Las criminales “sanciones” impuestas por EEUU que buscaron el colapso económico y mortandad, no son más que otro intento de profundizar el dominio norteamericano sobre nuestra patria, una colonización que comenzó siglos atrás con el Imperio español, pero del que no nos libramos del todo con la independencia de Venezuela en 1811, pues una nación no sólo es independiente a raíz de una proclamación política, sino que debe tener la capacidad de ejercer su soberanía respondiendo a intereses y necesidades nacionales, con capacidades propias y sin ataduras externas.
La independencia conquistada por nuestro padre Simón Bolívar nos dio la base para avanzar hacia la autodeterminación. Sin embargo, el período de la IV República fue una etapa de desaceleración de esa independencia y el retorno a formas de dominio y colonización: la instalación de un modelo económico rentista, importador, dependiente, con marcos normativos copiados del extranjero, fueron la receta para una sumisión durante 40 años.
La llegada de la V República liderada por nuestro comandante Hugo Chávez, que inició con la refundación de Venezuela a partir de la nueva Constitución, marcó una nueva etapa caracterizada por el ejercicio pleno de nuestra soberanía que ahora viene a ser consolidada por Nicolás Maduro.
El Gobierno revolucionario, aún inmerso en una economía de guerra, reinventó el modelo económico y con él la forma de producción, distribución y abastecimiento de alimentos, bienes y servicios; creó 18 motores productivos que iniciaron la superación de un modelo rentista esclavizante y dependiente de tecnologías extranjeras que nos mantenían bajo un verdadero dominio, para, en 2023, mostrar un avance económico sostenido: 10 trimestres consecutivos de crecimiento con inversión propia.
En 2024, acompañemos al presidente Nicolás Maduro a consolidar esta independencia en todos los ámbitos de nuestra vida para alcanzar la igualdad y la justicia social, no permitamos que los engaños de las propuestas neoliberales nublen nuestro camino y nos retrocedan a la opresión. En Argentina tenemos un trágico espejo que nos recuerda las consecuencias de un pueblo desunido, vulnerable a la confusión.
Somos el pueblo de las victorias, avancemos a la descolonización de Venezuela que se logra sólo en Revolución.
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