Juan Martorano
Evidentemente, debo expresar mi más enérgica condena y solidaridad al ciudadano Presidente de la República y líder de la Revolución Bolivariana, Nicolás Maduro, debido al evento terrorista y criminal que el día de ayer sábado 4 de agosto, en el marco de los 81 años de conmemoración de la creación de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela, pretendió acabar con la vida del Jefe de Estado venezolano, y llevarnos por el despeñadero de la incertidumbre y de la violencia. Uno de los escenarios planteados por diversos analistas, y una de las condiciones ideales para justificar una eventual intervención militar de tipo “humanitario” contra Venezuela.
Más allá del evento terrorista en sí, con los diversos comunicados y análisis formulados a lo largo de la tarde- noche del día de ayer, más las enérgicas palabras proferidas por el Presidente Nicolás Maduro luego de la ocurrencia del evento, hay que colocar las cosas en su contexto para tratar de entender el por qué se trató de acabar con la vida del Jefe de Estado venezolano, y los posibles escenarios que a partir de allì se desprenden.
En primer lugar, se confirman las tesis e hipótesis que desde hace varios años se han venido advirtiendo sobre la posibilidad de magnicidio en su momento en contra del Comandante Hugo Chàvez, y el cual, para mí, tuvo su concreción con la inoculación del cáncer que acabo finalmente con su vida la tarde del 5 de marzo de 2013 en el Hospital Militar de Caracas. Ahora, de manera violenta y evidente, pretendieron hacerlo con su sucesor, Nicolás Maduro, pensando que con ello aniquilan a la Revolución Bolivariana y la oligarquía representada en los “amos del valle” volvía al poder. Y que para la oposición, para poder creer en la existencia de un plan de estas características, requerirían como prueba el cadáver de los referidos mandatarios, que caraduras.
En segundo lugar, ya Carlos Marx lo señaló que el motor de los grandes cambios políticos y revolucionarios es la transformación de las estructuras económicas. Cuando Chávez dictó los 49 decretos con rango, valor y fuerza de ley en el marco de la habilitación otorgada por la Asamblea Nacional, y fundamentalmente al tocar los intereses representados en dos de los tres principales factores y medios de producción que se aprovecha la burguesía, como el capital (Ley de Hidrocarburos) y la tierra (Ley de Tierras y Desarrollo Agrario), ambos actuaron como detonantes del sangriento Golpe de Estado del 11 de abril de 2002, y del paro- sabotaje petrolero de finales de ese año y comienzos de 2003. En el caso del Presidente Maduro, la promulgación de la Ley de Costos y Precios Justos el 10 de febrero de 2014, activó la fase violenta de la denominada #LaSalida impulsada por Antonio Ledezma, María Corina Machado y Leopoldo Lòpez. En el caso de los actos terroristas del año 2017, no fue precisamente la declaratoria de Luisa Marvelia Ortega Dìaz cuando señaló que había una supuesta “ruptura del orden constitucional” lo que detonó los mismos, sino que la verdadera causa de esa espiral de violencia fueron los acuerdos celebrados por nuestro gobierno con la empresa petrolera rusa Rosneft, lo que encendió las alarmas de la administración Trump, al pensar que buena parte de Citgo sería entregada a los rusos, como forma de vencer las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense a ese país. Ahora, en 2018, y luego de superados los comicios legislativos y presidenciales del 20 de mayo, las medidas económicas anunciadas por el presidente Maduro, las cuales serán complementadas el 20 de agosto, marcan un punto de inflexión y actuar como desencadenante de eventos como los ocurridos ayer en la Avenida Bolívar.
La oposición venezolana, producto de sus errores políticos, está en un estado catatónico y de desmovilización severa. Esto hace que los sectores fascistas y violentos, en coordinación con bandas paramilitarizadas, mercenarios y grupos comandos y de fuerzas especiales de ejércitos y servicios de inteligencia de potencias extranjeras enemigas de Venezuela, decidan desplegar acciones en Venezuela, para dar al traste con el Programa de Recuperación Económica que impulsa el gobierno liderado por el Presidente Maduro. De ahí que se pretende, como una labor de distracción, atribuir el atentado contra el Primer Mandatario Nacional a la denominada “Operación Fénix” , la cual fue en su momento liderada por el ex efectivo del CICPC, Oscar Pèrez, quien resultó abatido en el marco del despliegue de la Operación Gedeón, por resisitirse a la autoridad del Estado.
