Pasqualina Curcio
Legislar sobre el artículo 88 de la Constitución Nacional es otra de las propuestas que hemos seleccionado para esta antología que hoy presentamos a los candidatos a diputados de la nueva Asamblea Nacional. La propuesta es de María León. Ha sido la Leona de Chávez quien ha emprendido una campaña para impulsarla. Es un honor acompañarla con esta propuesta.
Dice el artículo 88: "El Estado garantizará la igualdad y equidad de hombres y mujeres en el ejercicio del derecho al trabajo. El Estado reconocerá el trabajo del hogar como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social. Las amas de casa tienen derecho a la seguridad social de conformidad con la ley."
Desde que el mundo es mundo, hemos sido las mujeres las que, principalmente, nos hemos encargado de las tareas del hogar: preparar los alimentos; limpiar y mantener la vivienda; lavar; reparar prendas de vestir; cuidar a los niños, a los adultos mayores, a las personas con discapacidad, y a personas con alguna enfermedad.
Todas estas tareas que se realizan dentro del hogar son trabajo y agregan valor a la economía en la medida en que pueden ser remuneradas a terceras personas para que las realicen dentro del propio hogar, o adquiridas y pagadas en los mercados de bienes y servicios.
Cuidar a un familiar enfermo en el hogar implica el mismo tiempo y esfuerzo que les dedica una enfermera que va a casa y a quien se le paga por su servicio, o el que les dedica esa misma enfermera en un centro de salud. ¿Por qué el trabajo de la enfermera sí se reconoce y contabiliza como parte del producto interno bruto y además se le remunera, en cambio a la ama de casa no solo no se le remunera, ni siquiera se le reconoce como aporte al valor agregado de la economía, se le invisibiliza y para rematar se le clasifica en las estadísticas laborales como población económicamente "inactiva"?.
Esta comparación aplica para todas y cada una de las tareas que, desde el hogar, realizamos las mujeres. La pandemia se ha encargado de dejarlo en evidencia.
Según el informe "Tiempo para el cuidado" publicado por OXFAM, las mujeres y niñas a nivel mundial dedican 12.500 millones de horas diarias a realizar actividades del hogar. Ese tiempo supone una contribución de, al menos 10,8 billones de dólares anuales, equivale al 15% de toda la producción mundial. Concluyen que el trabajo de cuidados no remunerado es el motor oculto de la humanidad.
En Venezuela, de todo el trabajo que se realiza anualmente, el 38% es no remunerado y lo realizamos en un 85% las mujeres. Ese 38% incluye el trabajo diario de las 3.079.192 amas de casa más la segunda y tercera jornada por parte de las mujeres que, a pesar de contar con un trabajo formal de 8 horas, dedicamos en promedio 2,75 horas diarias adicionales para realizar las tareas del hogar y de la comunidad.
Estamos seguras de que, María León seguirá en su empeño de impulsar esta propuesta como diputada de la nueva Asamblea Nacional. La invitación es que se le sume el resto de las y los diputados patriotas que la conformarán. Decía Chávez: "Sin la verdadera liberación de la mujer, sería imposible la liberación plena de los pueblos y soy un convencido de que un auténtico socialista debe ser también un auténtico feminista".
Propuestas que quedaron en el tintero. Hasta aquí la colección de propuestas que hemos seleccionado para esta antología. Quedaron algunas otras sin exponer en esta ocasión, aunque las hemos estado presentando en otros espacios y momentos. Entre ellas la eliminación definitiva de los monopolios, particularmente de la agroindustria y de medicamentos, sectores vitales para el pueblo venezolano, así como del latifundio como uno de los aspectos necesarios para garantizar el tránsito hacia la verdadera independencia económica.
El fortalecimiento del sistema público nacional de salud y de la seguridad social en general. La legislación al respecto sigue siendo una deuda de la revolución, pero además garantizar a toda costa un presupuesto en inversión social que impida el deterioro de los servicios públicos. Deterioro que podría llevar, de hecho, a abrir espacios a la privatización de estos servicios.
Velar por la garantía de mantener en manos del Estado la producción y distribución de bienes y servicios estratégicos: hidrocarburos, oro, minerales, electricidad, telecomunicaciones, agua, transporte (aéreo, marítimo y terrestre), educación. Fortalecer la banca y el sistema financiero públicos.
Legislar para la consolidación de la economía comunal y para fortalecer la producción en manos de los trabajadores. Al respecto el llamado para que se legisle sobre los Comités Productivos de Trabajadores (CPT) de manera que se le otorgue competencia no solo en la toma de decisión en cuanto a la producción, también sobre la gestión en general de la empresa.
Desde el Parlamento, impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías que nos garantice la verdadera independencia en la producción nacional.
Reimpulsar la integración en Nuestra América a través del Alba-TCP, PetroCaribe y el necesario SUCRE como sistema de compensación de pagos que permita sortear el bloqueo criminal impuesto por el imperialismo gringo, así como por el fortalecimiento de las relaciones con los países aliados.
Una propuesta más. Además de la estructura interna ya establecida que organiza a los diputados en comisiones y subcomisiones dentro del Parlamento, sugerimos crear cinco comisiones más, una por cada uno de los cinco grandes objetivos históricos del Plan de la Patria escrito y legado por Chávez en 2012. Que cada Comisión se dé a la tarea de controlar el cumplimiento del Plan de la Patria y rendir al pueblo, anualmente en un informe expuesto a la Nación, los resultados de dicho seguimiento, revisando objetivo por objetivo en cada uno de sus niveles: histórico, nacional, estratégico y general.
Culminamos esta Antología llamando a votar el próximo 6 de diciembre. Las razones han sido suficientemente expuestas, necesitamos cambiar la actual y vergonzosa Asamblea Nacional 2016-2020 que, en detrimento del pueblo venezolano, sirvió de plataforma al Comando Sur de EE. UU. en sus planes para derrocar la revolución bolivariana.
Requerimos una Asamblea Nacional que defienda nuestra soberanía, que legisle para el pueblo, que en lugar de recorrer el mundo solicitando más bloqueo económico rechace el asedio y las agresiones por parte del imperialismo. Una Asamblea que solicite a los poderes competentes, hacer justicia contra quienes, violando nuestra Constitución, usurparon poderes públicos, robaron nuestros activos y los entregaron al gobierno de EE. UU.
Vayamos a votar el 6 de diciembre para que los rostros del Bolívar mulato y de Chávez engalanen nuevamente el Hemiciclo de la Asamblea Nacional.
Tomado del Diario Últimas Noticias.
Profesora Titular (Universidad Simón Bolívar). Economista (UCV). Magister en políticas públicas (IESA). Doctora en ciencia política (USB).
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