Asalia Venegas.- El presidente de la ANC, Diosdado Cabello, ha calificado lo ocurrido el sábado en la av. Bolívar como un magnicidio en grado de frustración. Las investigaciones están en su fase preliminar como lo ha dicho el Fiscal General. Pero hay una sensación que la derecha nacional en alianza con los representantes más conspicuos del conservadurismo latinoamericano deben estar involucrados en un acto, desde todo punto de vista, deleznable.
En ese acto, que sólo arrojó siete heridos, estaban el Presidente, su esposa, el Alto Mando Militar, buena parte del tren Ejecutivo, representantes del cuerpo diplomático y buena parte del pueblo. Es decir, que si las intenciones de los terroristas, hubiesen logrado su objetivo hoy el panorama nacional sería otro. Afortunadamente, no pasó a mayores, pues los ejecutores del acto terrorista habían incorporado el C-4, en los drones, justamente el explosivo que fue usado cuando le segaron la vida al fiscal Danilo Anderson.
Por tal hecho se convocó una marcha para respaldar al presidente Maduro y repudiar esta terrible acción, de lo cual no hay antecedentes históricos en la nación. El magnicidio como tal se ha presentado en otro países de América, como México, Chile y los Estados Unidos.
El silencio de la derecha venezolana no extraña, pero deja en evidencia las condenables armas que la apertrechan. Quisieran pero no pueden. Son fines inconfesables, perversos y criminales, en unos individuos, mujeres y hombres, que lo que hacen es darse golpes de pecho y apelar a cuanto santo esté de moda. Una muestra de ello es que hasta el momento ningún vocero opositor ha abierto la boca para enjuiciar el hecho o comentarlo ya que hasta ahora, el Fiscal General ha explicado los primeros elementos con los que cuenta el Ministerio Público para enjuiciar los implicados en los hechos perpetrados en la av. Bolívar y que pusieron en peligro tantas vidas.
Este hecho notorio, público, comunicacional y que además estaba siendo transmitido por cadena de radio y televisión, ha sido banalizado por los medios privados de comunicación del país, descalificando y haciendo burla de un hecho sumamente grave. Colocan comillas a la palabra magnicidio y retan al ejecutivo a que demuestre la veracidad de sus acusaciones. Hacen burla de la gravedad de la acción y así demeritan los argumentos que ha sostenido el Presidente. Esto es un boomerang para esta oposición que ya ha demostrado ser apátrida y golpista.
Asalia Venegas
Profesora UCV
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