Fátima Piñero
Está previsto el inicio del año escolar 2020-2021 con clases presenciales, esta se darían en las semanas de flexibilización. Cuando abran las benditas escuelas los niños asistirán, las maestras iremos, pero el que puede entrar también será el covid 19, si las medidas de bioseguridad no se extreman.
El regreso a las aulas se dará con cierta aprensión, por la pandemia nos apartamos físicamente de las instituciones, no obstante antes del 2020 se venían arrastrando años de descuido reflejado en las infraestructuras educativas que cuentan con pocos o ningún servicio y claro lo que repetiré sin descanso: en Venezuela los docentes no ganamos un sueldo digno, eso nos ha apartado anímicamente y aun no existe ni solución, ni cura. En Carabobo a los docentes nos mezquinan hasta nuestros recibos de pago.
La realidad es palpable, sabemos que los niños no nos ven como un ejemplo a seguir ¿Que muchacho va querer estudiar educación y ejercer de maestro?, creo que ni de accidente, ni para explicarle una tarea a su hermanito o amiguito, nada. Ni un caza título que diga que va estudiar solo por el papel, nada de eso.
Nos hemos enganchado tambien creyendo que no se educa en casa, pero eso es depende, porque desde casa ahora con la inmediatez o idiotez de las redes sociales, la necesidad, en simbiosis con la suerte de aquellos que poseen los billetes verdes y sumándole finalmente unos cuantos miligramos de talento del niño o adolescente, percibimos que las creaturas aparte de letras, números y ciencias naturales se preparan en múltiples áreas y por eso tenemos tantos chefs infantil o minichefs, peloteros, resposteras, costureras, administradores, depiladoras de cejas, manicuristas, community manager, influencers, tik tokteros, entre otros, que ni pasan los 15 años de edad, malo no es, pero bueno tampoco. Más de uno escucha diariamente que a los niños le imponen un horario agotador sus padres repiten a fulanito le toca ir a la práctica de tal cosa a tal hora y los maestros en vez de ocuparnos, nos preocupamos pensando que tenemos representantes que no educan a los niños reforzando lo dictado por nosotros y nos atormentamos diciendo que algunos representantes abusadores están saturando al muchacho, eso no nos luce colegas sería evadir en parte nuestra responsabilidad por educar y evaluar con números, letras y registros que fomentan no precisamente la consolidación de las capacidades, sino la fomentar la COMPETENCIA, por desgracia es casi una cadena ya que la labor del educador a veces la valora su jefe inmediato considerando la planificación como lo elemental de la propuesta educativa, ese cuaderno intachable estructurado con los objetivos, áreas y finalidades perfectamente escogidas y señaladas. Es superficial que luego de la pandemia no se zarandee un poco las maneras de vivir y por efecto de educar, con tantas personas que murieron y con nuevas variantes del coronavirus al acecho, deberíamos llevar en orden los cuadernos pero con páginas llenas de valores que se puedan transmitir a la nueva generación.
Que el Gobierno escolarice a los niños, inmunice a los docentes, representantes y atienda las urgencias educativas:
- Roguemos al Señor
- Te lo pedimos Señor.
Comunicadora Social, Licenciada en Educación Preescolar, Magister Cum laude en Orientación de la conducta. Modelo.
asdrudypi@gmail.com
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