Previo a la ocurrencia del atentado al presidente Maduro, hemos podido observar como actores políticos vinculados con sectores de la oposición pretendían cabalgar e impulsar toda una agenda de conflictividad social, aprovechándose de luchas reivindicativas y de protestas de sectores populares ante reclamos por mejoras salariales y laborales o por fallas en servicios públicos. Estos actores pretendieron y pretenden utilizar estas manifestaciones como fachada para el despliegue de operaciones psicológicas tendientes a incrementar el malestar y descontento de la población, que genere todas las condiciones para el derrocamiento de la Revolución Bolivariana.
Asimismo, habrá que tomar nota al hecho ocurrido el pasado martes 31 de julio, donde el 80% de Caracas, Miranda, Vargas y Aragua sufrieron una interrupción no programada del servicio eléctrico. El propio ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica y vicepresidente sectorial de servicios públicos, M/G Luis Motta Domínguez, denunció la existencia de un plan para el sabotaje del servicio eléctrico en la capital de la República. Parte de esto lo denunciaba en mi artículo anterior a este, lo cual no nos hace tan desacertados en los análisis.
Asimismo, el impulso del Censo Nacional de Transporte, a fin de golpear duramente a las mafias de ese gremio y las del contrabando de extracción de nuestros combustibles, mostraron sus “tentáculos” al protagonizar una jornada de protesta el pasado 3 de agosto, al colocar centenares de unidades autobuseras en las afueras del Ministerio del Poder Popular para el Transporte, a fin de mostrar su “desacuerdo”, por el referido censo. Como lo señalo la articulista Carola Chàvez: Llama poderosamente la atención que en la referida “protesta” la cantidad de autobuses que aparecieron y que fueron colocadas a lo largo de la Avenida Francisco de Miranda en Chacao, cuando uno de los argumentos de los “gremios del transporte” es que no tienen “repuestos e insumos” para laborar.
Eso sin pasar por debajo de la mesa la situación en terminales terrestres de la geografía nacional, los cuales son utilizados como fachadas por parte de las mafias del contrabando de nuestro cono monetario, y sometiéndonos a algunos a una situación de secuestro, al afectarnos en nuestra movilidad social que nos permita cumplir con nuestras funciones públicas, por solo hablar una de las aristas de este complejo problema, el cual ya hemos tratado en anteriores artículos.
En otro orden de ideas, el recibimiento de la Marcha Campesina Admirable el 2 de agosto en el Palacio de Miraflores por parte del Presidente Nicolás Maduro, el Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello y la Vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodrìguez, donde se hicieron importantes denuncias de algunos funcionarios del Estado y del paramilitarismo en nuestros campos, se tradujo en un conjunto de decisiones y primeros acuerdos para poder avanzar. Destacaron las intervenciones de Arbonio Ortega, Nieves Ríos y Jesús Osorio, que fueron contundentes y sin “pelos en la lengua”, transmitidas en cadena nacional de radio y televisión. Lamentablemente, a la par que ocurría este acto, los camaradas Reyes Parra, Pedro Vielma y Ramón Rosario, integrantes de la Plataforma de Lucha Campesina pasaron a engrosar la lista de mártires de la lucha por el campo y en contra del latifundio, el cual para mí, constituía un aviso de la planificación del magnicidio del día de ayer.
Asimismo, cabe destacar que el presidente Santos ha estado muy activo en los medios a raíz de su próxima entrega del poder a su sucesor Iván Duque. En sus declaraciones, hablaba del “fin cercano” del gobierno de Maduro, en una parodia de tratar de ser youtuber, señaló que “Maduro estaba podrido”, y tal vez el mandatario colombiano, mientras en el día de ayer celebraba el bautizo de su nieta, aspiraba a recibir la noticia del asesinato de Nicolás Maduro, el cual fue frustrado. ¿Casualidad?
Igualmente cabe destacar que 24 horas de la ocurrencia del atentado, a través de diferentes plataformas y redes sociales, sobre todo aquellas vinculadas a la “Operaciòn Fènix”, divulgaban una especie de afiche, donde se colocaban unos pines de color rojo con las letras PSUV. Los mismos estaban atados y simulaban a su vez una especie de dinamita con un reloj como una cuenta regresiva. Cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia.
En ese orden de ideas, Roberto Hernández Montoya a través de su cuenta twitter advertía que el canal CNN en español transmitió un programa sobre los drones. ¿Por qué lo harían? Me sumo a la duda que surgió a este gran compatriota.
