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Son nuestros enemigos quienes impongan una agenda anti vida contraria a leyes cósmicas, espirituales y al libre albedrío, bloqueando nuestros sistemas inmunes para hacernos presas, esclavos de vampiros, parásitos farmacéuticos y argumentos pseudo científicos.
Quienes desatiendan a los trabajadores y apuesten sólo a garantizarle a los menos favorecidos un “mínimo vital” basado en el eufemismo de las necesidades y el merecimiento, manteniéndolos en el umbral de asistidos permanentes, negándoles sus derechos y su potencia como clase obrera, no están con nosotros en esta lucha existencial.
Nuestra opción: Identificar a quienes se ocultan y ejecutan el plan del charco, administrándonos dosis de migajas, justifican el saqueo y destrucción del modelo distribucionista, centro del conflicto por el reparto de los ingresos.
No son patriotas los incapaces, oportunistas, corruptos y traidores. Aquellos que destruyan la República y su patrimonio sobre recursos del suelo y subsuelo, la independencia y los proyectos nacionales son nuestros enemigos.
Es nuestra hora: luchar o desaparecer. Basados en nuestra autoconciencia lanzarnos sin miedo al porvenir, combatir el pantano neoliberal que amenaza con hundirnos en el excremento globalista.
Usemos nuestro intelecto y coraje, consolidemos la libertad, la justicia social, la independencia verdadera y la soberanía de los pueblos. No existe evasión en el cuerpo, no podemos evadirnos ni evadirla. Patriotas, es nuestra única opción existencial: evitar condenarnos por inauténticos y falta de raíces, conciencia, voluntad.
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