Ana Cristina Bracho.
El “Llamado a la conciencia del mundo por Venezuela” nació de una conversación sobre qué podía la gente llana hacer por la justicia en su propio espacio. Se nucleó al recordar que las cosas que vivimos, con sus particularidades, recuerdan otros capítulos donde la fuerza venció al derecho y con ello, mató la justicia e hirió a la humanidad. Por eso fuimos allí tejiendo entre varias personas.
Maravillosos seres que pusieron sus manos, sus nombres, desde sus experiencias y dudas; que se convirtieron en un grupo de estudio y después en el más hermoso comité editorial. Hoy fue el día que fijamos para que saliera en la prensa y Ciudad Caracas cumplió su prometido, pasadas las ocho pudimos ver en la web nuestro texto en un tablón. Pronto le siguió el Correo del Orinoco, después empezaron a llover nombres de editoriales hermanas de todas partes que nos dieron su espacio. Es bonito ver que arrancamos por México y llegamos a Chile. Salimos dos veces en Panamá, pudimos ser vistos en Bolivia y en Ecuador, nos dieron un espacio en España así que el plan que se hizo, fundamentalmente con los “psicoperiodistas” funcionó como lo imaginamos.
Ahora nos falta centrarnos en otra cosa: logramos saltar de seis a casi ochocientas visitas en el blog totalmente anónimo donde tenemos el documento pero nos toca ir despertando a los amigos y amigas, para que nos acompañen en el grito porque esta demanda, la de denunciar que nos oprimen está en la voz de mucha gente. Por ejemplo, en la de las mujeres que todos los días vencen las sanciones y logran que los niños coman, en las familias de los enfermos, en los padres que se han quedado huérfanos porque a sus hijos les convencieron que en este país no había futuro. Tenemos que mirarnos las caras y decirlo, somos nosotros, millones, trabajadores, cultores, políticos o no políticos, estudiantes, jóvenes y ancianos, los que queremos vivir dignamente en Venezuela y nos negamos a que nos los arrebaten o hagan una guerra en nuestras calles. A todos, los invitamos a leer nuestro llamado y a firmarlo.
Mientras lo hacemos, nos emociona mucho ir viendo cómo nos vienen dando su apoyo movimientos, artistas, abogados, profesores, en una sola idea, humanistas, de todas partes del mundo. Si, incluso estadounidenses y europeos.
A todos y todas, muchas gracias y mucha fuerza porque esta lucha del pueblo apenas comienza.
El “Llamado a la conciencia del mundo por Venezuela” nació de una conversación sobre qué podía la gente llana hacer por la justicia en su propio espacio. Se nucleó al recordar que las cosas que vivimos, con sus particularidades, recuerdan otros capítulos donde la fuerza venció al derecho y con ello, mató la justicia e hirió a la humanidad. Por eso fuimos allí tejiendo entre varias personas.
Maravillosos seres que pusieron sus manos, sus nombres, desde sus experiencias y dudas; que se convirtieron en un grupo de estudio y después en el más hermoso comité editorial. Hoy fue el día que fijamos para que saliera en la prensa y Ciudad Caracas cumplió su prometido, pasadas las ocho pudimos ver en la web nuestro texto en un tablón. Pronto le siguió el Correo del Orinoco, después empezaron a llover nombres de editoriales hermanas de todas partes que nos dieron su espacio. Es bonito ver que arrancamos por México y llegamos a Chile. Salimos dos veces en Panamá, pudimos ser vistos en Bolivia y en Ecuador, nos dieron un espacio en España así que el plan que se hizo, fundamentalmente con los “psicoperiodistas” funcionó como lo imaginamos.
Ahora nos falta centrarnos en otra cosa: logramos saltar de seis a casi ochocientas visitas en el blog totalmente anónimo donde tenemos el documento pero nos toca ir despertando a los amigos y amigas, para que nos acompañen en el grito porque esta demanda, la de denunciar que nos oprimen está en la voz de mucha gente. Por ejemplo, en la de las mujeres que todos los días vencen las sanciones y logran que los niños coman, en las familias de los enfermos, en los padres que se han quedado huérfanos porque a sus hijos les convencieron que en este país no había futuro. Tenemos que mirarnos las caras y decirlo, somos nosotros, millones, trabajadores, cultores, políticos o no políticos, estudiantes, jóvenes y ancianos, los que queremos vivir dignamente en Venezuela y nos negamos a que nos los arrebaten o hagan una guerra en nuestras calles. A todos, los invitamos a leer nuestro llamado y a firmarlo.
Mientras lo hacemos, nos emociona mucho ir viendo cómo nos vienen dando su apoyo movimientos, artistas, abogados, profesores, en una sola idea, humanistas, de todas partes del mundo. Si, incluso estadounidenses y europeos.
A todos y todas, muchas gracias y mucha fuerza porque esta lucha del pueblo apenas comienza.
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