Asimismo nuestro reconocimiento a efectivos de la GNB que procedieron al decomiso de cámaras a camarógrafos de canales streaming de Youtube como Vivo PLAY y TV Noticias Venezuela, que al parecer estaban “marcando” el acto. Todo ello seguramente formará parte de las investigaciones que debe impulsar el Ministerio Público en las próximas horas.
Para cerrar esta evaluación del contexto, cabe destacar las declaraciones del vocero del denominado Frente Amplio Venezuela Libre, Nicmer Evans, a un llamado a “paro nacional”, coincidiendo con las declaraciones del dirigente nacional de Causa R, Andrés Velásquez. Todos los indicios apuntan que dicha acción se convocará para el 20 de agosto, fecha en la que está prevista la entrada en vigencia de la reconversión y nuevo cono monetario, además de otros anuncios en materia económica por parte del presidente Nicolàs Maduro.
Luego de hecha esta evaluación del contexto en el que ha ocurrido este evento que pudo habernos llevado por el despeñadero de una guerra civil, es importante plantearse algunos escenarios de aquí en lo sucesivo.
Evidentemente, al perder los sectores oligárquicos el control por manipular la economía este próximo 20 de agosto, será altamente probable que veamos más eventos como los que se han venido suscitando en estos últimos días, y más acciones de sabotaje con mayor fuerza. Es decir, esperemos que durante las próximas tres semanas, el fascismo se lanzara el resto. Alerta.
Indudablemente además de las implicaciones del gobierno colombiano y el estadounidense en este atentado, habrá que estar ojo avizor con algunos efectivos militares y policiales que pudieran representar a sectores reaccionarios a lo interno de la FANB y de cuerpos como el CICPC, PNB y otros cuerpos de seguridad. El caso del hoy occiso Oscar Pérez así nos lo confirma.
En el año 2014, en el marco de los actos terroristas de #LaSalida, escribí cinco entregas de un artículo que titulé en aquella oportunidad: “Posibles escenarios a raíz de los actos terroristas de la burguesía en nuestro país”. En la cuarta entrega, plantee el escenario del magnicidio, me permitiré transcribir el planteamiento realizado en aquella oportunidad:
“Este escenario se plantea que la contrarrevolución armada logre asesinar al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, o al Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, figuras emblemáticas de la Revolución Bolivariana en estos instantes. O en su defecto, la realización de una acción de tan alto impacto público que genere un grave cuadro de desestabilización en el país”. (Resaltado y Subrayado del articulista).
“Como actor fundamental en este escenario estaría la contrarrevolución armada, representada por los paramilitares y mercenarios infiltrados en el país a raíz de las guarimbas y acciones terroristas vividas durante estos dos últimos meses. A raíz de que las guarimbas y actos terroristas han sido prácticamente sofocadas y gracias a las labores de inteligencia del Estado, se han asestado severos golpes a estos grupos violentos con la captura de líderes y participantes en dichas acciones. De acuerdo con nuestras apreciaciones, esta es una de las pocas cartas que le queda a la contrarrevolución violenta”. (Resaltado y Subrayado del articulista)
“En el supuesto negado, pero supuesto al fin, de que este macabro escenario llegase a tener éxito, se generaría en el país un grave cuadro de desestabilización, por decir lo menos. La contrarrevolución podría tratar de culpar a factores dentro del propio gobierno. Al mismo tiempo, una respuesta popular y militar hacia la contrarrevolución pudiera desencadenar una guerra civil o un enfrentamiento de alta densidad, generándose todas las condiciones propicias para una invasión militar norteamericana en el país. Ojo con esto. (Resaltado y Subrayado del articulista).
Ante el planteamiento de este escenario, con las variantes que indudablemente el enemigo realiza para tratar de tener éxito en sus inconfesables propósitos, se nos impone adoptar un quinto escenario, el escenario revolucionario, donde el Gobierno Bolivariano asuma una postura mucho màs radical junto al pueblo, que margine a los sectores reformistas, socialdemócratas y neoliberales, y que acelere la transición hacia el Estado Socialista y Comunal.
Ante este evento de violencia y terrorista, se impone la organización, convocatoria y movilización popular. Mayores niveles de articulación y organización y declaratoria de alerta de manera inmediata, por parte de las organizaciones políticas y sociales que respaldan a la Revolución Bolivariana.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado,Activista por los Der
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