jueves, 14 de marzo de 2013

El buen amado.

LAURA ANTILLANO.


Se ha ido el buen amado, el franco, el jovial, el solidario, el amigo de todos, el accesible, el bien dispuesto, el formador de espíritus y corazones. Se ha ido el creador de presente y visionario de futuro, el representante del pueblo unido, el conmovido y conmovedor, el capaz de producir cambios, el del honor y la probidad, el estimulador de la vida y la alegría para las mayorías que antes fueron siempre olvidadas.
Su sabiduría lo llevó a realizar la despedida, a poner de lado su dolencia física y venir a decirnos de las posibilidades de futuro de nuestra nación, con tono directo, práctico, preciso, sin perder el humor, pensando en la construcción colectiva como norte indefectible, como única razón de ser. Vino y dijo, así que ya sabemos de los próximos pasos a dar, sin titubeos, y lo hizo mostrando su valentía, su coraje, su ética y su moral, las razones de su corazón y su pensamiento.

Asombra el enorme colectivo que lo llora a través de la América toda, pero no sorprende demasiado el grado de solidaridad que despierta su enunciación.

Su historia señaló a un ser humano con una conciencia temprana de que la formación nunca se termina y la instrucción en todas las áreas del conocimiento lo haría un mejor líder. Su idea fue, expresamente, el soltar los lazos del sometimiento de nuestras masas de población más deprimidas, inventó entonces y creo, al modo de Simón Rodríguez ("Inventamos o erramos"), grandes programas para solventar grandes problemas.

Creyó al pie de la letra en el proyecto del otro Simón, el Bolívar, y se lanzó a la consecución de vínculos estables, constructores de acuerdos sólidos, con las naciones hermanas, a él debemos el acercamiento definitivo con Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Cuba, Nicaragua, y todas las demás donde hoy se llora su desaparición física.
Porque a nadie se le ha llorado tanto ni en el siglo XX ni en lo que va del XXI, y ningún mandatario entregó tanto de sí mismo, ni con tanta pasión como Hugo Chávez Frías.

Transformó visiones y conceptos, puso a defender sus derechos a quienes eran invisibles para gobiernos anteriores, de modo que "quién defendió el proyecto de Bolívar defenderá siempre el proyecto y la acción de Hugo Chávez".

La escuela de nuestro presidente reside en la enseñanza de la defensa del ser humano en su integridad, el buen vivir conlleva el cubrir las necesidad fundamentales y el derecho a la cultura como gestión inalienable. Chávez trazó el camino y prácticamente se inmoló por ello.
Fue un maestro en muchos campos, y dejó la siembra para varias generaciones. Fue y seguirá siendo el amigo de nuestras mayorías. Los grandes proyectos realizados hoy se le deben a sus ideas y su impulso. Y a su lado seguirá el pueblo por esa vía, a través del vicepresidente Nicolás Maduro, de Diosdado Cabello y esa mayoría que lo acompaña en la Asamblea Nacional y de todos los venezolanos conscientes de lo que ha significado la dignificación de la Patria Grande.

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