Pasqualina Curcio
Es preocupante cómo los economistas monetaristas y neoliberales, valga la redundancia, caen en un cúmulo de contradicciones al querer imponer dogmáticamente su teoría cuantitativa del dinero para explicar la realidad. Su principal postulado es que el aumento de los precios o inflación siempre es consecuencia del aumento de la cantidad de dinero “sin respaldo” en la economía. No olvidemos que la corriente monetarista es el sustento teórico del neoliberalismo, y de paso, el velo del arma más criminal del imperialismo: el ataque a las monedas.
El problema no es que ellos se contradigan en sus propios principios, tampoco que sean incapaces de demostrarlos teórica y empíricamente, lo verdaderamente preocupante son los efectos de las políticas económicas que se desprenden de su diagnóstico errado y que consisten principalmente en la disminución de la cantidad de dinero lo cual va de la mano con la congelación de los salarios, la reducción del gasto público y del tamaño del Estado. Políticas todas cuyos efectos terminan siendo devastadores sobre el pueblo trabajador tal como lo ha demostrado el neoliberalismo en medio siglo de historia.
Claro que, lo más preocupante es escuchar a “revolucionarios socialistas” defendiendo, dogmáticamente, los postulados y recomendaciones monetaristas. En otras palabras, escuchar decir a un “revolucionario” que no se puede aumentar el salario porque no hay dinero y que, aumentar la cantidad de dinero “sin respaldo” generará mayor inflación, sinceramente, no tiene precio, tampoco tiene explicación.
En todo caso, dicen los monetaristas que los precios en Venezuela han aumentado porque el Estado ha emitido dinero “inorgánico” o “sin respaldo” para, de manera populista, gastar más de lo que tiene. Según su teoría, ese dinero llega a los hogares venezolanos y al gobierno, quienes, al tener más dinero aumentarán la demanda de bienes y servicios, pero al encontrarse con una oferta limitada que no puede dar respuesta a dicha demanda, derivará en una escasez presionando los precios al alza. En estas situaciones, según los propios monetaristas, el efecto final en la economía será, por una parte, un aumento de los precios (inflación) y por la otra, un aumento de los niveles de producción de la economía reflejado en un incremento del PIB. Acto seguido, la solución que dan es recortar la cantidad de dinero por la vía de la reducción del Estado y la congelación de los salarios y las pensiones.
Incurren en, por lo menos, 5 contradicciones al contrastar lo que afirman en el párrafo anterior con lo que efectivamente ocurre en la realidad venezolana.
Veamos una a una sus contradicciones basándonos en su propia teoría.
1.- El Estado ha emitido dinero “inorgánico” o “sin respaldo”
Aunque en términos absolutos, la cantidad de bolívares ha aumentado desde el año 2013, cuando lo comparamos con el tamaño de la economía, que es lo que realmente importa para chequear si efectivamente ese dinero adicional está o no “respaldado” en los niveles de producción, observamos que, al contrario de lo que dicen los monetaristas, la cantidad de dinero ha disminuido 68% entre 2013 y 2020. Según datos del BCV, en 2020, la liquidez monetaria se ubicó en 17% con respecto a los niveles de producción, es decir, por cada 100 bolívares que se producían circulaban 17 bolívares, mientras que en 2013 era 54%, o sea, por cada 100 bolívares que se producían, circulaban 54 bolívares. Se estima que hoy, agosto 2021, la cantidad de bolívares con respecto a los requerimientos de la economía, no llega ni al 2% del PIB. Tendrán los monetaristas alguna explicación dadas estas cifras. Sugerimos que revisen esta primera contradicción.
2.- El Estado, de manera populista, gasta más de lo que tiene
Históricamente el gasto público en Venezuela ha sido, en promedio, el 33% del PIB, hoy no llega al 2,5% de la producción nacional, en 2012 representaba el 40,29%. ¿De dónde sacan los monetaristas que el Estado está gastando más de lo que tiene? Pregunten a los ministros, gobernadores, alcaldes, presidentes de empresas del Estado o cualquier autoridad de los 5 poderes públicos, si les alcanza el presupuesto de gasto para por lo menos cumplir con el 10% de las metas programadas.
3.- Los hogares y el gobierno aumentaron la demanda de bienes y servicios
Según datos del BCV, entre 2013 y 2018 (no hay datos de 2019 y 2020) la demanda agregada no aumentó como afirman los monetaristas, por el contrario, cayó 62%. Por su parte, el consumo de los hogares para el mismo período y según datos del mismo organismo, disminuyó 52%, mientras que el gasto del gobierno cayó 30%. Así que no es cierto que haya aumentado la demanda en la economía presionando los precios al alza.
No tenemos los datos de 2019 y 2020, pero probablemente la demanda ha caído aún más. En todo caso, sugerimos a los monetaristas que vayan a los hogares venezolanos y pregunten quiénes en este país están demandando y consumiendo más bienes que en 2013. En Venezuela no ha aumentado la demanda, ha caído, lo que resulta una grave e imperdonable contradicción en la que incurren los monetaristas basándose en su propia teoría.
4.- Hay una oferta limitada que no puede dar respuesta a la “mayor demanda”
La industria en Venezuela está operando al 22% de su capacidad instalada según datos de CONINDUSTRIA, lo que significa que, si efectivamente hubiese habido un aumento de la demanda agregada como consecuencia de la “mayor cantidad de dinero” como afirman los monetaristas, la economía hubiese tenido suficiente margen para responder sin que hubiese un impacto más que proporcional en los precios. En términos económicos, no estamos en una situación de plena capacidad de producción, al contrario, nos encontramos en el tramo elástico de la oferta agregada. Revisen esta otra contradicción.
5.- Efecto final en la economía: inflación y aumento del PIB
Esta es la contradicción más vergonzosa en la que incurren los monetaristas. Es el caso que, la producción nacional en Venezuela, medida por el PIB, para nada ha aumentado, por el contrario, ha disminuido 73% entre 2013 y 2020 (datos del BCV hasta 2018 y estimaciones de la CEPAL para los años 2029 y 2020). ¿Cómo explican que, según su teoría, estemos ante la presencia de una inflación de demanda, la cual siempre se caracteriza por aumento del PIB, pero que, en Venezuela, por el contrario, haya caído la producción? No es cualquier detalle esta contradicción. Sugerimos que revisen la diferencia entre la inflación de demanda y la de costos en sus textos básicos de economía monetarista.
Mientras se insista en el diagnóstico errado de que la hiperinflación en Venezuela es consecuencia del aumento de la cantidad de dinero y no se reconozca que la causa determinante y originaria es el ataque al bolívar, el cual ha sido criminal y de paso confesado por el imperialismo, no solo no se logrará resolver contener el aumento de los precios, sino que con las políticas monetaristas de contracción de la cantidad de dinero seguirán echando más leña al fuego y potenciando los efectos del ataque al bolívar, a saber, mayor deterioro del poder adquisitivo del pueblo trabajador, peor desempeño de la administración pública, mayor caída de la producción, e incursión de la moneda del enemigo.
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