jueves, 18 de marzo de 2021

Diario de una Cuarentena: Capítulo Ciento Setenta y Nueve: El desmantelamiento de nuestra Administración Pública gracias al bloqueo gringo

 

*JUAN MARTORANO

Como trabajador del sector público, realmente debo expresar que laborar en estos tiempos dentro de lo que conocemos como Administración Pública, tanto por el tiempo de pandemia como por las medidas coercitivas que nos ha impuesto EEUU es en estos momentos sencillamente heroico.

 

Si tomamos en cuenta que el salario mínimo se ubica en 1.800.000 bolívares y si tomamos en cuenta que el denominado ticket de alimentación está por el orden del 1.400.000 bolívares, lo que da una sumatoria de 3.200.000 bolívares de salario integral, lo que nos da un poco mas de 1,77 dólares de salario.

 

Aunque son odiosas las comparaciones, indudablemente que en época del Comandante Chávez, el salario mínimo se ubicaba cerca de los 200 dólares mensuales. Uno de los más altos de Suramérica.

 

Era la época en que la mayoría de las personas que laboraban eran las del sector público, y que el bono de alimentación, mejor conocido como el cesta ticket, nos alcanzaba para hacer mercado.

 

Hoy en día la realidad es diametralmente distinta, y es una de las consecuencias inmediatas que las medidas coercitivas unilaterales impuestas por la administración Trump y ahora continuadas por Biden, continúan en contra del país.

 

Y evidentemente, ha sido toda una estrategia perversa y criminal en el desmantelamiento y desintegración del Estado Nación venezolano, ir licuando y desmembrando diferentes y diversas instancias del Estado venezolano a través de la merma de los ingresos de sus trabajadores y trabajadoras y trastocando su poder adquisitivo.

 

Esto indudablemente ha afectado no sólo el funcionamiento el aparato del gobierno, sino del funcionamiento del Estado como un todo, sino incluso en la prestación de algunos servicios públicos esenciales, debido a la migración de profesionales y personal calificado debido a estas agresiones que hemos sufrido durante seis años desde que el entonces presidente Barack Obama firmó aquella nefasta Orden Ejecutiva 13.692 donde nos declaró “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional de EEUU”.

 

Ahorita valdría más trabajar dentro del sector privado que el público, ya que la remuneración es en dólares y mayor que en lo público, incluso con mayores beneficios.

 

No obstante, no es menos cierto también que en el sector privado hay más explotación y violaciones flagrantes a las normativas legales laborales en lo concerniente a lo salarial, y a las necesarias condiciones de higiene y seguridad laborales.

 

Sin embargo, y pese a este estado de cosas, aún existimos trabajadores y trabajadoras que pese a que nuestro poder adquisitivo se encuentre maltrecho y muy deteriorado, no obstante seguimos sirviendo como mucha mística a nuestro país.

 

Es duro en estos tiempos escuchar a compañeros y compañeras de trabajo en las instituciones de la Administración Pública en su cotidianidad: problemas de diversa índole, desmoralizados totalmente y hasta molestos por la situación económica que sin duda incide en lo familiar.

 

También es duro observar como varias instalaciones de sedes de ministerios e institutos públicos se encuentran prácticamente desiertas, debido a la deserción laboral, a la pandemia, a los problemas en el transporte que no permiten a los trabajadores llegar a su sitio de trabajo de manera diaria. Elementos estos que sin duda debe ponernos a reflexionar mucho.

 

Sin duda este es el diagnóstico a grandes rasgos de una situación que muchos y muchas sabemos, pero de la que muy poco se comenta.

 

Por ello, más allá de la mera explicación que da el Ejecutivo Nacional con respecto a cómo EEUU nos ha minado nuestros ingresos hasta el punto de que debemos vivir con apenas el 1% del mismo, debemos aplicar aquella máxima de Simón Rodríguez de “inventar o errar”.

 

Es fundamental la restitución no sólo del estado de bienestar que vivimos durante el período que Chávez estuvo en el gobierno, sino del poder adquisitivo que permita vivir con dignidad al actual servidor público, a la actual servidora pública. Pero eso no sólo debe ser acompañado de los incentivos de carácter material, sino también de los incentivos de carácter moral.

 

Y en la mesa de los debates están propuestas en la mesa, porque esto sin duda pasa por lo económico. Pues se acabó el tiempo de los diagnósticos y ha llegado el tiempo de la ejecución, de las acciones, de cumplir y honrar la palabra empeñada, claro, entendiendo que no hay soluciones mágicas a tan complejo problema.

 

 

Indudablemente que la tarea no será nada sencilla, pero hay que asumirla y trabajar para ello. Hay que hablar menos y hacer mucho más, porque razón tenía y tiene el apóstol de la independencia americana José Martí, al expresar que “la mejor manera de decir es haciendo”.

 

 

Pongámonos, pues, manos a la obra

 

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros yJuan Martorano Tuiteras Socialistas.  , www.juanmartorano.wordpress.com , jmartoranoster@gmail.comj_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.



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