milei al excluir a su país de este poderoso bloque que representa el 42% de la población mundial, 30% del territorio del planeta, 23% del PIB del mundo y 18% del comercio mundial, por lo que es inevitable el surgimiento de un nuevo orden mundial multipolar y así acabar con la hegemonía y dependencia del dólar.
Las posibilidades de que en esa cumbre se decida incluir a Venezuela en dicho bloque aumentan considerablemente, tomando en cuenta el respaldo de los países que lo integran y en especial de Rusia que este año ejerce la presidencia del mismo, más la no incorporación de Argentina, y que esa inclusión se concrete en el año 2025. Es decir, dejemos ya de ser socio invitado de BRICS para ser miembro pleno BRICS.
Pero, volviendo al frente interno, ya señalé que el primer evento que abre el año políticamente es el inicio de las sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional y la elección o reelección de su junta directiva en este año 2024,pero, de conformidad con el artículo 237 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, le corresponderá al Presidente Nicolás Maduro acudir al Parlamento para presentar ante el mismo su mensaje anual dando cuenta de los aspectos políticos, económicos, sociales y administrativos de su gestión durante el año inmediatamente anterior, es decir, su Memoria y Cuenta y eso debe ocurrir dentro de los diez primeros días siguientes a la instalación del periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional.
No obstante, importante es que centrándome un poco más en el mensaje de respuesta del presidente ante la diatriba de si será o no candidato presidencial por el chavismo a las presidenciales de este año, es que debo hacer las siguientes consideraciones, sobre todo ante algunas respuestas un tanto destempladas y hasta prematuras que he recibido en plataformas tecnológicas por aventurarme a iniciar una encuesta que debe vencer la semana que viene, y que seguramente sus resultados los haré del conocimiento público, en torno a este planteamiento del Jefe del Estado.
En primer lugar, el Presidente Nicolás Maduro además de Primer Mandatario Nacional, Jefe de Estado y de Gobierno es el líder de la Revolución Bolivariana y legítimo sucesor del Comandante Chávez. Eso en ningún momento lo puse, lo pongo ni lo pondré en duda. Si analizamos serenamente y sin apasionamientos de ningún tipo, nos daremos cuenta de que Nicolás Maduro con esta respuesta nos ha dado una gran lección, tal y como varias veces lo hizo Chávez. Otro elemento importantísimo a la gran lección que nos deja Maduro con esta respuesta, y creo que le pasó a Ramonet quien, al igual que muchos y muchas de nosotros y nosotras damos por descontada la candidatura a la reelección de Nicolás Maduro, pero éste con una inmensa sabiduría y humildad nos recuerda que, en política, no todo está escrito.
Basta recordar al propio Comandante Inolvidable en su despedida del 8 de diciembre de 2012 cuando señaló que ya la Revolución no depende de un hombre o de una mujer, y que hoy en día la Revolución se sustenta en un gran liderazgo colectivo. Confieso que al principio no lo comprendí ni lo había entendido. Incluso al morir el Comandante, mi preocupación era cuanto duraríamos en el poder. Evidentemente Nicolás Maduro ha tenido las mayores responsabilidades en estas tareas, pero no es menos cierto que la Revolución ha logrado sortear todas las amenazas y conjurado todos esos peligros gracias a ese liderazgo colectivo del que hablaba Chávez.
Quien puede negar los aportes de un Diosdado Cabello, de una Cilia Flores, de una Delcy Rodríguez, de un Jorge Rodríguez, de Héctor Rodríguez, Nahúm Fernández, Pedro Infante, y tantos líderes y lideresas anónimos y anónimas de nuestro pueblo que no me alcanzarían páginas para escribir, resaltarlos y visibilizarlos a todos y a todas. Obviamente todos y todas coordinados y dirigidos por Nicolás Maduro en circunstancias particularmente complejas, tal y como lo dijo Chávez en su despedida de nosotros y de transferirle su poder a su “hijo” y sucesor.
Ciertamente si me preguntarán para el momento en que esto escribo, 4 de enero de 2024 quien debería ser el candidato del chavismo, diría sin dudar que debería ser Nicolás Maduro por todo con lo que le ha tocado lidiar a 10 años de su llegada a la Presidencia de la República después del pase a la inmortalidad del Gigante Chávez. Pero indudablemente repito, Maduro nos da la lección de que en política no todo está escrito.
No solo porque no sabemos lo que pueda pasar de aquí a octubre de este año. También como lo expresó él, y esto en un ejercicio de aprendizaje de aprender a gestionar en tiempos de incertidumbre. En el caso de ser él el candidato eso se deberá a la evaluación del momento histórico y de los escenarios políticos, como lo señaló en su respuesta. Falta que el Consejo Nacional Electoral (CNE) defina la fecha de las presidenciales venezolanas y publique el cronograma con todo lo que ello implica (Apertura del Registro Electoral Permanente, inscripción de candidaturas, sustituciones, etc.) y del debate que debe darse a lo interno de la Revolución no solo del candidato o candidata sino también del Plan de Lucha y el Programa. Más que definirlo, a mi juicio lo que hay es que ajustarlo a las nuevas exigencias y a los nuevos tiempos, tal y como lo indicó el Presidente Maduro al final de su respuesta.
Incluso ante los escenarios de conflicto a escala internacional, y fundamentalmente con Guyana. ¿No sería también que lo planteado por el Presidente Maduro que los escenarios se rueden? ¿O la posibilidad de la celebración de megaelecciones, dado que en 2025 habría elecciones para diputados y diputadas a la Asamblea Nacional, para las gobernaciones, alcaldías, así como a los parlamentos regionales y municipales?
Todo ello sería posible dentro de los escenarios políticos que se avizoran y de su evaluación y debate, obviamente, tomando en cuenta la agenda político electoral de la que me referí mucho antes del nacimiento de los Diarios de una Cuarentena y ahora de esta columna.
En resumen, y ya para ir cerrando esta larga columna, pero necesaria, debo señalar lo siguiente. La respuesta de Maduro también podemos catalogarla como una jugada magistral. Cuando éste dice que el candidato del PSUV (y por ende del Gran Polo Patriótico y la Revolución) aún no está definido, esto ha tenido el efecto esperado, ya que en menos de 24 horas se manifestaron opositores, demócratas y radicales. Esa brillante jugada del Presidente puso a las oposiciones de este país totalmente fuera de foco.
Maduro nos sigue dando lecciones y muchos y muchas lo siguen subestimando. La respuesta del Presidente hay que analizarla en su contexto, desde su lugar de enunciación. Hay que comprenderla no solo por lo que dijo Maduro, sino por qué lo dijo, cuando lo dijo y como lo dijo. La respuesta del Presidente Maduro hay que examinarla incluso desde la comunicación no verbal.
El PSUV y la Revolución en estos momentos no tienen fisuras. Por lo menos no las veo, y eso constituiría un indicador de la victoria que se respira en este año 2024.
No obstante, el camino que nos tocará transitar no será un lecho de rosas. Vamos a un proceso electoral complejo y creo que uno de los más difíciles de los últimos años, pero ya eso lo iremos dejando para próximas entregas de esta columna.
Creo que por hoy ya es suficiente, pero atentos porque venimos con todo
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas. , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.
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