Esmeralda García Ramírez
La salud mental del presidente ilegítimo Donald Trump es un peligro para la humanidad, así lo determinaron un grupo de expertos cuya investigación plasmaron en el libro "El peligroso caso de Donald Trump: 27 psiquiatras y expertos en salud mental evalúan a un presidente". Desde que el ilegítimo Trump —porque si no considera al presidente obrero Nicolás Maduro como tal, entonces yo tampoco lo reconozco—, asumió el poder como el inquilino de la Casa Blanca desde el año 2017, han renunciado de su equipo de trabajo cerca de 40 secretarios, o asesores de su entorno más cercano. Y es que sus imposiciones sobre el parecer de los demás, su trastorno de sentimiento de grandeza, de prepotencia, sus mentiras constantes, su agresividad, su racismo, su manera de querer hacer las cosas a su modo sin dejarse orientar, han hecho que personajes como Kirstjen Nielsen (fungía como Secretaria Nacional), RyanZinke (Secretario de Interior), John Kelly (Jefe de Gabinete), Jeff Sessions (Jefe de Dpto. de Justicia), NIkki Haley (Embajadora ante la ONU, la mayor defensora de su amo), Rex Tillerson (Secretario de Estado), Sean Spice (Secretario de Prensa), John Bolton (Asesor de Seguridad Nacional), otras figuras que desfilaron por su gabinete como los defensores del magnate, se reían de sus locuras; pero a la final se retiraron por su carácter temperamental, por indisciplinado, al decir de algunos les pedía hacer cosas ilegales, su política dura contra los inmigrantes fue discordia entre sus miembros. Nielsen condenó la práctica de separar a los niños inmigrantes de sus padres. Esta política ha sido la más aberrante de Trump, denota su alto grado de insensibilidad contra una población tan vulnerable como los niños. Existen diferencias entre el asesor de salud pública (Jerome Adams) y Trump, ya que desestima que para el mes de mayo existan condiciones para reabrir la economía en EE.UU., lo cual enfureció a su jefe.
Lo anterior es el abre boca de lo que sucede a lo interno en The White House. A lo externo, sus relaciones diplomáticas, las políticas que ejecuta contra países que no puede torcerles el brazo, son verdaderamente salvajes. Desde enero de 2019 hasta ahora, el gobierno de Trump ha sancionado a 52 individuos, 76 empresas y 55 buques petroleros relacionados con el gobierno de Venezuela, para presionar la salida de Nicolás Maduro. También hubo una sanción, por orden ejecutiva, hacia los activos de nuestro país. Ha sancionado hasta el Banco Central de Venezuela. Las sanciones y bloqueos trascienden a otros pueblos, como la prohibición de cualquier tipo de intercambio comercial con Corea del Norte, hasta que este país logre la completa desnuclearización. Desde el año 1958, Cuba sufre un embargo económico, comercial y financiero, la cual ha fortalecido el insensible de Trump, a tal punto que ha prohibido el envío de equipos e insumos médicos por el COVID-19. Igualmente Irán y Siria han sido víctimas de estas medidas, le han saqueado propiedades, oro y otros activos al pueblo iraní y aun así lo someten a vejaciones extremas en esta pandemia. Pero, lo peor no solo llega aquí, suspendió el financiamiento que da a la Organización Mundial de la Salud por diferencias con su director, en vista de las advertencias que le ha hecho éste al manejo de la pandemia. El prepotente de Trump quiere salvar las empresas, el mercado, la economía no tanto la de su país sino todo el imperio económico que construyó junto a los de sus socios o aliados comerciales, para ello su costo no tiene límites. Se ha propuesto como meta que mueran como mínimo 200.000 estadounidenses, preferiblemente hispanos, pobres, o negros, y lo está logrando, ya que la mayoría de los decesos ocurridos son de esta población, aspecto éste que sería otro triunfo más por su carácter xenófobo y racista. Es muy lamentable lo que viven nuestros hermanos estadounidenses, una tragedia peor que la que vive toda América Latina unida: el personal de salud no cuenta con protección sanitaria; la gente muere porque no tiene seguro para cubrir su hospitalización o porque no les alcanza para pagar la vacuna; los más vulnerables son la población hispana; el número de contaminados lo coloca como el primer país con el mayor número por no aplicar las políticas sanitarias de prevención pertinentes de manera expedita. El magnate ha incurrido en prácticas comerciales desleales para adquirir los materiales e insumos médicos. La pandemia ha desnudado el verdadero rostro de un país que hicieron creer al mundo como su salvador, gracias a la industria del cine, cuyos actores millonarios no han regalado ni lo que les sobra; le ha quitado la careta a quienes creyeron que era un país fortalecido en la salud, cuando en realidad si no tienes un seguro mueres de mengua; un país que vendieron como el sueño americano cuando su imagen hoy es una nación sumergida en el caos porque no tiene capacidad resolutiva, ya que su prioridad fue siempre el consumismo y no el bienestar colectivo, la economía y no la sociedad.
La conducta del tirano Trump debe ser puesta sobre la mesa a escala mundial como una patología peligrosa. El planeta debe iniciar una campaña mundial por la humanidad "Trump renuncia". Todos los gobernantes del mundo que tengan un sentido común o racional deben tomar esta iniciativa por la PAZ del mundo; de lo contrario permitir que Trump siga al frente de esta administración gubernamental traerá consecuencias inimaginables más terribles que la de Hitler. Por ejemplo, instar a los ciudadanos a que compren armas para protegerse, o que lleven armas a las escuelas, es generar un país violento que debe manejarse como problema de salud pública. Continuar con la política retrógrada de invadir pueblos en nombre de la libertad debe ser exterminada para dar paso a estas naciones de crecimiento y desarrollo, como principio inalienable fundamental de los pueblos. Lo más grave es que el fanatismo trumpeano que le acompañan como los presidentes de Colombia, Brasil y Ecuador, así como los representantes de organismos como la OEA, revelan trastornos mentales consistentes, porque le dan auge y poder a su líder, de ahí la razón por la cual estos presidentes no han considerado la pandemia del COVID-19 como un estado de alarma de salud pública, por decir lo menos. El mundo depende de la OMS para trabajar con otros países y asegurarse de que la información correcta se comparta, de que todos los esfuerzos por evitar la propagación sean de manera mancomunada, responsable y solidaria. Insistir Trump con el nihilismo de hacer creer que la droga sale de Venezuela, de apoyar a un estado narco como el uribismo en Colombia, de ayudar al fortalecimiento de un estado sionista, es otro perfil de una persona que amerita tratamiento psiquiátrico. Los revolucionarios que sienten su Patria hasta en las vísceras iniciamos una campaña mundial "Trump renuncia", por ser un peligro para la humanidad, por ser un personaje despiadado e inhumano, por ser incompetente para gobernar su país, por llevar muerte y hambre a los demás pueblos, por ser una amenaza para el planeta entero, incluso para el universo (ya que el dueño del mundo cree que tiene acciones en las galaxias). En la apertura de este nuevo ciclo necesitamos hombres y mujeres comprometidos con la humanidad, libre de esclavitudes, conscientes para lograr el equilibrio, la libertad y la armonía perfecta en todo el planeta.
Licenciada en Administración
esmeraldagarcia2309@gmail.com
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