El 6 de diciembre hubo elección y abstención. Se eligió a lo tradicional del liberalismo burgués: una minoría salió a votar por otra minoría que representará a una mayoría.
Tal corolario no es un juego de palabras. 29.5% de los electores convocados para elegir a 277 diputados decidieron por el partido hegemón que se impuso con 253 (91.4%) curules en disputa. Felicidades a los diputados y diputadas electas. Representarán a una mayoría que en minoría los eligió.
El tema del 69,5% de abstención ha sido el centro de todos los análisis. Sin dejar de reconocer la victoria del PSUV como partido que más curules obtuvo y a los otros partidos del GPP, más los otros partidos del pacto de Dominicana (entiéndase AD, Copei, Cambiemos y ese espectro de la banda derecha de la política), la pregunta de la semana se cierne en torno a que se queda solo en la representatividad, porque la palabra "protagónico" no estuvo en el glosario de esta contienda electoral.
Lo participativo y protagónico, que está contemplado en nuestra Constitución, fue mancillado de diversas formas. Comenzando por la anulación sistemática de una opción politica inscrita ante el CNE violentando todo los preceptos constitucionales en materia electoral. A esa opción politica al que el Presidente definió como "izquierda exquisita" se les persiguió (como es costumbre, hay mucha historia de eso en los últimos 90 años) se le judicializó quitándole las tarjetas a tres partidos en unas sentencias del TSJ que se acataron, más no se está de acuerdo; se le tiene preso a uno de sus dirigentes y sin juicio ni sentencia definitiva se le pretente inhabilitar, se detuvo arbitrariamente en dos oportunidades a una de sus candidatas, se le puso un veto total en la expresión de sus propuestas y se le censuró por todos los medios, públicos y privados a los candidatos de 154 movimientos sociales que se postularon en la tarjeta del PCV. Es decir, se les violaron derechos humanos y políticos a propósito de celebrarse hoy el día internacional de los Derechos Humanos.
Neuromiedo
Lo interesante de todo es que esa "izquierda exquisita " produce una incomodidad tal que hasta en vivo y directo presenciamos la censura e invisibilización de la tarjeta del PVC en una demostración de como ejercer el voto. Debe ser un miedo oculto, de esos que se inoculan por años y a través del condicionamiento de la mente por técnicas neurocientíficas. Todo un ejercicio de proyección psicológica que explota a la hora de las pretensiones y que se manifiesta desde el cerebro límbico . "El coco comunista te va a comer" "esos comunistas comen niños, no te le acerques", y ante cualquier manifestación de los comunistas, mejor censurar, perseguir y anular. Mientras, las realidad de los problemas que padece esa mayoría que va a ser representada en la AN, es sublimada por culpa del bloqueo y las sanciones. Laissez fairez, laissez passer.
La levedad y arrogancia del ser
Dice Milan Kundera “Aquel que quiere permanentemente ‘llegar más alto’ tiene que contar con que algún día le invadirá el vértigo”. Esta frase de su obra "La insoportable levedad del ser" nos dice que el ascenso y el triunfalismo que ello genera puede ser causal de lo que viene ocurriendo en el liderazgo del partido hegemón. La pretención de permanecer en el poder, el enroque de sillas, la multitareas de los multicargos que se concentra en un funcionario crea una arrogancia que le impide conectarse con empatía a la gente.
Así, la narrativa neuropolítica se configura en hablar mucho, decir poco y no tener respuesta efectiva a los problemas de la gente. Todo es ligero, mientras estén dentro de la burbuja del poder. Levedad insoportable para el resto que padece la falta de gas, agua, telefonía, electricidad, aumento sin control de los productos, servicios, pasajes, medicinas y la dolarizacion de hecho y de derecho. Todo ello sin negar los efectos del bloqueo criminal y las sanciones del gobierno gringo. La realidad siempre es más inteligente que las palabras. Y amor con hambre no dura, por más lealtad que se exija.
Celebración y tragedia
Esa minoría que representará a la otra minoría que votó por ellos está en celebración. Encerrados en el panóptico digital, a decir de Byung-Chul Han, selfies van y vienen en los medios sociales digitales. Comelona, bacanales y todo lo que represente el ostento y la vanidad es y será mostrado por esa "élite revolucionaria" en la ligera burbuja del poder.
Mientras, en la mayoría que no votó (dejando de lado las razones y de la burda manipulación del "el que no votó fue porque no quiso" y apartando la hipocresía de Bachelet que no tiene nada que buscar aquí mucho menos el infame Almagro y la OEA, organismo al que Venezuela no pertenece, y ambos empleados de la Casa Blanca) seguirán sus precariedades, sus miserias invisibilizadas desde la indolencia de la élite burguesa (ahora revolucionaria), sin oportunidad de exigir que se gobierne obedeciendo, pues, cualquier protesta ya no necesita ser reprimida con "gas del bueno": sólo con ignorarse, invisibilizarse, censurarse en los medios públicos y privados se anula ante la opinión pública y no surte ese efecto de los hechos comunicacionalmente notorios que decanta en "Notitia Criminis" y mueva a las instituciones del Estado a atender la demanda popular. Toda una tragedia, si se recuerda la que le aplicaron a un presidente apodado Toronto que lo vetaron de por vida en los medios sólo por ponerle la cascabel al gato en el tema de la publicidad de cigarrillos y licores. Hoy el veto se aplicó a una opción politica sólo por ofrecer alternativas de gobernanza y al pueblo se le irá vetando en la medida que no vea solucionado sus problemas cotidianos e intenten ejercer el derecho a la protesta y a ser escuchados.
¿Será que también a ese pueblo que no votó y que sufre de la indolencia y arrogancia se les dirá que "son exquisitos"? El tiempo, inexorable y preciso, dirá.
Quémese después de leerse.
Noel Briceño Ríos
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Comunicador Social - Investigador
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