Dentro del Protestantismo existen múltiples tendencias como las iglesias luterana, anglicana, calvinista, bautista, metodista, evangélica y pentecostal. El protestantismo es la mayor minoría no católica de América Latina y para el año 2020 contaba, según la encuesta de Latinobarómetro, con un total de 19,1 % de seguidores y seguidoras, con las tasas más altas en países como Guatemala (41,5 %), Honduras (37,9 %), El Salvador (37 %), Venezuela (21,9 %) y Brasil (20,7 %).
Entre estas corrientes, la que ha tenido un mayor crecimiento en América Latina es el neopentecostalismo, que se originó como movimiento religioso en la década del cuarenta y cuyo término fue acuñado en 1963. Se relaciona directamente con los centros de poder de EE. UU. e Israel. En la actualidad, este sector tiene participación política partidista en varios países, ganando elecciones presidenciales, como en El Salvador o Guatemala. Sus principales programas políticos incluyen:
- Postulados ultraconservadores sobre la familia y restrictivos de las libertades sociales; rechazan la abolición de la pena de muerte, la autodeterminación de las mujeres y el respeto a los derechos de las minorías.
- Defensa del neoliberalismo y la sociedad de consumo. Para esto desarrollaron la "teología de la prosperidad", en contraposición a la "teología de la liberación".
- Capacidad económica ligada al aporte de sus feligreses.
- Creación de consorcios mediáticos e innovaciones comunicacionales para la transmisión masiva de sus mensajes: emisoras, canales de televisión y redes sociales, aplicando técnicas de "iglecrecimiento" exitosas en Corea del Sur.
Justamente, por hacer uso de estos megaconsorcios comunicacionales, a través de redes sociales, han estado impulsando en los últimos meses campañas basadas en mentiras y fake news, atacando la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) en Venezuela. Su base es la supuesta premisa de proteger a los niños, niñas y adolescentes de la pedofilia, además de criminalizar a la población LGBTIQ+, a las organizaciones feministas e incluso plantear teorías conspiranoicas en torno a la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Sin embargo, es importante preguntarnos: ¿a quién beneficia si se elimina la ESI? ¿A los niños, niñas y adolescentes? ¿O a los agresores sexuales? Esto lo hacemos con base en el breve monitoreo de casos que aparecieron en medios de comunicación digitales venezolanos entre los años 2021 y 2023, donde se lograron contar un total de 12 pastores evangélicos apresados por abuso sexual a 79 niños, niñas, adolescentes y mujeres. En muchos de estos casos, estos pedófilos abusaron de sus hijas, e incluso uno de ellos abusó de 50 mujeres.
El motivo de presentar estas cifras no es criminalizar a las personas que profesan esta religión, ya que la fe es una decisión personal; pero sí queremos hacer notar lo que puede provocar la implementación de un discurso antiderechos que limita la educación sexual a niños, niñas y adolescentes, exponiéndolos a lo que supuestamente quieren evitar: el abuso sexual infantil. Este puede ocurrir no solo a manos de pastores —como en estos casos—, sino de maestros, entrenadores, familiares y un largo etcétera.
Por ende, el llamado es a que estos sectores lean e implementen el ESI en sus espacios, para evitar que su feligresía se vea expuesta a depredadores que pudieran estar en las filas de sus iglesias, para así evitar el sufrimiento y la violencia en la vida de niñas, niños, adolescentes y mujeres.
Aimée Zambrano
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